--No hay duda que aunque no sea mas que la ilusion de
hallarse
junto a
una mujer de este calibre, es lo suficiente para no pegar los ojos en
toda la noche.
una mujer de este calibre, es lo suficiente para no pegar los ojos en
toda la noche.
Gustavo Adolfo Becuqer
]
[Footnote 2: Madrid. The capital of Spain and of the province of
Madrid, situated on the Manzanares, and nearly in the geographical
center of Spain. Population some 540,000. The royal palace, begun in
1737, is an imposing rectangular structure on a lofty terrace
overlooking the Manzanares. ]
Los soldados, haciendose almohadas de las monturas, imitaron su
ejemplo, y poco a poco fue apagandose el murmullo de sus voces.
A la media hora solo se oian los ahogados gemidos del aire que entraba
por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado
revolotear de las aves nocturnas que tenian sus nidos en el dosel de
piedra de las esculturas de los muros, y el alternado rumor de los
pasos del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de
su capote, a lo largo del portico.
II
En la epoca a que se remonta la relacion de esta historia, tan
veridica como extraordinaria, lo mismo que al presente, para los que
no sabian apreciar los tesoros del arte que encierran sus muros la
ciudad de Toledo no era mas que un poblacon destartalado, antiguo,
ruinoso e insufrible.
Los oficiales del ejercito frances, que a juzgar por los actos de
vandalismo[1] con que dejaron en ella triste y perdurable memoria de
su ocupacion, de todo tenian menos de artistas o arqueologos, no hay
para que decir que se fastidiaban soberanamente en la vetusta ciudad
de los Cesares. [2]
[Footnote 1: vandalismo. See p. 76, note 1. ]
[Footnote 2: ciudad de los Cesares. See p. 50, note 2, and p. 52,
note 1. ]
En esta situacion de animo, la mas insignificante novedad que viniese
a romper la monotona quietud de aquellos dias eternos e iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asi es que la promocion al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento
estrategico de una columna volante, la salida de un correo de
gabinete, o la llegada de una fuerza cualquiera a la ciudad,
convertianse en tema fecundo de conversacion y objeto de toda clase de
comentarios, hasta tanto que otro incidente venia a sustituirle,[1]
sirviendo de base a nuevas quejas, criticas y suposiciones.
[Footnote 1: sustituirle. See p. 66, note 1. ]
Como era de esperar, entre los oficiales que, segun tenian de
costumbre, acudieron al dia siguiente a tomar el sol y a charlar un
rato en el Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la
llegada de los dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capitulo
durmiendo a pierna suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
Cerca de una hora hacia que la conversacion giraba alrededor de este
asunto, y ya comenzaba a interpretarse de diversos modos la ausencia
del recien venido, a quien uno de los presentes, antiguo companero
suyo de colegio, habia citado para el Zocodover, cuando en una de las
boca-calles de la plaza aparecio al fin nuestro bizarro capitan
despojado de su ancho capoton de guerra, luciendo un gran casco de
metal con penacho de plumas blancas, una casaca azul turqui con
vueltas rojas y un magnifico mandoble con vaina de acero, que resonaba
arrastrandose al compas de sus marciales pasos y del golpe seco y
agudo de sus espuelas de oro.
Apenas le vio su camarada, salio a su encuentro para saludarle, y con
el se adelantaron casi todos los que a la sazon se encontraban en el
corrillo; en quienes habian despertado la curiosidad y la gana de
conocerle, los pormenores que ya habian oido referir acerca de su
caracter original y extrano.
Despues de los estrechos abrazos de costumbre y de las exclamaciones,
placemes y preguntas de rigor en estas entrevistas; despues de hablar
largo y tendido sobre las novedades que andaban por Madrid, la varia
fortuna de la guerra y los amigotes muertos o ausentes, rodando de uno
en otro asunto la conversacion, vino a parar al tema obligado, esto
es, las penalidades del servicio, la falta de distracciones de la
ciudad y el inconveniente de los alojamientos.
Al llegar a este punto, uno de los de la reunion que, por lo visto,
tenia noticia del mal talante con que el joven oficial se habia
resignado a acomodar su gente en la abandonada iglesia, le dijo con
aire de zumba:
--Y a proposito de alojamiento, ? que tal se ha pasado la noche en el
que ocupais?
--Ha habido de todo, contesto el interpelado; pues si bien es verdad
que no he dormido gran cosa, el origen de mi vigilia merece la pena de
la velada. El insomnio junto a una mujer bonita no es seguramente el
peor de los males.
--? Una mujer! repitio su interlocutor como admirandose de la buena
fortuna del recien venido; eso es lo que se llama llegar y besar el
santo.
--Sera tal vez algun antiguo amor de la corte que le sigue a Toledo
para hacerle mas soportable el ostracismo, anadio otro de los del
grupo.
--? Oh! no, dijo entonces el capitan; nada menos que eso. Juro, a fe de
quien soy, que no la conocia y que nunca crei hallar tan bella patrona
en tan incomodo alojamiento. Es todo lo que se llama una verdadera
aventura.
--? Contadla! ? contadla! exclamaron en coro los oficiales que rodeaban
al capitan; y como este se dispusiera a hacerlo asi, todos prestaron
la mayor atencion a sus palabras, mientras el comenzo la historia en
estos terminos:
--Dormia esta noche pasada como duerme un hombre que trae en el cuerpo
trece[1] leguas de camino, cuando he aqui que en lo mejor del sueno me
hizo despertar sobresaltado e incorporarme sobre el codo un estruendo
horrible, un estruendo tal, que me ensordecio un instante para dejarme
despues los oidos zumbando cerca de un minuto, como si un moscardon me
cantase a la oreja.
[Footnote 1: trece = 'thirteen. ' Our author has told us on p. 79
that it was catorce ('fourteen'). ]
Como os habras figurado, la causa de mi susto era el primer golpe que
oia de esa endiablada campana gorda,[1] especie de sochantre de
bronce, que los canonigos de Toledo han colgado en su catedral con el
laudable proposito de matar a disgustos a los necesitados de reposo.
[Footnote 1: campana gorda = 'great bell. ' The famous _Campana
Gorda_, weighing nearly two tons, was cast by Alejandro Gargollo in
1753. It hangs in the cathedral tower surrounded by eight other
bells, and surmounted by two more. ]
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponiame, una vez apagado aquel insolito y temeroso rumor, a coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueno, cuando vino a herir mi
imaginacion y a ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria. A la
dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez
del muro de la capilla mayor, vi una mujer arrodillada junto al altar.
Los oficiales se miraron entre si con expresion entre asombrada e
incredula; el capitan, sin atender al efecto que su narracion
producia, continuo de este modo:
--No podeis figuraros nada semejante a aquella nocturna y fantastica
vision que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas virgenes pintadas en los vidrios de colores que habreis visto
alguna vez destacarse a lo lejos, blancas y luminosas, sobre el
obscuro fondo de las catedrales.
