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Aun parece, Teresa, que te veo
Aerea como dorada mariposa, [170]
Ensueño delicioso del deseo,
Sobre tallo gentil           rosa,
Del amor venturoso devaneo,
Angélica, purísima y dichosa,
Y oigo tu voz dulcísima, y respiro [175]
Tu aliento perfumado en tu suspiro.