Massenunterhaltung ais Politik im alten Rom,
Maguncia
1944; Paul Veyne, Le pain et le cirque.
Sloterdijk - Esferas - v3
Lieven de Cauter in Conversa- don with Richard Plunz», en: Een Stad in Beweging/ Une ville en mouvement /A Moving City, Bru selas 1998, pág.
230.
482El típo de construcción del «portable cottage», o de la cabaña colonial, surgió en In glaterra en tomo a 1830; cfr. Matthias Ludwig, Mobile Architektur. Geschichte und Entwicklung transportabler und modularer Bauten, Stuttgart 1998, págs. 20-ss.
483Cfr. David Weinberger, Small pieces looselyjoined. A unified theory of the web, Cambridge, Mass. 2002, capítulo 5, «Togethemess», págs. 95-120.
484Cfr. Jeremy Rifkin, Access. Das Verschwinden des Eigentums, Frankfurt/Nueva York 2000, capítulo 7, «Acceso como forma de vida», págs. 154-180.
485Cfr. Peter Schefe, «Prolegómenos a una agentología. ¿Magia, metáfora o montaje? », en: HyperKult. Geschichte, Theorie und Kontext digitaler Medien, Wolfgang Coy/Christoph Tho- len/Martín Wamke eds. , Basilea/Frankfurt 1997, págs. 411-432.
486Bill Gates, Der Weg nach vom. Die Zukunft der Jnformationsgeseüschaft, Hamburgo 1995, capítulo 10, «Cyber-hogar», págs. 297-327.
^Jeremy Rifkin, Access, o. c. , pág. 164.
48Reinhold Grether, Sehnsucht nach WeltkuUur. Grenzüberschreitung und Nichtung im zweiten ókumenischen Zeitalter, tesis doctoral, Constanza 1994, pág. 100.
489Cfr. supra págs. 260-274.
490DavidS. Landes, WohlstandundArmutderNationen. Warumdieeinenreichunddieanderen armsind, Berlín 1999, pág. 23.
491Véase supra, pág. 79-80.
492Cfr. Siegfried Giedion, Raum, Zeit, Architektur. Die Entstehung einer neuen Tradition, Zú- rich/Múnich 1992.
493Cfr. Doris Weigel, Die Einraumwohnung ais ráumliches Manifest der Modeme. Untesuchun- gen zum Innenraum der dreissigerJahre, Schliengen 1996.
494Gabriel Tarde, Die GesetzederNachahmung, o. c. , pág. 87.
495Sobre la historia común del serialismo, estandarización, ingeniería y guerra moderna instruye el trabajo de Peter Berz, 08/15. Ein Standard des 20. Jahrhunderts, Múnich 2001.
496Literalmente: «Proun es el punto de trasbordo de pintura a arquitectura».
497Gottfried Semper, Kleine Schrifien, Manfred y Hans Semper eds. , Berlín/Stuttgart 1884, reimpresión Mittenwald 1979, pág. 422.
498Desde puntos de vista constructivistas, la definición de la unidad elemental arquitectó nica como célula o átomo-hábitat tiene más posibilidades de desarrollo que los intentos de semiódcos de concebir como habitación la unidad más pequeña del texto construido, por lo que habría que colocarla como un nombre o sustantivo en una proposición arquitectónica completa, es decir, en un edificio. Cfr. Fredericjameson, Postmodemism, or, The Cultural Logic ofLate Capitalism, Londres/Nueva York 1991, págs. 105-ss.
49Cfr. EsferasI, Burbujas, págs. 64-ss.
696
^Rarl Marx, Der achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte, en: Marx/Engels Werke, volumen 8, Berlín 1969, pág. 198. [El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Alianza Editorial, Madrid 2003. ]
501Ibid.
TMIbid.
505Ibid. , pág. 201.
^Hermann Broch, Die Schuldlosen. Román in elfErzáhlungen (1950), Frankfurt 1977, pág. 52.
El mismo enunciado: «[. . . ] jugaban unjuego común de obnubilamiento» (ibid. , pág. 247) puede aplicarse tanto a parejas como a unidades sociales más amplias, hasta llegar al forma to de naciones y alianzas de naciones.
505«Un homme seul est toujours en mauvaise compagnie», Paul Valéry, L'Idéefixe ou Deux hommes á la mer (1932); alemán: Diefixe Idee oder Zwei Mánner am Meer, en: Werke, Frankfurter Ausgabe, volumen 2, Frankfurt 1990, pág. 24.