Su rostro ovalado, en donde se veia impreso el sello de una leve y
espiritual demacracion, sus armoniosas facciones llenas de una suave y
melancolica dulzura; su intensa palidez, las purisimas lineas de su
contorno esbelto, su ademan reposado y noble, su traje blanco y
flotante, me traian a la memoria esas mujeres que yo sonaba cuando
casi era un nino. ? Castas y celestes imagenes, quimerico objeto del
vago amor de la adolescencia! Yo me creia juguete de una alucinacion,
y sin quitarle un punto los ojos, ni aun osaba respirar, temiendo que
un soplo desvaneciese el encanto. Ella permanecia inmovil.
Antojabaseme al verla tan diafana y luminosa que no era una criatura
terrenal, sino un espiritu que, revistiendo por un instante la forma
humana, habia descendido en el rayo de la luna, dejando en el aire y
en pos de si la azulada estela que desde el alto ajimez bajaba
verticalmente hasta el pie del opuesto muro, rompiendo la obscura
sombra de aquel recinto lobrego y misterioso.
--Pero . . . exclamo interrumpiendole su camarada de colegio, que,
comenzando por echar a broma la historia, habia concluido
interesandose con su relato: ? como estaba alli aquella mujer? ? No
la[1] dijiste nada? ? No te explico su presencia en aquel sitio?
[Footnote 1: la. See p. 20, note 2. ]
--No me determine a hablarla,[1] porque estaba seguro de que no habia
de contestarme, ni verme ni oirme.
[Footnote 1: la. See p. 20, note 2. ]
--? Era sorda?
--? Era ciega?
--? Era muda? exclamaron a un tiempo tres o cuatro de los que
escuchaban la relacion.
--Lo era todo a la vez, exclamo al fin el capitan despues de un
momento de pausa; porque era. . . de marmol. Al oir el estupendo
desenlace de tan extrana aventura, cuantos habia en el corro
prorrumpieron en una ruidosa carcajada, mientras uno de ellos dijo al
narrador de la peregrina historia, que era el unico que permanecia
callado y en una grave actitud:
--? Acabaramos de una vez! Lo que es de ese genero, tengo yo mas de un
millar, un verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes; serrallo que
desde ahora pongo a vuestra disposicion, ya que, a lo que parece,
tanto os da de una mujer de carne como de piedra.
--? Oh! no . . . continuo el capitan, sin alterarse en lo mas minimo por
las carcajadas de sus companeros: estoy seguro de que no pueden ser
como la mia. La mia es una verdadera dama castellana que por un
milagro de la escultura parece que no la han enterrado en un sepulcro,
sino que aun permanece en cuerpo y alma de hinojos sobre la losa que
le cubre, inmovil, con las manos juntas en ademan suplicante,
sumergida en un extasis de mistico amor.
--De tal modo te explicas, que acabaras por probarnos la verosimilitud
de la fabula de Galatea. [1]
[Footnote 1: Galatea. In the story told by Ovid (_Met. _ x. 243)
Pygmalion, king of Cyprus, conceived an aversion to women, and
devoted himself to art, but having made in ivory a lovely statue of
a woman he became enamored of it, and at his request Aphrodite
endowed it with life. This beautiful woman, Galatea, became his
wife, and bore him a son called Paphos, founder of the city of that
name in Cyprus. ]
--Por mi parte, puedo deciros que siempre la crei una locura; mas
desde anoche comienzo a comprender la pasion del escultor griego.
--Dadas las especiales condiciones de tu nueva dama, creo que, no
tendras inconveniente en presentarnos a ella. De mi se decir que ya no
vivo hasta ver esa maravilla. Pero . . . ? que diantres te pasa? . . .
diriase que esquivas la presentacion. ? Ja! ? ja! ? ja! Bonito fuera que
ya te tuvieramos hasta celoso.
--Celoso, se apresuro a decir el capitan, celoso . . . de los hombres no
. . . mas ved, sin embargo, hasta donde llega mi extravagancia. Junto a
la imagen de esa mujer, tambien de marmol, grave y al parecer con vida
como ella, hay un guerrero, . . . su marido sin duda. . . . Pues bien . . .
lo voy a decir todo, aunque os mofeis de mi necedad . . . si no hubiera
temido que me tratasen de loco, creo que ya lo habria hecho cien veces
pedazos.
Una nueva y aun mas ruidosa carcajada de los oficiales saludo esta
original revelacion del estrambotico enamorado de la dama de piedra.
--Nada, nada; es preciso que la veamos, decian los unos.
--Si, si, es preciso saber si el objeto corresponde a tan alta pasion,
anadian los otros.
--? Cuando nos reuniremos a echar un trago en la iglesia en que os
alojais? exclamaron los demas.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si quereis, respondio el
joven capitan, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante
por aquel relampago de celos. --A proposito. Con los bagajes he traido
hasta un par de docenas de botellas de _Champagne_, verdadero
_Champagne_, restos de un regalo hecho a nuestro general de brigada,
que, como sabeis, es algo pariente.
? Bravo! ? bravo! exclamaron los oficiales a una voz, prorrumpiendo en
alegres exclamaciones.
--? Se bebera vino del pais! [1]
[Footnote 1: vino del pais = 'wine from home,' 'wine from our own
country. ']
--? Y cantaremos una cancion de Ronsard! [1]
[Footnote 1: Ronsard. A celebrated French poet of the sixteenth
century (b. 1524, d. 1585) and father of lyric poetry in France. ]
--Y hablaremos de mujeres, a proposito de la dama del anfitrion.
--Conque . . . ? hasta la noche!
--Hasta la noche.
III
Ya hacia largo rato que los pacificos habitantes de Toledo habian
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcazar, convertido en cuartel, se oia el
ultimo toque de silencio de los clarines, cuando diez o doce oficiales
que poco a poco habian ido reuniendose en el Zocodover, tomaron el
camino que conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el
capitan, animados mas con la esperanza de apurar las prometidas
botellas, que con el deseo de conocer la-maravillosa escultura.
La noche habia cerrado sombria y amenazadora; el cielo estaba cubierto
de nubes de color de plomo; el aire, que zumbaba encarcelado en las
estrechas y retorcidas calles, agitaba la moribunda luz del farolillo
de los retablos, o hacia girar con un chirrido agudo las veletas de
hierro de las torres.
Apenas los oficiales dieron vista a la plaza en que se hallaba situado
el alojamiento de su nuevo amigo, este, que les aguardaba impaciente,
salio a encontrarles; y despues de cambiar algunas palabras a media
voz, todos penetraron juntos en la iglesia, en cuyo lobrego recinto la
escasa claridad de una linterna luchaba trabajosamente con las
obscuras y espesisimas sombras.
