Amor no se cura con hierbas , pues si
amor no es medicable , su fin sera?
amor no es medicable , su fin sera?
Lope de Vega - Works - Los Pastores de Belen
Mas que por haver sido ocasion , que
sus enemigos blasphemassen el divino nombre, el
nin? o recien nacido de Be ti sabe moriria luego.
Dichas es'as palabras, enfermo? el nin? o , y dentro
de siete dias con gran dolor del padre perdio? la
vida. Pero no passaron muchos deste sucesso, que
Bethsabe? se ocupo? de un nuevo infante, que al
tiempo estatuido por la naturaleza, salio? a esta
luz Fue Salomon su nombre, que en nuestra
lengua quiere. decir pacifico, y sucedio? en el Rey-
no de su padre >> y fue tan sabio y tan rico, que
hasta nuestras edades , hablando solo de puros
hombres , ninguno le ha igualado , quanto mas
ven-
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? 62 Pastores de Beleh.
vencido. La penitencia de David, la contricion
y el arrepentimiento fueron tan grandes , como
se conoce de sus escritos, particularmente del
Psalmo 50. con que dare? fin a mi historia , en
el mas triste tono, que el mayor musico destos
valles pudo darle, y tal que creo, que si me ayu-
dara mi voz y la destreza del instrumento, cele-
brarades mi canto con piadosas lagrimas.
Misericordia de mi,
Sen? or, si a juzgarme vienes,
segun las muchas que tienes,
y resplandecen en ti:
confiesso que te ofendi,
y conozco mi maldad, ,*
mi pecado y mi crueldad
me esta? n siempre persiguiendo,
mas el alma esta? diciendo,
peque? a ti solo, piedad.
Aquel mal que yo guardaba
de los hombres , ? hai dolor!
hice en tus ojos, Sen? or,
que ya en menos estimaba:
con esto justificaba
tus palabras, pues lo son,
para que en toda ocasion
a los que te juzgan, venzas,
y sus mentiras convenzas,
dando a mis culpas perdon.
Mira que soy concebido
con la culpa original,
y del vientre maternal
en
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? ? Libro primero.
en sus pecados nacido:
pues de la verdad has sido
tan amigo , haga por mi
haver sabido de ti
aquellos secretos santos,
que siendo ocultos a tantos,
me los revelaste a mi.
Lavarme, Sen? or, podra? s
con el hysopo y la hierba
que con tu gracia reserva
de no ofenderte jama? s :
lavame, para que mas
limpio que la nieve quede,
que gozo,que tanto excede
a mi oido y a mis huessos,
humillados con succssos
tan tristes, alegrar puede .
Tu rostro aparta , Sen? or,
no de mi, de mis pecados,
que de tu libro borrados,
no castigara? s mi error:
cria , divino Hacedor,
corazon nuevo en mi pecho,
y un espiritu derecho
en mis entran? as infunde,
de quien al alma redunde
tan soberano provecho.
De tu cara no me arrojes,
ni tu Espiritu divino
me quites, ni del camino
de tu perdon me despojes:
vuelveme pues, no te enojes. ,
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:45 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Pastores de Belen.
la celestial alegria
que en la esperanza tenia
de mi futura salud,
confirmando en la virtud
de tu amor el alma mia.
Ensen? are? desde aqui
tus caminos a los malos,
que sabiendo tus regalos,
se convertira? n a ti.
Con sangre y carne ofendi
la pureza de tu amor,
librame Dios y Sen? or,
y dara? sin esta mengua
a tu justicia mi lengua
eterna gloria y honor.
Abreme , Sen? or , la boca,
y los labios que cerro
mi pecado, porque yo
te alabe quanto me toca .
Bien se? que no te provoca
el holocausto, ni precias
las aras , que solo aprecias
un espiritu turbado,
que corazon humillado
nunca , S. . n? or , le desprecias.
Benignamente se aplique
tu amor a Sion tambien,
para que Jerusalen
cerca y muros edifique.
Y entonces te sacrifique
holocaustos verdaderos,
puros, limpios y sinceros
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? Libro primero. 65
con ofrendas y oblaciones
de contritos corazones,
y ponga en tu altar corderos.
.
Tu? has dado , dixo Aminadab a Nemoroso,
pastor discreto, el mas agradable fin a tu histo-
ria , que pudo desearse de nosotros, ni imaginar-
se de tu florido ingenio: la version es clara, fa-
cil , literal, y sin salir de los limites de su sen-
tencia , a circuios, ambages "y paraphrasis. Diga
Joran la suya, como esta? concertado , que voy te-
miendo , que el camino quiere dejarnos, porque
como el otro Griego, voy en mis oidos, de quien
nunca pense? que pudieran llevar un hombre tan
descansado. Es muy proprio , respondio Frondo-
so, de los sabios, favorecer los trabajos de los
ingenios agenos , porque como no tienen que
envidiar , no les duele el encarecer, que hay ca-
lidades de hombres que piensan , que el bien que
de los otros dicen, descuentan de sus meritos. Yo
conozco algunos pastores , dixo Palmyra , que to-
da la vida gastan en desagradarse, teniendo por
mas gloria ser tenidos en algo del ignorante
vulgo, que los amigos , que del hablar candida-
mente pudieran resultarles. ? O que? gracia es, dixo
Pyreno, ver esse linage de impecables , adqui-
riendo fama con la fingida ciencia , y fundando
la suya en despreciar a todos ! y mas quando les
sucede que den a luz acaso alguna trabajada ma-
china de sus preceptos, con desengan? o publico de
la expectacion sobervia, que dellos se concibe.