506Esferas I, Burbujas, capítulo 2, «Entre rostros. Sobre la emergencia de la esfera íntima interfa cial», especialmente págs. 181-195; la expresión facialidad [Gesichtlichkeit] es una traducción del término de Deleuze/Guattari visagéitéáe Mille Plateaux, París 1980.
507EsferasI, Burbujas, capítulo 2, pág. 192.
508Elias Canetti, Die Provinz des Menschen. Aufzeichnungen 1942-1972, Múnich/Viena 1973, pág. 232.
m«Je voudrais toute ma vie habiter ce qu’ils appellent leurs cellules», citado por Adolf Max Vogt, Le Corbusier, der edle Wilde, o. c. , pág. 27.
5,0 Sobre el nihilismo metabólico cfr. Reinhold Grether, Sehnsucht nach Weltkultur, o. c. , págs. 98-ss.
51«Aforismos del wastebook de Hegel» (1803-1806), en: G. W. F. Hegel, Werke in zwanzig Bánden, volumen 2, «Escritos de Jena 1801-1807», Frankfurt 1970, pág. 547.
5,2Para la conexión entre silencio e individualización originaria en la gran cultura, cfr. su- pra, págs. 294-297, así como Esferas I, excurso 1, « Transmisión de pensamientos», págs. 245-250.
515La fórmula, por lo que sabemos, se remonta al cineasta francés Ariel Wizman, influido por Lévinas, que articula con ello sus experiencias como discjockey.
514La expresión biofonía la introduce Avital Ronell en su obra Das Telefonbuch. Technik Schizüphrenie Elektrische Rede (original inglés Lincoln, Nebraska 1989), Berlín 2001, pág. 19.
515Cfr. nuestra re-interpretación de la historia bíblica de la creación de Adán en expresio nes de una diádica radicalizada, en: Esferas i, «Introducción. Los aliados o: La comuna exha lada», págs. 39-51.
516Cfr. supra capítulo 1, C, apartado 8, sobre el thanatotopo y su transformación hete- rológica, págs. 352-ss.
517Betty Dodson, Sexforone. DieLust am eigenen Kórper, Munich 1989, pág. 12. [Sexopara uno: el placer del autoerotismo, Temas de Hoy, Madrid 1989. ]
518Volker Grasmuck, « “Solo, pero no solitario” - La generación-otaku. Sobre algunas ten dencias nuevas en la cultura popular y mediática japonesa», en: Norbert Bolz/Friedrich Kit- tler/Christoph Tholen eds. , Computer ais Médium, Munich 1994, págs. 267-296.
519 El avance más importante en esta dirección lo inició Elias Canetti en Masa y poder, al diluir el concepto de masa en tantos matices que ya no podía hablarse de un sentido unita
697
rio de la expresión. Deleuze y Guattari dieron un paso más, introduciendo la diferenciación entre multitudes molares y moleculares. Lo que nosotros llamamos espumas reproduce un aspecto de la molecularidad deleuziana. Conectando con Deleuze y Guattari, Negri y Hardt sustituyeron «masa» por «multitud» en su libro Imperio. Con ello, la despedida de la ideolo gía de la masa tendría que ser un hecho consumado, también entre los restos de las izquier das, capaces aún de teoría.
520Cfr. Emil Kaufmann, «Proyectos arquitectónicos de la época de la Revolución France sa», en: Zeitschrift für bildende Kunst 63, 1929/30, págs. 38-46; Antonio Hernández, Grundsátze einer Ideengeschichte derfranzósischen Architekturtheorie von 1650-1800, Basilea 1972. El término ar quitectura de la revolución no sólo es equívoco desde el punto de vista cronológico, sino tam bién objetivamente, dado que los proyectos correspondientes apenas tienen relación con las ideas de 1789, sino que, al contrario, muestran inequívocamente improntas de motivos masó nicos, pitagóricos y platónicos.
521Respecto al punto de vista de los conservadores, que nunca tendría que haber ma durado, cfr. Hans Sedlmayr, «La esfera como edificio, o: Lo sin fundamento», en: Das Werk des Künstlers i, 1939/40, págs. 279-310; así como en: Klausjan Philipp (ed. ), Revolutionsarchi- tektur. Transformation und Utopie des Raums in der Franzósischen Revolution. Von der Zerstórung der Kónigsstatuen zur republikanischen Idealstadt, Braunschweig/Wiesbaden 1994, págs. 125- 154.
''"Según Denis Richet, «Asambleas revolucionarias», en: Kritisches Wórterbuch derFranzósis- chen Revolution, Fran^ois Furet y Mona Ozouf eds. , volumen n, «Instituciones e innovaciones, ideas, interpretaciones y representaciones», Frankfurt 1996, págs. 850-862, aquí pág. 853.