--? Por quien soy! exclamo uno de los convidados tendiendo a su
alrededor la vista, que el local es de los menos aproposito del mundo
para una fiesta.
--Efectivamente, dijo otro; nos traes a conocer a una dama, y apenas
si con mucha dificultad se ven los dedos de la mano.
--Y sobre todo, hace un frio, que no parece sino que estamos en la
Siberia,[1] anadio un tercero arrebujandose en el capote.
[Footnote 1: Siberia. A vast region in northern and central Asia,
which forms part of the Russian empire, and which has by far the
lowest winter temperatures of the known world. ]
--Calma, senores, calma, interrumpio el anfitrion; calma, que a todo.
se proveera. ? Eh, muchacho! prosiguio dirigiendose a uno de sus
asistentes; busca por ahi un poco de lena, y enciendenos una buena
fogata en la capilla mayor.
El asistente, obedeciendo las ordenes de su capitan, comenzo a
descargar golpes en la silleria del coro, y despues que hubo reunido
una gran cantidad de lena que fue apilando al pie de las gradas del
presbiterio, tomo la linterna y se dispuso a hacer un auto de fe con
aquellos fragmentos tallados de riquisimas labores entre los que se
veian por aqui parte de una columnilla salomonica, por alla la imagen
de un santo abad, el torso de una mujer, o la disforme cabeza de un
grifo asomado entre hojarasca.
A los pocos minutos, una gran claridad que de improviso se derramo por
todo el ambito de la iglesia, anuncio a los oficiales que habia
llegado la hora de comenzar el festin.
El capitan, que hacia los honores de su alojamiento con la misma
ceremonia que hubiera hecho los de su casa, exclamo dirigiendose a los
convidados:
--Si gustais, pasaremos al _buffet_. [1]
[Footnote 1: buffet. A French word meaning 'refreshment-table. ' It
is customary in France at large receptions and dancing-parties to
install in some room a counter or table from which to serve
refreshments. This is known as the _buffet_. ]
Sus camaradas, afectando la mayor gravedad, respondieron a la
invitacion con un comico salido, y se encaminaron a la capilla mayor
precedidos del heroe de la fiesta, que al llegar a la escalinata se
detuvo un instante, y extendiendo la mano en direccion al sitio que
ocupaba la tumba, les dijo con la finura mas exquisita:
--Tengo el placer de presentaros a la dama de mis pensamientos. Creo
que convendreis conmigo en que no he exagerado su belleza.
Los oficiales volvieron los ojos al punto que les senalaba su amigo, y
una exclamacion de asombro se escapo involuntariamente de todos los
labios.
En el fondo de un arco sepulcral revestido de marmoles negros,
arrodillada delante de un reclinatorio, con las manos juntas y la cara
vuelta hacia el altar, vieron, en efecto, la imagen de una mujer tan
bella, que jamas salio otra igual de manos de un escultor, ni el deseo
pudo pintarla en la fantasia mas soberanamente hermosa.
--En verdad que es un angel, exclamo uno de ellos.
--? Lastima que sea de marmol! anadio otro.
--No hay duda que aunque no sea mas que la ilusion de hallarse junto a
una mujer de este calibre, es lo suficiente para no pegar los ojos en
toda la noche.
--? Y no sabeis quien es ella? preguntaron algunos de los que
contemplaban la estatua al capitan, que sonreia satisfecho de su
triunfo.
--Recordando un poco del latin--que en mi ninez supe, he conseguido, a
duras penas, descifrar la inscripcion de la tumba, contesto el
interpelado; y a lo que he podido colegir, pertenece a un titulo de
Castilla,[1] famoso guerrero que hizo la campana con el Gran
Capitan. [2] Su nombre lo he olvidado; mas su esposa, que es la que
veis, se llama dona Elvira de Castaneda, y por mi fe que si la copia
se parece al original, debio ser la mujer mas notable de su siglo.
[Footnote 1: Castilla. See p. 34, note 1. ]
[Footnote 2: el Gran Capitan. Gonzalo Fernandez de Cordoba (b. 1453,
d. 1515). A famous Spanish general, who served with distinction in
the wars against Portugal and the Moors, and in several Italian
campaigns. ]
Despues de estas breves explicaciones, los convidados, que no perdian
de vista al principal objeto de la reunion, procedieron a destapar
algunas de las botellas y sentandose alrededor de la lumbre, empezo a
andar el vino a la ronda.
A medida que las libaciones se hacian mas numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba a trastornar las cabezas,
crecian la animacion, el ruido y la algazara de los jovenes, de los
cuales estos arrojaban a los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacias, y aquellos cantaban a toda voz
canciones baquicas y escandalosas, mientras los de mas alla
prorrumpian en carcajadas, batian las palmas en senal de aplauso, o
disputaban entre si con blasfemias y juramentos.
El capitan bebia en silencio como un desesperado y sin apartar los
ojos de la estatua de dona Elvira.
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera, y a traves del
confuso velo que la embriaguez habia puesto delante de su vista,
pareciale que la marmorea imagen se transformaba aveces en una mujer
real; pareciale que entreabria los labios como murmurando una oracion;
que se alzaba su pecho' como oprimido y sollozante; que cruzaba las
manos con mas fuerza; que sus mejillas se coloreaban, en fin, como si
se ruborizase ante aquel sacrilego y repugnante espectaculo.
Los oficiales que advirtieron la taciturna tristeza de su camarada, le
sacaron del extasis en que se encontraba sumergido, y presentandole
una copa, exclamaron en coro:
--? Vamos, brindad vos, que sois el unico que no lo ha hecho en toda la
noche!
El joven tomo la copa, y poniendose de pie y alzandola en alto, dijo
encarandose con la estatua del guerrero arrodillado junto a dona
Elvira:
--? Brindo por el emperador,[1] y brindo por la fortuna de sus armas,
merced a las cuales hemos podido venir hasta el fondo de Castilla a
cortejarle su mujer, en su misma tumba, a un vencedor de Cerinola! [2]
[Footnote 1: el emperador. Napoleon Bonaparte, born at Ajaccio,
Corsica, August 15, 1769; died on the island of St. Helena, May 5,
1821. At this time he was at the height of his power. ]
[Footnote 2: Cerinola. At Cerignola, Italy, on April 28, 1503, the
Spanish army under Gonzalo de Cordoba defeated the French under the
Duc de Nemours, and gained for Spain the kingdom of Naples. ]
Los militares acogieron el brindis con una salva de aplausos, y el
capitan, balanceandose, dio algunos pasos hacia el sepulcro.