Decia bien un sabio , dixo Aminadab entonces,
Tomo XV 1, I que
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? 66 Pastores de Belen.
que los escritos eran los espejos de los ingenios,
y que quien no havia dado a luz sus obras, no
havia visto la cara de su entendimiento. De essa
manera podemos decir, replico? Joran, que no
tienen espejo los que no han escrito, y no se? yo
que haya cosa en que tan bien se vean, aunque
todos saben la causa: porque una persona no se
puede acordar de su rostro, por muy aprisa que
en el crystal se mire. Debe de ser, dixo Pyreno,
el mismo juicio que puede hacer el que canta , de
su voz misma. Aun es esso diferente, respondio?
Joran , si bien muchos que cantan, se enfadarian
de si mismos, si se oyesen. Dejaos destas cosas,
dixo Tebandra, que si os meteis en philosophias,
mas para escuelas de sabios, que para campos de
pastores rusticos : primeto llegaremos a las caba-
nas , que a sus terminos la porfi? a, y la verdad
al entendimiento. Fueron deste parecer todos, y
rogado Joran, dio? principio a su historia con es-
te prologo.
Ninguna, o sabios pastores, pudiera yo con-
taros , como la que Nemoroso me ha puesto en
las manos, como dandome el hilo, para que
atando en e? l mi principio, prosiga la misma tela,
aunque con tan diferente estilo. No tardo? mucho
tiempo la venganza de la muerte de el inocente
Urias , amenazada de Nathan sobre David , pues
poco despues Amnon su primogenito , se ena-
moro? tiernamente de una hermana suya , lla-
mada Thamar , la mas hermosa doncella que
havia en Jerusalen. Esta juntamente con Absa-
lon su hermano nacio? a David de una h ja del
Rey
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:45 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro primero. '67
Rey de Jesur, que Amnon era de otra madre;
porque el Rey tenia diversas mugeres , conforme
la costumbre de aquellos tiempos. Enamorado pues
Amnon desta hermana suya , y no sabiendo re-
medio humano para poder conquistarla , dejose
llevar tanto de su imaginacion, que no pudiendo
sufrir el alma tan continuadas vigilias, enfermo?
el cuerpo. Tenia Amnon un amigo llamado Jo-
nadab, hijo de Samaa? , hermano de David, hom-
bre prudente y cuerdo, y de quien el afligido
mancebo fiaba las mas intimas cosas de su pecho.
Amabale amado, porque la semejanza de los es-
tudios y costumbres es siempre conciliadora de
las voluntades. Viendole pues Jonadab enfermo,
sin calentura, sin dolor exterior, y sin causa que
se pudicsse atribuir a destemplanza de nuestros
elementos, y como quien mira su amigo (como
en espejo vivo, algo mira de si mismo, razon
porque los ausentes esta? n presentes, los necesita-
dos abundantes, y los enfermos sanos , y como
dixo un sabio, hasta los muertos viven) lastima-
do le dixo: Si el vinculo de la amistad no es in-
ferior a las fuerzas de la sangre , bien pienso,
Amnon querido, que te sera? facil creer el sen ?
timiento que tengo de tu pena. Quando todas las
cosas suceden favorables, ociosa es la amistad;
pero si las adversas la prueban, ? por que? dudas
hacerla de la mia ? Entre desiguales, el amor es
lisonja, sujecion en los humildes , y imperio en
los eminentes, mas en calidades conformes no
hay mas de un alma , satisfaccion pues debes a la
media parte que me dejas deste dolor que tie-
12 nes,
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? ? 8 Pastores de Belen.
nes, o confessara? s por lo menos, que alla? la tie-
nes toda , pues sientes lo que no quieres que yo
sienta, sino es sintiendo, que no me comunicas
lo que sientes. Si naturalmente la melancolica
sangre te ha vencido , resiste con remedios , y no
te des a memorias, aunque la phantasia tenga tal
proporcion con ellas, de que todos los melancoli-
cos abundan, y por esso son mas prudentes , que
sutiles y ingeniosos en sus operaciones. Vamos
donde te alegres, que las tristezas sin causa di-
vertidas se desvanecen. Mas no querria que la tu-
ya fuesse la de aquel Principe, a quien dio? Se-
leuco su hermosa madrastra, pues de haver si-
do yo tu Erisistrato, no me podra? resultar la glo-
ria del remedio , sino del conocimiento solo de
la enfermedad que niegas. ? Hai, dixo Amnon,
caro amigo Jonadab ! ? co? mo sera? possible que te
niegue lo que tan facilmente has conocido, y lo
que tan seguro puedo fiarte? No es natural en-
fermedad mi tristeza, ni podian ser remedios efi-
caces contra su causa sus vanamente solicitadas
alegrias. A mi mal llamaron Erotes los antiguos
Philosophos, y aunque para revocar mi alma de
este tormento le dieron por remedio los ban? os,
los espectaculos y los alegres juegos, no tengo
por possible, que hagan efe&o en mi amor las
experiencias de los otros. Yo he dejado las tra-
zas y los humanos intentos, por no infamar, co-
mo dicen , los remedios, que han sido podero-
sos para tantos. No amo a mi madrastra, como
el hijo de Seleuco; amo a mi hermana Thamar,
unico impossible de mis deseos, y unica hermo-
su-
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? Libro primero. 69
sura para mis ojos. < Que? hare? ? co? mo hallare? re-
medio en tanto dan? o ? a quie? n le pedire? que
me aproveche ? y quie? n tendra? fuerzas para dar-
mele ?
Amor no se cura con hierbas , pues si
amor no es medicable , su fin sera? mi muerte.
Consejos no son poderosos, donde la parte ra-
cional esta? postrada, y cierra la obstinacion las
puertas al exemplo. Yo veo lo mejor, y amor me
fuerza a que lo mas contrario siga. Mi animo se
arroja precipitado al peligro, llevando la repre-
hension a las espaldas , y el deleyte a los ojos.