52,Cfr. , entre otros, Hans Christian Harten, o. c. , págs. 213-217.
524Citado por Walter Markow, Albert Soboul, 1789. Die GrosseRevolution derFranzosen, Colo nia 1977, pág. 131.
525Hans Christian Harten, o. c. , págs. 20-29.
526Cfr. Mona Ozouf, Das Pantheon. Freiheit Gleichheit Brüderlichkeit. Zweifranzósische Gedácht- nisorte, Berlín 1996, págs. 7-38.
S27Cfr. Eduard Pommier, «El Louvre como cementerio del arte del mundo», en: Gottfried
F l i e d l , Die Erfindung des Museums. Anfdnge der bürgerlichen Museumsidee in dr Franzósischen Revo lution, Viena 1996, págs. 7-25.
528Cfr. Mona Ozouf, Das Pantheon, o. c. , pág. 31.
s29En su Kommunikologie, Vilém Flusser ha relacionado el tipo de los «discursos de anfitea tro» con el concepto de totalitarismo; cfr. o. c. , págs. 27-28.
. vioPara la interpretación de este acontecimiento en el marco de la historia de la levitación moderna, cfr. infra, págs. 539-ss.
5,1 Ya el 12 de junio de 1790, durante los preparativos para la fiesta de la Federación, Ma- rat había agitado contra la falacia de la unidad en su gaceta Vami du peuple. «Se os entre tiene con las palabras libertad y unión, mientras ya se prepara en secreto la guerra contra nosotros». Por eso, los auténticos amigos de la patria habrían de excluir de la fiesta tanto a
los indiferentes como a los cobardes y traidores. Marat reconoce exclusivamente clases mo rales y psicopolíticas, no aquellas que todavía se definen por la «posición en el proceso pro ductivo».
698
52Cfr. Esteban Buch, Beethovens Neunte. Eine Biographie, Berlín/Munich 2000, primera par te, «El nacimiento de la música estatal moderna», págs. 19-126.
53La diferenciación entre reuniones públicas en espacios cerrados y al aire libre es sig nificativa tanto en el artículo 8 de la Constitución alemana como en la ley de reunión, ya que el principio de que todos los alemanes tienen el derecho de reunirse pacíficamente y sin ar mas sin previa notificación o permiso, puede ser limitado por ley en caso de reuniones al ai re libre. Cfr. Helmut Ridder/Michael Breitbach/Ulli Rühl/Frank Steinmeier, Versammlungs- recht. Kommentar, Baden-Baden 1992; así como Martin Quilisch, Die demokratische Versammlung. Zur Rechtsnatur der Ordnungsgewalt des Leiters óffentlicher Versammlungen - Zugleich ain Beitrag zu enier Theorie der Versammlungsfrehei/, Berlín 1970.
54Que a los impulsores del movimiento olímpico temprano no se les ocultaba su carác ter de renacimiento lo atestigua, entre otros, el escrito del pedadogo deportivo francés Phi- lippe Daryl, Renaissance physique, París 1888. Sobre el antiguo sistema del circo cfr. Karl-Wil- helm Weeber, Panem et circenses.
Massenunterhaltung ais Politik im alten Rom, Maguncia 1944; Paul Veyne, Le pain et le cirque. Sociologie historiqne d'un pluralisme politique, París 1976; Cle- mens Heucke, Circus und Hippodrom ais politischer Raum. Untersuchungen zum grossen Hippo- drom von Konstantinopel und zu entsprechenden Anlagen in spátantiken Kaiserresidenzen, Hildes- heim/Zúrich/Nueva York 1994.
w Gunter Gebauer, «Olimpia como utopía», en: Olympische Spiele - die andere Utopie der Mo- deme. Olympia zwischen Kult und Droge, Frankfurt 1996, pág. 10.
536Cfr. Klaus Deinet, Die mimetische Revolution oder Diefranzósische Linke und die Re-Inszenie- rung derFranzósischen Revolution im neunzehntenJahrhundert (1830-1871), Stuttgart 2001; Franqois Furet, 1789- Jenseits des Mythos, Hamburgo 1989.
57Elias Canetti, Masse und Macht, o. c. , págs. 53-s.
5WIbid. , págs. 29-s.
539Para la tradición alemana cfr. George L. Mosse, Die Nationalisierung der Massen. Politis-
che Symbolik und Massenbewegungen in Deutschland von den Napoleonischen Kriegen bis zum Dritten
Reich, Frankfurt 1976.