--No. . . prosiguio dirigiendose siempre a la estatua del guerrero, y
con esa sonrisa estupida propia de la embriaguez . . . no creas que te
tengo rencor alguno porque veo en ti un rival. . . al contrario, te
admiro como un marido paciente, ejemplo de longanimidad y mansedumbre,
y a mi vez quiero tambien ser generoso. Tu serias bebedor a fuer de
soldado. . . no se ha de decir que te he dejado morir de sed, viendonos
vaciar veinte botellas. . . ? toma!
Y esto diciendo llevose la copa a los labios, y despues de
humedecerselos con el licor que contenia, le arrojo el resto a la
cara, prorrumpiendo en una carcajada estrepitosa al ver como caia el
vino sobre la tumba goteando de las barbas de piedra del inmovil
guerrero.
--? Capitan! exclamo en aquel punto uno de sus camaradas en tono de
zumba, cuidado con lo que haceis. . . . Mirad que esas bromas con la
gente de piedra suelen costar caras. . . . Acordaos de lo que acontecio a
los husares del 5? en el monasterio de Poblet. [1] . . . Los guerreros
del claustro dicen que pusieron mano una noche a sus espadas de
granito, y dieron que hacer a los que se entretenian en pintarles
bigotes con carbon.
[Footnote 1: Poblet. A once celebrated Cistercien monastery,
situated about midway between Lerida and Tarragona. It owes its name
to a holy hermit, who, after suffering many persecutions at the
hands of the Moors, was finally granted all the territory of
Hardeta. "When the Christians reconquered the country in 1149, the
body of Poblet was revealed to the Church by miraculous lights, in
consequence of which Ramon Berenguer IV immediately built the
convent. . . (which) became the Escorial of Aragon. " (Ford,
_Handbook_. ) It was plundered and partly destroyed in 1822-1835, but
the ruins are still beautiful and imposing. The following incident
is not one of its well-known legends. ]
Los jovenes acogieron con grandes carcajadas esta ocurrencia; pero el
capitan sin hacer caso de sus lisas, continuo siempre fijo en la misma
idea:
--? Creeis que yo le hubiera dado el vino a no saber que se tragaba al
menos el que le cayese en la boca? . . . ? Oh! . . . ? no! . . . yo no creo
como vosotros que esas estatuas son un pedazo de marmol tan inerte hoy
como el dia en que lo arrancaron de la cantera. Indudablemente el
artista, que es casi un dios, da a su obra un soplo de vida que no
logra hacer que ande y se mueva, pero que le infunde una vida
incomprensible y extrana; vida que yo no me explico bien, pero que la
siento, sobre todo cuando bebo un poco.
--? Magnifico! exclamaron sus camaradas, bebe y prosigue. El oficial
bebio, y fijando los ojos en la imagen de dona Elvira, prosiguio con
una exaltacion creciente:
--? Miradla! . . . ? miradla! . . . ? No veis esos cambiantes rojos de sus
carnes morbidas y transparentes? . . . ? No parece que por debajo de esa
ligera epidermis azulada y suave de alabastro circula un fluido de luz
de color de rosa? . . . ? Quereis mas vida? . . . ? Quereis mas realidad?
. . .
--? Oh! si, seguramente, dijo uno de los que le escuchaban; quisieramos
que fuese de carne y hueso.
--? Carne y hueso! . . . ? Miseria, podredumbre! . . . exclamo el capitan.
Yo he sentido en una orgia arder mis labios y mi cabeza; yo he sentido
este fuego que corre por las venas hirviente como la lava de un
volcan, cuyos vapores caliginosos turban y trastornan el cerebro y
hacen ver visiones extranas. Entonces el beso de esas mujeres
materiales me quemaba como un hierro candente, y las apartaba de mi
con disgusto, con horror, hasta con asco; porque entonces, como ahora,
necesitaba un soplo de 'brisa del mar para mi frente calurosa, beber
hielo y besar nieve. . . nieve tenida de suave luz, nieve coloreada por
un dorado rayo de sol. . . una mujer blanca, hermosa y fria, como esa
mujer de piedra que parece incitarme con su fantastica hermosura, que
parece que oscila al compas de la llama, y me provoca entreabriendo
sus labios y ofreciendome un tesoro de amor. . . . ? Oh! . . . si. . . un
beso. . . solo un beso tuyo podra calmar el ardor que me consume.
--? Capitan! exclamaron algunos de los oficiales al verle dirigirse
hacia la estatua como fuera de si, extraviada la vista y con pasos
inseguros. . . ? que locura vais a hacer? ? Basta de broma y dejad en paz
a los muertos!
El joven ni oyo siquiera las palabras de sus amigos, y tambaleando y
como pudo llego a la tumba y aproximose a la estatua; pero al tenderle
los brazos resono un grito de horror en el templo. Arrojando sangre
por ojos, boca y nariz habia caido desplomado y con la cara deshecha
al pie del sepulcro.
Los oficiales, mudos y espantados, ni se atrevian a dar un paso para
prestarle socorro.
En el momento en que su camarada intento acercar sus labios ardientes
a los de dona Elvira, habian visto al inmovil guerrero levantar la
mano y derribarle con una espantosa bofetada de su guantelete de
piedra.
MAESE[1] PEREZ EL ORGANISTA
[Footnote 1: maese. Obsolete for _maestro_, 'master,' a title of
respect. ]
En Sevilla[1] en el mismo atrio de Santa Ines,[2] y mientras esperaba
que comenzase la Misa del Gallo,[3] oi esta tradicion a una
demandadera del convento.
[Footnote 1: Sevilla. Seville, the capital of the province of
Seville, is a city of some 148,000 inhabitants situated in the
southwestern part of Spain on the Guadalquivir River. In the
sixteenth century, during the reign of Philip II (1556-1598), at
which time the events of this story are supposed to take place,
Seville reached the height of its prosperity. ]
[Footnote 2: Santa Ines. A convent church founded about 1374 by Dona
Maria Coronel, its first abbess, and situated in the street named
after her. The architecture is semi-Gothic. ]
[Footnote 3: la Misa del Gallo. The midnight mass preceding
Christmas day. The introduction of the word _gallo_ has reference to
the early cockcrowing. Compare the expression _al primer gallo_, at
midnight. ]
Como era natural, despues de oirla, aguarde impaciente que comenzara
la ceremonia, ansioso de asistir a un prodigio.
Nada menos prodigioso, sin embargo, que el organo de Santa Ines, ni
nada mas vulgar que los insulsos motetes que nos regalo su organista
aquella noche.
Al salir de la Misa, no pude por menos de decirle a la demandadera con
aire de burla:
--? En que consiste que el organo de maese Perez suena ahora tan mal?
--? Toma! me contesto la vieja, en que ese no es el suyo.