En vano los pilotos y marineros toman consejo
en la ultima resolucion de el mar contra la rota
nave; lo que la razon pide, vence y niega el fu-
ror. Y presupuesto que ningun exemplo me ha
de mover, ningun consejo impedir, y ningun pe-
ligro moderar, mira si para templar mi dolor te
queda algun remedio , porque de faltar en tu jui-
cio , ya mi desesperacion me convida con el de mi
muerte. No quiera Dios , o perdido mancebo,
respondio' Jonadab , que esta passion bastarda sea
parte a tanto dan? o , como seria contra la natural
conservacion ser homicida de ti mismo , ni yo te
quiero tan mal, que te permita el que intentas.
Remedio se me ofrece a tu deseo, bastante a la exe-
cucion, si no te desfavorece tu fortuna. An? ade a
tu enfermedad melancolica, fingidos sentimientos
y dolorosas quejas , echate en tu cama, y suspira,
vendra? infaliblemente tu padre a verte, mueve su
paternal compassion con lagrimas, que de los hi-
jos son flechas en los corazones de los padres, y
dile finalmente que comerias, si tu hermana Tha-
mar
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? 70 Pastores de Bblen.
mar viniesse a curar de tu mal, y hacerte de sus
manos algun regalo. Lo que resta, quedando
contigo, dispondra? n tus deseos, o no sera? la cul-
pa del remedio, sino de tu cobarde animo. Agra-
do al miserable amante el mal consejo, porque
muchos tienen por felicidad, que en sus intentos
no le pueda haver que los impida, y admirable-
mente dixo uno de los ingenios que celebra Athe-
nas, que dos cosas eran contrarias al consejo, la
prisa y la ira. Y como finalmente muchas cosas,
que por naturaleza esta? n impedidas , se acaban por
consejo; Amnon vencio? las dudas con su obser-
vancia, y dio? a la determinacion lo que la razon
negaba, y los discursos del entendimiento con
los fines del deleyte obscurecia. Fingio? se enfermo,
visito? le el Rey, pidio? le a su hermana , envio? la D? -
vid, la inocente doncella vino amorosa , hizo el
regalo, llevo? le a su hermano , a quien tan dife-
rente deseo tenia furioso. No le gusto? al mance-
bo, que con mortales ansias le buscaba en sus
ojos. Pidio? le que echasse del aposento los criados,
salieron todos, y Amnon turbado y fingido pidio?
el regalo, para que de sus mismas manos le re-
cibiesse. Thamar llego? a darsele , y el determi-
nado mozo le asio? los brazos, y dixo libremen-
te sus deseos, a quien ella respondio? confusa , ba-
n? ando el rostro en sangre, centro donde acude
la natural verguenza, porque el corazon enton-
ces ocupa el miedo. No , hermano mio Amnon,
no intentes cosa tan indigna de tu virtud , tan
fiera a nuestra sangre, y tan contraria a la ra-
zon. No me oprimas, ni hagas tal desatino, que
no
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? Libro primero. 71
no podre? yo tolerar mi afrenta, y tu? sera? s fa? bula
a Israel , y reputado de todos como ignorante.
Amnon , que escuchaba entonces con el deseo, y
pretendia con las manos, tuvo mas fuerzas, y la
misera Thamar de la injusta suya se rindio? llo-
rosa. Mas como de las cosas mal hechas tan pres-
to viene el arrepentimiento , que parece embajador
del castigo; mas que antes de la fuerza la havia
querido, Amnon aborrecio? a Thamar , despues de
haverla forzado, a cuyo proposito me acuerdo
que hizo esta Epigrama Olympo:
Amon, que para amor se diferencia
en la postrera letra solamente,
enfermo? de un phrenetico accidente,
vencio? de la ocasion la resistencia.
Perpetrada tan aspera violencia,
volvio? a su imperio la razon ausente,
y mirando en Thamar su error presente,
mando? la desterrar de su presencia.
Suelto el cabello de oro, las sutiles
hebras las perlas de los ojos ban? an,
diciendo : No me afrentes y aniquiles.
Que mas los hombres, que en las obras dan? an,
y mas parecen barbaros y viles
en dejar de engan? ar , despues que engan? an.
Mirando Amnon la infelicissima hermana suya,
toda llorosa, los cabellos sueltos, los vestidos des-
compuestos , y los ojos llenos de lagrimas , con
ayrado semblante le dixo : Levantate, Thamar,
levantate y vete. La triste a estas palabras toda
confusa respondio? : Mayor mal haces ahora contra
mi
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? 72 Pastores de Belen.
mi despidiendome , que el pasado ha sido, for-
zandome ; pero Amnon ya no escuchaba , ya no
atendia mas que a ver lejos de si la imagen de su
delito, representada en sus lagrimas, y llamando
un paje de su camara, le dixo, (o cruel amante,
mas ya no lo era ) echa esta muger de aqui, y
cierra las puertas. Obedecio? el criado, y ella dejan-
do mal el aposento, donde tan preciosa prenda co-
mo la castidad havia perdido , salio? llorando. Cu-
brio? finalmente , pastores , Thamar sus cabellos
sueltos de ceniza, como si el oro por mucho fue-
go pudiesse ser en ella convertido, y rasgando la
talar tunica, Ornato en aquel tiempo de las virge-
nes hijas de los Reyes, puestas las manos en la
cabeza ( o sen? al de dolor , o de verguenza ) iba llo-
rando. Absalon hermano suyo, viendola entonces,
considerando la jornada que havia hecho , presagio
de su desdicha, le dixo : ? Por ventura , Amnon tu
herma? no te ha forzado? ? pero por que? lo pongo
en duda ? de alla? vienes , Thamar, y el sentimien-
to tuyo por menos causa no era possible que fues-
se con tanto excesso. Tu hermano es, no te afli-
jas , ni atormentes tu corazon con dolor tan vivo.
Quedo? Thamar deshaciendose en casa de Absalon,
con la pena que havreis imaginado de tal desdicha.