34,1 De todos modos, se ha hecho observar, con razón, que el ir de paseo, por lo demás una
actividad poco americana, como mejor se puede practicar hoy en Estados Unidos es en el Shopping Malí también una transformación del Jlaneur, cfr. Arthur Kroker/Marieluise Kro- ker/David Cook, Panik-Enzyklopadie, Viena 1999, pág. 90.
541La única excepción digna de ser nombrada: los planos de Albert Speer para el Estadio Alemán en el terreno de la asamblea general del partido del Reich en Núremberg, que ha bía de servir como emplazamiento definitivo de losJuegos Olímpicos pangermánicos, pre veían una instalación en U grecizante con una altura de tribuna de casi 100 metros y una ca pacidad para 400. 000 espectadores; los trabajos para ello no fueron más allá de la excavación de la fosa de la obra, hoy un lago dragado. Según Alex Scobie (Hitlers State Architecture: The Impact of Classical Antiquity, Pennsylvania State University, Park y Londres 1990, págs. 79-s. ), también en ese proyecto los elementos de estilo romanos prevalecían sobre los griegos. La autobiografía de Speer confirma esa interpretación, aunque se remita, a la vez, a las impre siones sacadas del estadio panatenaico restaurado durante un viaje por Grecia en 1935. Cfr. Albert Speer, Erinnerungen, Berlín 1969, pág. 76.
699
M2Para el fenómeno de la différance agonal cfr. Esferas II, Globos, excurso 1, « Morir más tar de, en el anfiteatro. Sobre la demora, a la romana», págs. 283-296.
Oswald Spengler, Der Untergang des Abendlandes. Umrisse einer Morphologie der WeUges-
chichte (1923), Munich 1972, pág. 49.
54Cfr. Thomas Schmidt, Wemer March. Architekt des Olympia-Stadions. 1894-1976, Basilea/
Berlín/Boston 1992, pág. 48.
M5Según el informe de Speer, tras la presentación de los planos de March, Hitler quiso
renunciar a losJuegos Olímpicos, porque se negaba a pisar una «caja de cristal así»: en el pro yecto original se preveía cubrir de cristal los espacios vacíos entre el esqueleto de cemento. El Campo de Mayo fue utilizado pocas veces, una de ellas fue durante la visita oficial de Mus- solini, en septiembre de 1937, cuando todo el Campo de deporte del Reich se inundó con un millón de personas.
546Cfr. Thymian Bussemer, Propaganda und Populárkultur. Konstruierte Erlebniswelten im Na- tionalsozialismus, Wiesbaden 2000, pág. 133.
547Para una ordenación histórico-cultual e histórico-arquitectónica del conjunto de Nú-
remberg, cfr. Yvonne Karow, Deutsches Opfer. KuliischeSelbstausloschungaufden Reichsparteitagen
derNSDAP, Berlín 1997, especialmente págs. 33-91.
^ Citado porJoachim Fest, Hitler. Eine Biographie (1973), Munich 2000, pág. 733.
M9Cfr. Yvonne Karow, Deutsches Opfer, o. c. , pág. 88.
50Cfr. Walter Meyer-Bohe/Thomas Meyer-Bohe, Bautenfur Schulungen, Tagungen, Kon-
gresse, Leinfelden-Echterdingen 1983. También (pág. 7) el planteamiento para una teoría de la coyuntura-congreso: «Para cada época hay tareas determinadas prioritarias. Tras la Segun da Guerra Mundial fue la construcción de viviendas, después siguieron, en oleadas, la cons trucción de hospitales, escuelas y universidades. Hoy el acento está en los edificios de expo sición -desde el museo hasta los palacios de congresos-, así como, en unión con ellos, en los edificios de formación avanzada».
551El m+a Messeplaner. Messen & Ausstellungen International, año 83, 2002, Frankfurt 2002, presenta en las págs. 1198-1244, bajo el título «Facilidades para congresos y events», un pano rama de ofertas de espacio y Servicede 144centros de reuniones en 110ciudades dentro del ámbito de lengua alemana, cada uno de los cuales ofrece un espectro de diez hasta treinta grandes pabellones, salas de festejos, salas de conferencia, lounges, aulas de seminario, clubs, salas de prensa, etc. , en dimensiones que van desde 12 a 10. 000 plazas.