--? No es el suyo? ? Pues que ha sido de el?
--Se cayo a pedazos de puro viejo, hace una porcion de anos.
--? Y el alma del organista?
[Footnote 2: Madrid. The capital of Spain and of the province of
Madrid, situated on the Manzanares, and nearly in the geographical
center of Spain. Population some 540,000. The royal palace, begun in
1737, is an imposing rectangular structure on a lofty terrace
overlooking the Manzanares. ]
Los soldados, haciendose almohadas de las monturas, imitaron su
ejemplo, y poco a poco fue apagandose el murmullo de sus voces.
A la media hora solo se oian los ahogados gemidos del aire que entraba
por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado
revolotear de las aves nocturnas que tenian sus nidos en el dosel de
piedra de las esculturas de los muros, y el alternado rumor de los
pasos del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de
su capote, a lo largo del portico.
II
En la epoca a que se remonta la relacion de esta historia, tan
veridica como extraordinaria, lo mismo que al presente, para los que
no sabian apreciar los tesoros del arte que encierran sus muros la
ciudad de Toledo no era mas que un poblacon destartalado, antiguo,
ruinoso e insufrible.
Los oficiales del ejercito frances, que a juzgar por los actos de
vandalismo[1] con que dejaron en ella triste y perdurable memoria de
su ocupacion, de todo tenian menos de artistas o arqueologos, no hay
para que decir que se fastidiaban soberanamente en la vetusta ciudad
de los Cesares. [2]
[Footnote 1: vandalismo. See p. 76, note 1. ]
[Footnote 2: ciudad de los Cesares. See p. 50, note 2, and p. 52,
note 1. ]
En esta situacion de animo, la mas insignificante novedad que viniese
a romper la monotona quietud de aquellos dias eternos e iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asi es que la promocion al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento
estrategico de una columna volante, la salida de un correo de
gabinete, o la llegada de una fuerza cualquiera a la ciudad,
convertianse en tema fecundo de conversacion y objeto de toda clase de
comentarios, hasta tanto que otro incidente venia a sustituirle,[1]
sirviendo de base a nuevas quejas, criticas y suposiciones.
[Footnote 1: sustituirle. See p. 66, note 1. ]
Como era de esperar, entre los oficiales que, segun tenian de
costumbre, acudieron al dia siguiente a tomar el sol y a charlar un
rato en el Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la
llegada de los dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capitulo
durmiendo a pierna suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
Cerca de una hora hacia que la conversacion giraba alrededor de este
asunto, y ya comenzaba a interpretarse de diversos modos la ausencia
del recien venido, a quien uno de los presentes, antiguo companero
suyo de colegio, habia citado para el Zocodover, cuando en una de las
boca-calles de la plaza aparecio al fin nuestro bizarro capitan
despojado de su ancho capoton de guerra, luciendo un gran casco de
metal con penacho de plumas blancas, una casaca azul turqui con
vueltas rojas y un magnifico mandoble con vaina de acero, que resonaba
arrastrandose al compas de sus marciales pasos y del golpe seco y
agudo de sus espuelas de oro.
Apenas le vio su camarada, salio a su encuentro para saludarle, y con
el se adelantaron casi todos los que a la sazon se encontraban en el
corrillo; en quienes habian despertado la curiosidad y la gana de
conocerle, los pormenores que ya habian oido referir acerca de su
caracter original y extrano.
Despues de los estrechos abrazos de costumbre y de las exclamaciones,
placemes y preguntas de rigor en estas entrevistas; despues de hablar
largo y tendido sobre las novedades que andaban por Madrid, la varia
fortuna de la guerra y los amigotes muertos o ausentes, rodando de uno
en otro asunto la conversacion, vino a parar al tema obligado, esto
es, las penalidades del servicio, la falta de distracciones de la
ciudad y el inconveniente de los alojamientos.
Al llegar a este punto, uno de los de la reunion que, por lo visto,
tenia noticia del mal talante con que el joven oficial se habia
resignado a acomodar su gente en la abandonada iglesia, le dijo con
aire de zumba:
--Y a proposito de alojamiento, ? que tal se ha pasado la noche en el
que ocupais?
--Ha habido de todo, contesto el interpelado; pues si bien es verdad
que no he dormido gran cosa, el origen de mi vigilia merece la pena de
la velada. El insomnio junto a una mujer bonita no es seguramente el
peor de los males.
--? Una mujer! repitio su interlocutor como admirandose de la buena
fortuna del recien venido; eso es lo que se llama llegar y besar el
santo.
--Sera tal vez algun antiguo amor de la corte que le sigue a Toledo
para hacerle mas soportable el ostracismo, anadio otro de los del
grupo.
--? Oh! no, dijo entonces el capitan; nada menos que eso. Juro, a fe de
quien soy, que no la conocia y que nunca crei hallar tan bella patrona
en tan incomodo alojamiento. Es todo lo que se llama una verdadera
aventura.
--? Contadla! ? contadla! exclamaron en coro los oficiales que rodeaban
al capitan; y como este se dispusiera a hacerlo asi, todos prestaron
la mayor atencion a sus palabras, mientras el comenzo la historia en
estos terminos:
--Dormia esta noche pasada como duerme un hombre que trae en el cuerpo
trece[1] leguas de camino, cuando he aqui que en lo mejor del sueno me
hizo despertar sobresaltado e incorporarme sobre el codo un estruendo
horrible, un estruendo tal, que me ensordecio un instante para dejarme
despues los oidos zumbando cerca de un minuto, como si un moscardon me
cantase a la oreja.
[Footnote 1: trece = 'thirteen. ' Our author has told us on p. 79
that it was catorce ('fourteen'). ]
Como os habras figurado, la causa de mi susto era el primer golpe que
oia de esa endiablada campana gorda,[1] especie de sochantre de
bronce, que los canonigos de Toledo han colgado en su catedral con el
laudable proposito de matar a disgustos a los necesitados de reposo.
[Footnote 1: campana gorda = 'great bell. ' The famous _Campana
Gorda_, weighing nearly two tons, was cast by Alejandro Gargollo in
1753. It hangs in the cathedral tower surrounded by eight other
bells, and surmounted by two more. ]
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponiame, una vez apagado aquel insolito y temeroso rumor, a coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueno, cuando vino a herir mi
imaginacion y a ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria. A la
dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez
del muro de la capilla mayor, vi una mujer arrodillada junto al altar.
Los oficiales se miraron entre si con expresion entre asombrada e
incredula; el capitan, sin atender al efecto que su narracion
producia, continuo de este modo:
--No podeis figuraros nada semejante a aquella nocturna y fantastica
vision que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas virgenes pintadas en los vidrios de colores que habreis visto
alguna vez destacarse a lo lejos, blancas y luminosas, sobre el
obscuro fondo de las catedrales.