Llego? la fama a David del atrevido engan? o de su
hijo , y aunque se entristecio? notablemente, no qui-
so afligir su espiritu del arrepentido mancebo, por-
que en razon de ser su primogenito le amaba tier-
namente. Absalon dissimulando su agravio no ha-
blo? palabra alguna sobre la fealdad deste caso a
Amnon su hermano, si bien le aborrecia interiormen-
te.
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? Libro primero. 73
te. Sucedio? despues de dos an? os, que ha viendo de
hacerse la esquila de sus ganados en Baal. hazor, jun-
to a Epiirain, convido Absalon todos los hijos del
Rey a esta fiesta , y a e? l le suplico que se hailas-
se en ella, y le honrasse con sus criados: a lo qual
se resistid David con b'andas palabras, dandole por
disculpa la pesadumbre que le havian de dar tan al-
tos huespedes , y tantos. A esto replico? Absa-
lon , que siquiera por la gracia que havia hallado
en sus ojos, le concediesse que Amnon su herma-
no le acompan? asse. Tambien le negaba esto Da-
vid ; pero la porfi? a de Absalon y sus ruegos pudie-
ron tanto, que con licencia y bendicion de su pa-
dre , a e? l y a los dema? s hijos suyos llevo? consigo.
Hiloles a todos un convite esplendido, y tal, que
bien er. ? su aparato digno de generoso Principe; pe-
ro advirtio? a sus criados , que lo esiuviessen del
tiempo , en que al seguro Amnon le ofendia el vi-
no, y que en diciendo que le acometiessen, pus:es-
sen en e? l las armas , y le matassen con la satisfaccion
de la seguridad que les daba, siendo orden suya.
No teneis que temer, dixo, yo soy el que os lo
mando; si alguna culpa resultare de este sucesso,
la execucion es vuestra, y la voluntad es mia. Hice-
ronlo assi , y en la sazon del mayor gusto aco-
metieron con las desnudas armas, y hiriendo a Am-
non , turbaron la comida , derribaron las mesas , ri-
n? eron los manteles con su sangre, y cayo? en tier-
ra su cuerpo entre los dorados vasos, mezcla? ndo-
se con el derramado vino su humor sangriento. Hu-
yeron los dema? s hermanos, y antes qua huviessen
llegado a la mitad del camino , ya las nuevas, que
Tumo XVI. K en
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? 74 Pastores de Belen.
en la distancia se duplican, havian llegado al Rey,
de que todos sus hijos eran muertos. Rompio? sus
vestiduras, y echado sobre la tierra lloraba con
sus criados el lastimoso caso , a quien Jonadab
consolaba diciendo : Que no creyesse que todos
sus hijos eran muertos, sino solo Amnon , por-
que e? l sabia, que desde la fuerza de Thamar,
Absalon su hermano le aborrecia. El fratricida
Principe, temiendo la justa ira de su padre, hu-
yo? se a Tholmai? , hijo de Amiud Rey de Jes-
sur , donde vivio? tres an? os.
Satisfecho has a tu obligacion , dixo Pyreno,
despues del justo aplauso de los pastores ; pero
no es razon que te escuses de decir algunos ver-
sos. No quiero yo replicar en esta ocasion, res-
pondio? Joran, a cosa que vuestra voluntad sea,
si bien pudiera escusarme con no saber de memo-
ria sino algunos mios. Lo mejor que nos puede
haver sucedido a nosotros, replico? Nemoroso , se-
ra? esso por dos cosas, que ya nos obligan a es-
perarlos con gusto. La primera, porque tu? los ha-
ces, con otras dos, en que se cifra toda su gra-
cia , que son dulzura y sentencia. Y la segunda,
porque no havra? s escogido los peores. Entram-
bas cosas me faltara? n en esta, dixo el pastor. La
primera , porque a mi me falta aquella parte y
diferencia de ingenio, que es necessaria para es-
cribirlos : y la segunda, porque no todos la tie-
nen en el buen juicio , con que eligen , que es la
mas essencial en el que los hace. En un cuerpo
templado , dixo Aminadab , pastores , concurren
todas essas partes necessarias, que siendo el en-
ten-
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? Libro primero. 75
tendimiento como internuncio del alma, conviene
que sea clarissimo y muy semejante a ella : por-
que de la suerte que un crystalino espejo, mien-
tras esta? mas limpio, mejor recibe las imagenes
de las cosas; assi nuestro espiritu , mientras mas
sutil, mas elegantes vuelve nuestras operaciones;
la memoria digo, la phantasia y el entendimien-
to , la sangre y el espiritu, mas claros y sutiles
esta? n en el cuerpo templado; porque el demasia-
do calor le obscurece abrasandole, la humidad
le condensa. Consta pues, que todas nuestras
obras mas claras salen, y con mayor hermosu-
ra , del cerebro templado , que del contrario, don-
de vemos como se exceden unas a otras. En unos
la phantasia vale, y la memoria fallece. En otros
resplandece la memoria, y vive la imaginacion
enferma, y tal vez, donde estas dos se hallan,
el entendimiento vacila. Viven pues en e? l diver-
sas partes en diversas cosas: en unos la sutilidad,
en otros la facilidad del decir, y en algunos la
destreza del juzgar, que es el proposito que dio
sujeta materia a este discurso. Las cosas, dixo
Nemoroso, sabio pastor, que se ofrecen al entendi-
miento del que escribe ( pues tal vez , si es fertil,
parece que se atropellan las ideas) dejan a essa
diferencia que dices la eleccion; y esse buen jui-
cio para hacerla de lo mas puro, de lo mas a
proposito, y mas nuevo, es lo que ha dado a los
escritores en el mundo mayor opinion. Desdicha
es de algunos ingenios, respondio? Pyreno, que
de dos, o tres conceptos de otras tantas locucio-
nes , o siquiera epithetos para algu? n nombre, que
Ka se
? ?
sus enemigos blasphemassen el divino nombre, el
nin? o recien nacido de Be ti sabe moriria luego.
Dichas es'as palabras, enfermo? el nin? o , y dentro
de siete dias con gran dolor del padre perdio? la
vida. Pero no passaron muchos deste sucesso, que
Bethsabe? se ocupo? de un nuevo infante, que al
tiempo estatuido por la naturaleza, salio? a esta
luz Fue Salomon su nombre, que en nuestra
lengua quiere. decir pacifico, y sucedio? en el Rey-
no de su padre >> y fue tan sabio y tan rico, que
hasta nuestras edades , hablando solo de puros
hombres , ninguno le ha igualado , quanto mas
ven-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:45 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 62 Pastores de Beleh.
vencido. La penitencia de David, la contricion
y el arrepentimiento fueron tan grandes , como
se conoce de sus escritos, particularmente del
Psalmo 50. con que dare? fin a mi historia , en
el mas triste tono, que el mayor musico destos
valles pudo darle, y tal que creo, que si me ayu-
dara mi voz y la destreza del instrumento, cele-
brarades mi canto con piadosas lagrimas.
Misericordia de mi,
Sen? or, si a juzgarme vienes,
segun las muchas que tienes,
y resplandecen en ti:
confiesso que te ofendi,
y conozco mi maldad, ,*
mi pecado y mi crueldad
me esta? n siempre persiguiendo,
mas el alma esta? diciendo,
peque? a ti solo, piedad.
Aquel mal que yo guardaba
de los hombres , ? hai dolor!
hice en tus ojos, Sen? or,
que ya en menos estimaba:
con esto justificaba
tus palabras, pues lo son,
para que en toda ocasion
a los que te juzgan, venzas,
y sus mentiras convenzas,
dando a mis culpas perdon.
Mira que soy concebido
con la culpa original,
y del vientre maternal
en
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? ? Libro primero.
en sus pecados nacido:
pues de la verdad has sido
tan amigo , haga por mi
haver sabido de ti
aquellos secretos santos,
que siendo ocultos a tantos,
me los revelaste a mi.
Lavarme, Sen? or, podra? s
con el hysopo y la hierba
que con tu gracia reserva
de no ofenderte jama? s :
lavame, para que mas
limpio que la nieve quede,
que gozo,que tanto excede
a mi oido y a mis huessos,
humillados con succssos
tan tristes, alegrar puede .
Tu rostro aparta , Sen? or,
no de mi, de mis pecados,
que de tu libro borrados,
no castigara? s mi error:
cria , divino Hacedor,
corazon nuevo en mi pecho,
y un espiritu derecho
en mis entran? as infunde,
de quien al alma redunde
tan soberano provecho.
De tu cara no me arrojes,
ni tu Espiritu divino
me quites, ni del camino
de tu perdon me despojes:
vuelveme pues, no te enojes. ,
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? Pastores de Belen.
la celestial alegria
que en la esperanza tenia
de mi futura salud,
confirmando en la virtud
de tu amor el alma mia.
Ensen? are? desde aqui
tus caminos a los malos,
que sabiendo tus regalos,
se convertira? n a ti.
Con sangre y carne ofendi
la pureza de tu amor,
librame Dios y Sen? or,
y dara? sin esta mengua
a tu justicia mi lengua
eterna gloria y honor.
Abreme , Sen? or , la boca,
y los labios que cerro
mi pecado, porque yo
te alabe quanto me toca .
Bien se? que no te provoca
el holocausto, ni precias
las aras , que solo aprecias
un espiritu turbado,
que corazon humillado
nunca , S. . n? or , le desprecias.
Benignamente se aplique
tu amor a Sion tambien,
para que Jerusalen
cerca y muros edifique.
Y entonces te sacrifique
holocaustos verdaderos,
puros, limpios y sinceros
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? Libro primero. 65
con ofrendas y oblaciones
de contritos corazones,
y ponga en tu altar corderos.
.
Tu? has dado , dixo Aminadab a Nemoroso,
pastor discreto, el mas agradable fin a tu histo-
ria , que pudo desearse de nosotros, ni imaginar-
se de tu florido ingenio: la version es clara, fa-
cil , literal, y sin salir de los limites de su sen-
tencia , a circuios, ambages "y paraphrasis. Diga
Joran la suya, como esta? concertado , que voy te-
miendo , que el camino quiere dejarnos, porque
como el otro Griego, voy en mis oidos, de quien
nunca pense? que pudieran llevar un hombre tan
descansado. Es muy proprio , respondio Frondo-
so, de los sabios, favorecer los trabajos de los
ingenios agenos , porque como no tienen que
envidiar , no les duele el encarecer, que hay ca-
lidades de hombres que piensan , que el bien que
de los otros dicen, descuentan de sus meritos. Yo
conozco algunos pastores , dixo Palmyra , que to-
da la vida gastan en desagradarse, teniendo por
mas gloria ser tenidos en algo del ignorante
vulgo, que los amigos , que del hablar candida-
mente pudieran resultarles. ? O que? gracia es, dixo
Pyreno, ver esse linage de impecables , adqui-
riendo fama con la fingida ciencia , y fundando
la suya en despreciar a todos ! y mas quando les
sucede que den a luz acaso alguna trabajada ma-
china de sus preceptos, con desengan? o publico de
la expectacion sobervia, que dellos se concibe.
Decia bien un sabio , dixo Aminadab entonces,
Tomo XV 1, I que
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? 66 Pastores de Belen.
que los escritos eran los espejos de los ingenios,
y que quien no havia dado a luz sus obras, no
havia visto la cara de su entendimiento. De essa
manera podemos decir, replico? Joran, que no
tienen espejo los que no han escrito, y no se? yo
que haya cosa en que tan bien se vean, aunque
todos saben la causa: porque una persona no se
puede acordar de su rostro, por muy aprisa que
en el crystal se mire. Debe de ser, dixo Pyreno,
el mismo juicio que puede hacer el que canta , de
su voz misma. Aun es esso diferente, respondio?