Su rostro ovalado, en donde se veia impreso el sello de una leve y
espiritual demacracion, sus armoniosas facciones llenas de una suave y
melancolica dulzura; su intensa palidez, las purisimas lineas de su
contorno esbelto, su ademan reposado y noble, su traje blanco y
flotante, me traian a la memoria esas mujeres que yo sonaba cuando
casi era un nino. ? Castas y celestes imagenes, quimerico objeto del
vago amor de la adolescencia! Yo me creia juguete de una alucinacion,
y sin quitarle un punto los ojos, ni aun osaba respirar, temiendo que
un soplo desvaneciese el encanto. Ella permanecia inmovil.
Antojabaseme al verla tan diafana y luminosa que no era una criatura
terrenal, sino un espiritu que, revistiendo por un instante la forma
humana, habia descendido en el rayo de la luna, dejando en el aire y
en pos de si la azulada estela que desde el alto ajimez bajaba
verticalmente hasta el pie del opuesto muro, rompiendo la obscura
sombra de aquel recinto lobrego y misterioso.
--Pero . . . exclamo interrumpiendole su camarada de colegio, que,
comenzando por echar a broma la historia, habia concluido
interesandose con su relato: ? como estaba alli aquella mujer? ? No
la[1] dijiste nada? ? No te explico su presencia en aquel sitio?
[Footnote 1: la. See p. 20, note 2. ]
--No me determine a hablarla,[1] porque estaba seguro de que no habia
de contestarme, ni verme ni oirme.
[Footnote 1: la. See p. 20, note 2. ]
--? Era sorda?
--? Era ciega?
--? Era muda? exclamaron a un tiempo tres o cuatro de los que
escuchaban la relacion.
--Lo era todo a la vez, exclamo al fin el capitan despues de un
momento de pausa; porque era. . . de marmol. Al oir el estupendo
desenlace de tan extrana aventura, cuantos habia en el corro
prorrumpieron en una ruidosa carcajada, mientras uno de ellos dijo al
narrador de la peregrina historia, que era el unico que permanecia
callado y en una grave actitud:
--? Acabaramos de una vez! Lo que es de ese genero, tengo yo mas de un
millar, un verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes; serrallo que
desde ahora pongo a vuestra disposicion, ya que, a lo que parece,
tanto os da de una mujer de carne como de piedra.
--? Oh! no . . . continuo el capitan, sin alterarse en lo mas minimo por
las carcajadas de sus companeros: estoy seguro de que no pueden ser
como la mia. La mia es una verdadera dama castellana que por un
milagro de la escultura parece que no la han enterrado en un sepulcro,
sino que aun permanece en cuerpo y alma de hinojos sobre la losa que
le cubre, inmovil, con las manos juntas en ademan suplicante,
sumergida en un extasis de mistico amor.
--De tal modo te explicas, que acabaras por probarnos la verosimilitud
de la fabula de Galatea. [1]
[Footnote 1: Galatea. In the story told by Ovid (_Met. _ x. 243)
Pygmalion, king of Cyprus, conceived an aversion to women, and
devoted himself to art, but having made in ivory a lovely statue of
a woman he became enamored of it, and at his request Aphrodite
endowed it with life. This beautiful woman, Galatea, became his
wife, and bore him a son called Paphos, founder of the city of that
name in Cyprus. ]
--Por mi parte, puedo deciros que siempre la crei una locura; mas
desde anoche comienzo a comprender la pasion del escultor griego.
--Dadas las especiales condiciones de tu nueva dama, creo que, no
tendras inconveniente en presentarnos a ella. De mi se decir que ya no
vivo hasta ver esa maravilla. Pero . . . ? que diantres te pasa? . . .
diriase que esquivas la presentacion. ? Ja! ? ja! ? ja! Bonito fuera que
ya te tuvieramos hasta celoso.
--Celoso, se apresuro a decir el capitan, celoso . . . de los hombres no
. . . mas ved, sin embargo, hasta donde llega mi extravagancia. Junto a
la imagen de esa mujer, tambien de marmol, grave y al parecer con vida
como ella, hay un guerrero, . . . su marido sin duda. . . . Pues bien . . .
lo voy a decir todo, aunque os mofeis de mi necedad . . . si no hubiera
temido que me tratasen de loco, creo que ya lo habria hecho cien veces
pedazos.
Una nueva y aun mas ruidosa carcajada de los oficiales saludo esta
original revelacion del estrambotico enamorado de la dama de piedra.
--Nada, nada; es preciso que la veamos, decian los unos.
--Si, si, es preciso saber si el objeto corresponde a tan alta pasion,
anadian los otros.
--? Cuando nos reuniremos a echar un trago en la iglesia en que os
alojais? exclamaron los demas.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si quereis, respondio el
joven capitan, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante
por aquel relampago de celos. --A proposito. Con los bagajes he traido
hasta un par de docenas de botellas de _Champagne_, verdadero
_Champagne_, restos de un regalo hecho a nuestro general de brigada,
que, como sabeis, es algo pariente.
? Bravo! ? bravo! exclamaron los oficiales a una voz, prorrumpiendo en
alegres exclamaciones.
--? Se bebera vino del pais! [1]
[Footnote 1: vino del pais = 'wine from home,' 'wine from our own
country. ']
--? Y cantaremos una cancion de Ronsard! [1]
[Footnote 1: Ronsard. A celebrated French poet of the sixteenth
century (b. 1524, d. 1585) and father of lyric poetry in France. ]
--Y hablaremos de mujeres, a proposito de la dama del anfitrion.
--Conque . . . ? hasta la noche!
--Hasta la noche.
III
Ya hacia largo rato que los pacificos habitantes de Toledo habian
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcazar, convertido en cuartel, se oia el
ultimo toque de silencio de los clarines, cuando diez o doce oficiales
que poco a poco habian ido reuniendose en el Zocodover, tomaron el
camino que conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el
capitan, animados mas con la esperanza de apurar las prometidas
botellas, que con el deseo de conocer la-maravillosa escultura.
La noche habia cerrado sombria y amenazadora; el cielo estaba cubierto
de nubes de color de plomo; el aire, que zumbaba encarcelado en las
estrechas y retorcidas calles, agitaba la moribunda luz del farolillo
de los retablos, o hacia girar con un chirrido agudo las veletas de
hierro de las torres.
Apenas los oficiales dieron vista a la plaza en que se hallaba situado
el alojamiento de su nuevo amigo, este, que les aguardaba impaciente,
salio a encontrarles; y despues de cambiar algunas palabras a media
voz, todos penetraron juntos en la iglesia, en cuyo lobrego recinto la
escasa claridad de una linterna luchaba trabajosamente con las
obscuras y espesisimas sombras.