Joran , si bien muchos que cantan, se enfadarian
de si mismos, si se oyesen. Dejaos destas cosas,
dixo Tebandra, que si os meteis en philosophias,
mas para escuelas de sabios, que para campos de
pastores rusticos : primeto llegaremos a las caba-
nas , que a sus terminos la porfi? a, y la verdad
al entendimiento. Fueron deste parecer todos, y
rogado Joran, dio? principio a su historia con es-
te prologo.
Ninguna, o sabios pastores, pudiera yo con-
taros , como la que Nemoroso me ha puesto en
las manos, como dandome el hilo, para que
atando en e? l mi principio, prosiga la misma tela,
aunque con tan diferente estilo. No tardo? mucho
tiempo la venganza de la muerte de el inocente
Urias , amenazada de Nathan sobre David , pues
poco despues Amnon su primogenito , se ena-
moro? tiernamente de una hermana suya , lla-
mada Thamar , la mas hermosa doncella que
havia en Jerusalen. Esta juntamente con Absa-
lon su hermano nacio? a David de una h ja del
Rey
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:45 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro primero. '67
Rey de Jesur, que Amnon era de otra madre;
porque el Rey tenia diversas mugeres , conforme
la costumbre de aquellos tiempos. Enamorado pues
Amnon desta hermana suya , y no sabiendo re-
medio humano para poder conquistarla , dejose
llevar tanto de su imaginacion, que no pudiendo
sufrir el alma tan continuadas vigilias, enfermo?
el cuerpo. Tenia Amnon un amigo llamado Jo-
nadab, hijo de Samaa? , hermano de David, hom-
bre prudente y cuerdo, y de quien el afligido
mancebo fiaba las mas intimas cosas de su pecho.
Amabale amado, porque la semejanza de los es-
tudios y costumbres es siempre conciliadora de
las voluntades. Viendole pues Jonadab enfermo,
sin calentura, sin dolor exterior, y sin causa que
se pudicsse atribuir a destemplanza de nuestros
elementos, y como quien mira su amigo (como
en espejo vivo, algo mira de si mismo, razon
porque los ausentes esta? n presentes, los necesita-
dos abundantes, y los enfermos sanos , y como
dixo un sabio, hasta los muertos viven) lastima-
do le dixo: Si el vinculo de la amistad no es in-
ferior a las fuerzas de la sangre , bien pienso,
Amnon querido, que te sera? facil creer el sen ?
timiento que tengo de tu pena. Quando todas las
cosas suceden favorables, ociosa es la amistad;
pero si las adversas la prueban, ? por que? dudas
hacerla de la mia ? Entre desiguales, el amor es
lisonja, sujecion en los humildes , y imperio en
los eminentes, mas en calidades conformes no
hay mas de un alma , satisfaccion pues debes a la
media parte que me dejas deste dolor que tie-
12 nes,
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:45 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? ? 8 Pastores de Belen.
nes, o confessara? s por lo menos, que alla? la tie-
nes toda , pues sientes lo que no quieres que yo
sienta, sino es sintiendo, que no me comunicas
lo que sientes. Si naturalmente la melancolica
sangre te ha vencido , resiste con remedios , y no
te des a memorias, aunque la phantasia tenga tal
proporcion con ellas, de que todos los melancoli-
cos abundan, y por esso son mas prudentes , que
sutiles y ingeniosos en sus operaciones. Vamos
donde te alegres, que las tristezas sin causa di-
vertidas se desvanecen. Mas no querria que la tu-
ya fuesse la de aquel Principe, a quien dio? Se-
leuco su hermosa madrastra, pues de haver si-
do yo tu Erisistrato, no me podra? resultar la glo-
ria del remedio , sino del conocimiento solo de
la enfermedad que niegas. ? Hai, dixo Amnon,
caro amigo Jonadab ! ? co? mo sera? possible que te
niegue lo que tan facilmente has conocido, y lo
que tan seguro puedo fiarte? No es natural en-
fermedad mi tristeza, ni podian ser remedios efi-
caces contra su causa sus vanamente solicitadas
alegrias. A mi mal llamaron Erotes los antiguos
Philosophos, y aunque para revocar mi alma de
este tormento le dieron por remedio los ban? os,
los espectaculos y los alegres juegos, no tengo
por possible, que hagan efe&o en mi amor las
experiencias de los otros. Yo he dejado las tra-
zas y los humanos intentos, por no infamar, co-
mo dicen , los remedios, que han sido podero-
sos para tantos. No amo a mi madrastra, como
el hijo de Seleuco; amo a mi hermana Thamar,
unico impossible de mis deseos, y unica hermo-
su-
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? Libro primero. 69
sura para mis ojos. < Que? hare? ? co? mo hallare? re-
medio en tanto dan? o ? a quie? n le pedire? que
me aproveche ? y quie? n tendra? fuerzas para dar-
mele ?
Amor no se cura con hierbas , pues si
amor no es medicable , su fin sera? mi muerte.
Consejos no son poderosos, donde la parte ra-
cional esta? postrada, y cierra la obstinacion las
puertas al exemplo. Yo veo lo mejor, y amor me
fuerza a que lo mas contrario siga. Mi animo se
arroja precipitado al peligro, llevando la repre-
hension a las espaldas , y el deleyte a los ojos.