--? Por quien soy! exclamo uno de los convidados tendiendo a su
alrededor la vista, que el local es de los menos aproposito del mundo
para una fiesta.
--Efectivamente, dijo otro; nos traes a conocer a una dama, y apenas
si con mucha dificultad se ven los dedos de la mano.
--Y sobre todo, hace un frio, que no parece sino que estamos en la
Siberia,[1] anadio un tercero arrebujandose en el capote.
[Footnote 1: Siberia. A vast region in northern and central Asia,
which forms part of the Russian empire, and which has by far the
lowest winter temperatures of the known world. ]
--Calma, senores, calma, interrumpio el anfitrion; calma, que a todo.
se proveera. ? Eh, muchacho! prosiguio dirigiendose a uno de sus
asistentes; busca por ahi un poco de lena, y enciendenos una buena
fogata en la capilla mayor.
El asistente, obedeciendo las ordenes de su capitan, comenzo a
descargar golpes en la silleria del coro, y despues que hubo reunido
una gran cantidad de lena que fue apilando al pie de las gradas del
presbiterio, tomo la linterna y se dispuso a hacer un auto de fe con
aquellos fragmentos tallados de riquisimas labores entre los que se
veian por aqui parte de una columnilla salomonica, por alla la imagen
de un santo abad, el torso de una mujer, o la disforme cabeza de un
grifo asomado entre hojarasca.
A los pocos minutos, una gran claridad que de improviso se derramo por
todo el ambito de la iglesia, anuncio a los oficiales que habia
llegado la hora de comenzar el festin.
El capitan, que hacia los honores de su alojamiento con la misma
ceremonia que hubiera hecho los de su casa, exclamo dirigiendose a los
convidados:
--Si gustais, pasaremos al _buffet_. [1]
[Footnote 1: buffet. A French word meaning 'refreshment-table. ' It
is customary in France at large receptions and dancing-parties to
install in some room a counter or table from which to serve
refreshments. This is known as the _buffet_. ]
Sus camaradas, afectando la mayor gravedad, respondieron a la
invitacion con un comico salido, y se encaminaron a la capilla mayor
precedidos del heroe de la fiesta, que al llegar a la escalinata se
detuvo un instante, y extendiendo la mano en direccion al sitio que
ocupaba la tumba, les dijo con la finura mas exquisita:
--Tengo el placer de presentaros a la dama de mis pensamientos. Creo
que convendreis conmigo en que no he exagerado su belleza.
Los oficiales volvieron los ojos al punto que les senalaba su amigo, y
una exclamacion de asombro se escapo involuntariamente de todos los
labios.
En el fondo de un arco sepulcral revestido de marmoles negros,
arrodillada delante de un reclinatorio, con las manos juntas y la cara
vuelta hacia el altar, vieron, en efecto, la imagen de una mujer tan
bella, que jamas salio otra igual de manos de un escultor, ni el deseo
pudo pintarla en la fantasia mas soberanamente hermosa.
--En verdad que es un angel, exclamo uno de ellos.
--? Lastima que sea de marmol! anadio otro.
--No hay duda que aunque no sea mas que la ilusion de hallarse junto a
una mujer de este calibre, es lo suficiente para no pegar los ojos en
toda la noche.
--? Y no sabeis quien es ella? preguntaron algunos de los que
contemplaban la estatua al capitan, que sonreia satisfecho de su
triunfo.
--Recordando un poco del latin--que en mi ninez supe, he conseguido, a
duras penas, descifrar la inscripcion de la tumba, contesto el
interpelado; y a lo que he podido colegir, pertenece a un titulo de
Castilla,[1] famoso guerrero que hizo la campana con el Gran
Capitan. [2] Su nombre lo he olvidado; mas su esposa, que es la que
veis, se llama dona Elvira de Castaneda, y por mi fe que si la copia
se parece al original, debio ser la mujer mas notable de su siglo.
[Footnote 1: Castilla. See p. 34, note 1. ]
[Footnote 2: el Gran Capitan. Gonzalo Fernandez de Cordoba (b. 1453,
d. 1515). A famous Spanish general, who served with distinction in
the wars against Portugal and the Moors, and in several Italian
campaigns. ]
Despues de estas breves explicaciones, los convidados, que no perdian
de vista al principal objeto de la reunion, procedieron a destapar
algunas de las botellas y sentandose alrededor de la lumbre, empezo a
andar el vino a la ronda.
A medida que las libaciones se hacian mas numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba a trastornar las cabezas,
crecian la animacion, el ruido y la algazara de los jovenes, de los
cuales estos arrojaban a los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacias, y aquellos cantaban a toda voz
canciones baquicas y escandalosas, mientras los de mas alla
prorrumpian en carcajadas, batian las palmas en senal de aplauso, o
disputaban entre si con blasfemias y juramentos.
El capitan bebia en silencio como un desesperado y sin apartar los
ojos de la estatua de dona Elvira.
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera, y a traves del
confuso velo que la embriaguez habia puesto delante de su vista,
pareciale que la marmorea imagen se transformaba aveces en una mujer
real; pareciale que entreabria los labios como murmurando una oracion;
que se alzaba su pecho' como oprimido y sollozante; que cruzaba las
manos con mas fuerza; que sus mejillas se coloreaban, en fin, como si
se ruborizase ante aquel sacrilego y repugnante espectaculo.
Los oficiales que advirtieron la taciturna tristeza de su camarada, le
sacaron del extasis en que se encontraba sumergido, y presentandole
una copa, exclamaron en coro:
--? Vamos, brindad vos, que sois el unico que no lo ha hecho en toda la
noche!
El joven tomo la copa, y poniendose de pie y alzandola en alto, dijo
encarandose con la estatua del guerrero arrodillado junto a dona
Elvira:
--? Brindo por el emperador,[1] y brindo por la fortuna de sus armas,
merced a las cuales hemos podido venir hasta el fondo de Castilla a
cortejarle su mujer, en su misma tumba, a un vencedor de Cerinola! [2]
[Footnote 1: el emperador. Napoleon Bonaparte, born at Ajaccio,
Corsica, August 15, 1769; died on the island of St. Helena, May 5,
1821. At this time he was at the height of his power. ]
[Footnote 2: Cerinola. At Cerignola, Italy, on April 28, 1503, the
Spanish army under Gonzalo de Cordoba defeated the French under the
Duc de Nemours, and gained for Spain the kingdom of Naples. ]
Los militares acogieron el brindis con una salva de aplausos, y el
capitan, balanceandose, dio algunos pasos hacia el sepulcro.
--No. . . prosiguio dirigiendose siempre a la estatua del guerrero, y
con esa sonrisa estupida propia de la embriaguez . . . no creas que te
tengo rencor alguno porque veo en ti un rival. . . al contrario, te
admiro como un marido paciente, ejemplo de longanimidad y mansedumbre,
y a mi vez quiero tambien ser generoso. Tu serias bebedor a fuer de
soldado. . . no se ha de decir que te he dejado morir de sed, viendonos
vaciar veinte botellas. . . ? toma!
Y esto diciendo llevose la copa a los labios, y despues de
humedecerselos con el licor que contenia, le arrojo el resto a la
cara, prorrumpiendo en una carcajada estrepitosa al ver como caia el
vino sobre la tumba goteando de las barbas de piedra del inmovil
guerrero.
--? Capitan! exclamo en aquel punto uno de sus camaradas en tono de
zumba, cuidado con lo que haceis. . . . Mirad que esas bromas con la
gente de piedra suelen costar caras. . . . Acordaos de lo que acontecio a
los husares del 5? en el monasterio de Poblet. [1] . . . Los guerreros
del claustro dicen que pusieron mano una noche a sus espadas de
granito, y dieron que hacer a los que se entretenian en pintarles
bigotes con carbon.
[Footnote 1: Poblet. A once celebrated Cistercien monastery,
situated about midway between Lerida and Tarragona. It owes its name
to a holy hermit, who, after suffering many persecutions at the
hands of the Moors, was finally granted all the territory of
Hardeta. "When the Christians reconquered the country in 1149, the
body of Poblet was revealed to the Church by miraculous lights, in
consequence of which Ramon Berenguer IV immediately built the
convent. . . (which) became the Escorial of Aragon. " (Ford,
_Handbook_. ) It was plundered and partly destroyed in 1822-1835, but
the ruins are still beautiful and imposing. The following incident
is not one of its well-known legends. ]
Los jovenes acogieron con grandes carcajadas esta ocurrencia; pero el
capitan sin hacer caso de sus lisas, continuo siempre fijo en la misma
idea:
--? Creeis que yo le hubiera dado el vino a no saber que se tragaba al
menos el que le cayese en la boca? . . . ? Oh! . . . ? no! . . . yo no creo
como vosotros que esas estatuas son un pedazo de marmol tan inerte hoy
como el dia en que lo arrancaron de la cantera. Indudablemente el
artista, que es casi un dios, da a su obra un soplo de vida que no
logra hacer que ande y se mueva, pero que le infunde una vida
incomprensible y extrana; vida que yo no me explico bien, pero que la
siento, sobre todo cuando bebo un poco.
--? Magnifico! exclamaron sus camaradas, bebe y prosigue. El oficial
bebio, y fijando los ojos en la imagen de dona Elvira, prosiguio con
una exaltacion creciente:
--? Miradla! . . . ? miradla! . . . ? No veis esos cambiantes rojos de sus
carnes morbidas y transparentes? . . . ? No parece que por debajo de esa
ligera epidermis azulada y suave de alabastro circula un fluido de luz
de color de rosa? . . . ? Quereis mas vida? . . . ? Quereis mas realidad?
. . .
--? Oh! si, seguramente, dijo uno de los que le escuchaban; quisieramos
que fuese de carne y hueso.
--? Carne y hueso! . . . ? Miseria, podredumbre! . . . exclamo el capitan.
Yo he sentido en una orgia arder mis labios y mi cabeza; yo he sentido
este fuego que corre por las venas hirviente como la lava de un
volcan, cuyos vapores caliginosos turban y trastornan el cerebro y
hacen ver visiones extranas. Entonces el beso de esas mujeres
materiales me quemaba como un hierro candente, y las apartaba de mi
con disgusto, con horror, hasta con asco; porque entonces, como ahora,
necesitaba un soplo de 'brisa del mar para mi frente calurosa, beber
hielo y besar nieve. . . nieve tenida de suave luz, nieve coloreada por
un dorado rayo de sol. . . una mujer blanca, hermosa y fria, como esa
mujer de piedra que parece incitarme con su fantastica hermosura, que
parece que oscila al compas de la llama, y me provoca entreabriendo
sus labios y ofreciendome un tesoro de amor. . . . ? Oh! . . . si. . . un
beso. . . solo un beso tuyo podra calmar el ardor que me consume.
--? Capitan! exclamaron algunos de los oficiales al verle dirigirse
hacia la estatua como fuera de si, extraviada la vista y con pasos
inseguros. . . ? que locura vais a hacer? ? Basta de broma y dejad en paz
a los muertos!
El joven ni oyo siquiera las palabras de sus amigos, y tambaleando y
como pudo llego a la tumba y aproximose a la estatua; pero al tenderle
los brazos resono un grito de horror en el templo. Arrojando sangre
por ojos, boca y nariz habia caido desplomado y con la cara deshecha
al pie del sepulcro.
Los oficiales, mudos y espantados, ni se atrevian a dar un paso para
prestarle socorro.
En el momento en que su camarada intento acercar sus labios ardientes
a los de dona Elvira, habian visto al inmovil guerrero levantar la
mano y derribarle con una espantosa bofetada de su guantelete de
piedra.
MAESE[1] PEREZ EL ORGANISTA
[Footnote 1: maese. Obsolete for _maestro_, 'master,' a title of
respect. ]
En Sevilla[1] en el mismo atrio de Santa Ines,[2] y mientras esperaba
que comenzase la Misa del Gallo,[3] oi esta tradicion a una
demandadera del convento.
[Footnote 1: Sevilla. Seville, the capital of the province of
Seville, is a city of some 148,000 inhabitants situated in the
southwestern part of Spain on the Guadalquivir River. In the
sixteenth century, during the reign of Philip II (1556-1598), at
which time the events of this story are supposed to take place,
Seville reached the height of its prosperity. ]
[Footnote 2: Santa Ines. A convent church founded about 1374 by Dona
Maria Coronel, its first abbess, and situated in the street named
after her. The architecture is semi-Gothic. ]
[Footnote 3: la Misa del Gallo. The midnight mass preceding
Christmas day. The introduction of the word _gallo_ has reference to
the early cockcrowing. Compare the expression _al primer gallo_, at
midnight. ]
Como era natural, despues de oirla, aguarde impaciente que comenzara
la ceremonia, ansioso de asistir a un prodigio.
Nada menos prodigioso, sin embargo, que el organo de Santa Ines, ni
nada mas vulgar que los insulsos motetes que nos regalo su organista
aquella noche.
Al salir de la Misa, no pude por menos de decirle a la demandadera con
aire de burla:
--? En que consiste que el organo de maese Perez suena ahora tan mal?
--? Toma! me contesto la vieja, en que ese no es el suyo.
--? No es el suyo? ? Pues que ha sido de el?
--Se cayo a pedazos de puro viejo, hace una porcion de anos.
--? Y el alma del organista?