En vano los pilotos y marineros toman consejo
en la ultima resolucion de el mar contra la rota
nave; lo que la razon pide, vence y niega el fu-
ror. Y presupuesto que ningun exemplo me ha
de mover, ningun consejo impedir, y ningun pe-
ligro moderar, mira si para templar mi dolor te
queda algun remedio , porque de faltar en tu jui-
cio , ya mi desesperacion me convida con el de mi
muerte. No quiera Dios , o perdido mancebo,
respondio' Jonadab , que esta passion bastarda sea
parte a tanto dan? o , como seria contra la natural
conservacion ser homicida de ti mismo , ni yo te
quiero tan mal, que te permita el que intentas.
Remedio se me ofrece a tu deseo, bastante a la exe-
cucion, si no te desfavorece tu fortuna. An? ade a
tu enfermedad melancolica, fingidos sentimientos
y dolorosas quejas , echate en tu cama, y suspira,
vendra? infaliblemente tu padre a verte, mueve su
paternal compassion con lagrimas, que de los hi-
jos son flechas en los corazones de los padres, y
dile finalmente que comerias, si tu hermana Tha-
mar
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? 70 Pastores de Bblen.
mar viniesse a curar de tu mal, y hacerte de sus
manos algun regalo. Lo que resta, quedando
contigo, dispondra? n tus deseos, o no sera? la cul-
pa del remedio, sino de tu cobarde animo. Agra-
do al miserable amante el mal consejo, porque
muchos tienen por felicidad, que en sus intentos
no le pueda haver que los impida, y admirable-
mente dixo uno de los ingenios que celebra Athe-
nas, que dos cosas eran contrarias al consejo, la
prisa y la ira. Y como finalmente muchas cosas,
que por naturaleza esta? n impedidas , se acaban por
consejo; Amnon vencio? las dudas con su obser-
vancia, y dio? a la determinacion lo que la razon
negaba, y los discursos del entendimiento con
los fines del deleyte obscurecia. Fingio? se enfermo,
visito? le el Rey, pidio? le a su hermana , envio? la D? -
vid, la inocente doncella vino amorosa , hizo el
regalo, llevo? le a su hermano , a quien tan dife-
rente deseo tenia furioso. No le gusto? al mance-
bo, que con mortales ansias le buscaba en sus
ojos. Pidio? le que echasse del aposento los criados,
salieron todos, y Amnon turbado y fingido pidio?
el regalo, para que de sus mismas manos le re-
cibiesse. Thamar llego? a darsele , y el determi-
nado mozo le asio? los brazos, y dixo libremen-
te sus deseos, a quien ella respondio? confusa , ba-
n? ando el rostro en sangre, centro donde acude
la natural verguenza, porque el corazon enton-
ces ocupa el miedo. No , hermano mio Amnon,
no intentes cosa tan indigna de tu virtud , tan
fiera a nuestra sangre, y tan contraria a la ra-
zon. No me oprimas, ni hagas tal desatino, que
no
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:45 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro primero. 71
no podre? yo tolerar mi afrenta, y tu? sera? s fa? bula
a Israel , y reputado de todos como ignorante.
Amnon , que escuchaba entonces con el deseo, y
pretendia con las manos, tuvo mas fuerzas, y la
misera Thamar de la injusta suya se rindio? llo-
rosa. Mas como de las cosas mal hechas tan pres-
to viene el arrepentimiento , que parece embajador
del castigo; mas que antes de la fuerza la havia
querido, Amnon aborrecio? a Thamar , despues de
haverla forzado, a cuyo proposito me acuerdo
que hizo esta Epigrama Olympo:
Amon, que para amor se diferencia
en la postrera letra solamente,
enfermo? de un phrenetico accidente,
vencio? de la ocasion la resistencia.
Perpetrada tan aspera violencia,
volvio? a su imperio la razon ausente,
y mirando en Thamar su error presente,
mando? la desterrar de su presencia.
Suelto el cabello de oro, las sutiles
hebras las perlas de los ojos ban? an,
diciendo : No me afrentes y aniquiles.
Que mas los hombres, que en las obras dan? an,
y mas parecen barbaros y viles
en dejar de engan? ar , despues que engan? an.
Mirando Amnon la infelicissima hermana suya,
toda llorosa, los cabellos sueltos, los vestidos des-
compuestos , y los ojos llenos de lagrimas , con
ayrado semblante le dixo : Levantate, Thamar,
levantate y vete. La triste a estas palabras toda
confusa respondio? : Mayor mal haces ahora contra
mi
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? 72 Pastores de Belen.
mi despidiendome , que el pasado ha sido, for-
zandome ; pero Amnon ya no escuchaba , ya no
atendia mas que a ver lejos de si la imagen de su
delito, representada en sus lagrimas, y llamando
un paje de su camara, le dixo, (o cruel amante,
mas ya no lo era ) echa esta muger de aqui, y
cierra las puertas. Obedecio? el criado, y ella dejan-
do mal el aposento, donde tan preciosa prenda co-
mo la castidad havia perdido , salio? llorando. Cu-
brio? finalmente , pastores , Thamar sus cabellos
sueltos de ceniza, como si el oro por mucho fue-
go pudiesse ser en ella convertido, y rasgando la
talar tunica, Ornato en aquel tiempo de las virge-
nes hijas de los Reyes, puestas las manos en la
cabeza ( o sen? al de dolor , o de verguenza ) iba llo-
rando. Absalon hermano suyo, viendola entonces,
considerando la jornada que havia hecho , presagio
de su desdicha, le dixo : ? Por ventura , Amnon tu
herma? no te ha forzado? ? pero por que? lo pongo
en duda ? de alla? vienes , Thamar, y el sentimien-
to tuyo por menos causa no era possible que fues-
se con tanto excesso. Tu hermano es, no te afli-
jas , ni atormentes tu corazon con dolor tan vivo.
Quedo? Thamar deshaciendose en casa de Absalon,
con la pena que havreis imaginado de tal desdicha.
Llego? la fama a David del atrevido engan? o de su
hijo , y aunque se entristecio? notablemente, no qui-
so afligir su espiritu del arrepentido mancebo, por-
que en razon de ser su primogenito le amaba tier-
namente. Absalon dissimulando su agravio no ha-
blo? palabra alguna sobre la fealdad deste caso a
Amnon su hermano, si bien le aborrecia interiormen-
te.
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? Libro primero. 73
te. Sucedio? despues de dos an? os, que ha viendo de
hacerse la esquila de sus ganados en Baal. hazor, jun-
to a Epiirain, convido Absalon todos los hijos del
Rey a esta fiesta , y a e? l le suplico que se hailas-
se en ella, y le honrasse con sus criados: a lo qual
se resistid David con b'andas palabras, dandole por
disculpa la pesadumbre que le havian de dar tan al-
tos huespedes , y tantos. A esto replico? Absa-
lon , que siquiera por la gracia que havia hallado
en sus ojos, le concediesse que Amnon su herma-
no le acompan? asse. Tambien le negaba esto Da-
vid ; pero la porfi? a de Absalon y sus ruegos pudie-
ron tanto, que con licencia y bendicion de su pa-
dre , a e? l y a los dema? s hijos suyos llevo? consigo.
Hiloles a todos un convite esplendido, y tal, que
bien er. ? su aparato digno de generoso Principe; pe-
ro advirtio? a sus criados , que lo esiuviessen del
tiempo , en que al seguro Amnon le ofendia el vi-
no, y que en diciendo que le acometiessen, pus:es-
sen en e? l las armas , y le matassen con la satisfaccion
de la seguridad que les daba, siendo orden suya.
No teneis que temer, dixo, yo soy el que os lo
mando; si alguna culpa resultare de este sucesso,
la execucion es vuestra, y la voluntad es mia. Hice-
ronlo assi , y en la sazon del mayor gusto aco-
metieron con las desnudas armas, y hiriendo a Am-
non , turbaron la comida , derribaron las mesas , ri-
n? eron los manteles con su sangre, y cayo? en tier-
ra su cuerpo entre los dorados vasos, mezcla? ndo-
se con el derramado vino su humor sangriento. Hu-
yeron los dema? s hermanos, y antes qua huviessen
llegado a la mitad del camino , ya las nuevas, que
Tumo XVI. K en
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? 74 Pastores de Belen.
en la distancia se duplican, havian llegado al Rey,
de que todos sus hijos eran muertos. Rompio? sus
vestiduras, y echado sobre la tierra lloraba con
sus criados el lastimoso caso , a quien Jonadab
consolaba diciendo : Que no creyesse que todos
sus hijos eran muertos, sino solo Amnon , por-
que e? l sabia, que desde la fuerza de Thamar,
Absalon su hermano le aborrecia. El fratricida
Principe, temiendo la justa ira de su padre, hu-
yo? se a Tholmai? , hijo de Amiud Rey de Jes-
sur , donde vivio? tres an? os.
Satisfecho has a tu obligacion , dixo Pyreno,
despues del justo aplauso de los pastores ; pero
no es razon que te escuses de decir algunos ver-
sos. No quiero yo replicar en esta ocasion, res-
pondio? Joran, a cosa que vuestra voluntad sea,
si bien pudiera escusarme con no saber de memo-
ria sino algunos mios. Lo mejor que nos puede
haver sucedido a nosotros, replico? Nemoroso , se-
ra? esso por dos cosas, que ya nos obligan a es-
perarlos con gusto. La primera, porque tu? los ha-
ces, con otras dos, en que se cifra toda su gra-
cia , que son dulzura y sentencia. Y la segunda,
porque no havra? s escogido los peores. Entram-
bas cosas me faltara? n en esta, dixo el pastor. La
primera , porque a mi me falta aquella parte y
diferencia de ingenio, que es necessaria para es-
cribirlos : y la segunda, porque no todos la tie-
nen en el buen juicio , con que eligen , que es la
mas essencial en el que los hace. En un cuerpo
templado , dixo Aminadab , pastores , concurren
todas essas partes necessarias, que siendo el en-
ten-
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? Libro primero. 75
tendimiento como internuncio del alma, conviene
que sea clarissimo y muy semejante a ella : por-
que de la suerte que un crystalino espejo, mien-
tras esta? mas limpio, mejor recibe las imagenes
de las cosas; assi nuestro espiritu , mientras mas
sutil, mas elegantes vuelve nuestras operaciones;
la memoria digo, la phantasia y el entendimien-
to , la sangre y el espiritu, mas claros y sutiles
esta? n en el cuerpo templado; porque el demasia-
do calor le obscurece abrasandole, la humidad
le condensa. Consta pues, que todas nuestras
obras mas claras salen, y con mayor hermosu-
ra , del cerebro templado , que del contrario, don-
de vemos como se exceden unas a otras. En unos
la phantasia vale, y la memoria fallece. En otros
resplandece la memoria, y vive la imaginacion
enferma, y tal vez, donde estas dos se hallan,
el entendimiento vacila. Viven pues en e? l diver-
sas partes en diversas cosas: en unos la sutilidad,
en otros la facilidad del decir, y en algunos la
destreza del juzgar, que es el proposito que dio
sujeta materia a este discurso. Las cosas, dixo
Nemoroso, sabio pastor, que se ofrecen al entendi-
miento del que escribe ( pues tal vez , si es fertil,
parece que se atropellan las ideas) dejan a essa
diferencia que dices la eleccion; y esse buen jui-
cio para hacerla de lo mas puro, de lo mas a
proposito, y mas nuevo, es lo que ha dado a los
escritores en el mundo mayor opinion. Desdicha
es de algunos ingenios, respondio? Pyreno, que
de dos, o tres conceptos de otras tantas locucio-
nes , o siquiera epithetos para algu? n nombre, que
Ka se
? ?