Hasta qué punto ha avanzado la explicación técnica del acontecer asambleario en colec tores profesionalmente administrados lo muestra el Arbeitslexikon Menschen. Márkte. Marketing. Medien am Point ofInterest (Mannheim 2000) de Peter Goschmann, que presenta un listado de lo que es interesante saber sobre ferias, exposiciones, events, congresos, reuniones, incentives, sponsoring, etc. ; uno se entera, por ejemplo, de que los revestimientos del suelo en las salas de reunión han de cumplir una mínima exigencia de inflamabilidad (Comportamiento frente al incendio DIN 4102, parte 1, clase B 1); que la «Sociedad alemana para la promoción y de sarrollo de seminarios y reuniones» («DeGefest») es un consorcio de intereses de los ofer tantes en la administración de congresos (que, a su vez, él mismo celebra un congreso pro fesional al año); que el clima ambiente de las salas de reunión tiene que corresponder, según DIN 15906, a las pautas de la reglamentación de los lugares de trabajo, y que en las salas de
700
reunión sin permiso para fumar ha de asegurarse por persona una corriente de aire de al me
nos 20 metros cúbicos a la hora.
M2Cfr. Elisabeth von Samsonow, «Tuch down y Take off. Proyecto de una filosofía del fun
damento (de la construcción)», lección inaugural en la Academia de las Artes Plásticas, Vie-
na 1996,en: ArchitekturundBauForum1/1997, págs. 33-40.
55Guy Debord, «Informe sobre construcción de situaciones», en: Situationistische Interna
tionale 1957-1972, Museo de Arte Moderno, Fundación Ludwig, Viena 1998, págs. 74-77. r,54Mark Wigley, Constants New Babylon. The Hyper-Architecture of Desire, Rotterdam 1998,
pág. 13.
5WGeorg Simmel, «El concepto y la tragedia de la cultura», en: AufsátzeundAbhandlungen
1909-1918, volumen I, Gesamtausgabevol. 12, Frankfurt 2001, págs. 194-223.
556Guy Debord 1957: «La meta general tiene que ser la ampliación de la parte no medio cre de la vida, por un lado, y la disminución, lo más amplia posible, de los instantes vacíos, por otro. Se puede considerar nuestro influjo sobre el comportamiento, pues, como empre
sa de una amplificación cuantitativa de la vida humana, que hay que tomar más en serio que
el proceder biológico que se investiga hoy día». Citado por: SituationistischeInternationale 1957- 1972, o. c. , pág. 75.
557S o b r e e s a t r í a d a , e n d e t a l l e , c f r . supra, c a p í t u l o 1, « I n s u l a m i e n t o s . Para una teoría de las cápsulas, islaseinvernaderos», págs. 237-374.
558L. de C. , «The Capsular City», en: The Hieroglyphics ofSpace, Neil Leach ed. , Londres y Nueva York 2002, págs. 271-280.
559Elisabeth Diller/Ricardo Scofidio, Blur: TheMakingofNothing, NuevaYork 2002.
^’John Kenneth Galbraith, Geseüschaft im Überfluss, Múnich/Zúrich 1959, págs. 12y 16. [La sociedad opulenta, Altaya, Barcelona 1999. ]
561A l e x i s d e T o c q u e v i l l e , Über die Demokratie in Amerika, p r i m e r a p a r t e d e 1835, Z ú r i c h 1987, pág. 21. [La democraciaenAmérica,Alianza, Madrid 2005. ]
“ 2Alfred Weber, Kulturgeschichte ais Kultursoziologie, Munich 1960, pág. 415.
^La expresión se encuentra en el tristemente célebre «Occasional Discourse on the Ne
g r o Q u e s t i o n » , e n : Frazers Magazine 1849, q u e , p o r s u t o m a d e p a r t i d o p o r e l m a n t e n i m i e n t o de la esclavitud, acarreó a Carlyle la repulsa tanto de los liberales como de los abolicionistas cristianos, costándole, además, la amistad de John Stuart Mili.
**O aquellos a quienes sólo se podría ayudar en el marco de la caritascristiana o de la fi lantropía burguesa; cfr. Bronislaw Geremek, Geschichte derArmut. Elend und Barmherzigkeit in Europa, Frankfurt/Viena 1988.
Theodor W. Adorno, Mínima Moralia. Reflexionen aus dem beschádigten Leben, Frankfurt 1951, pág. 7: «La ciencia triste, de la que ofrezco algunas cosas a mi amigo, se remite a un ám bito que en tiempos inmemoriales valía como el propio de la filosofía [. . . ]: la doctrina de la vida correcta». [Mínima moralia: reflexiones desde la vida dañada, Akal, Madrid 2004. ]
r>66Eric Hobsbawm, AgeofExtremes. TheShort Twentieth Century 1914-1991, Londres 1994. No hay por qué ocultar que el éxito de la fórmula «época de extremos» proviene ante todo de su tendencia neutralista: es atractiva por su utilidad para la autoamnistía de la izquierda, que, una vez que se ha hecho un proceso justo y duro a la extrema derecha, se perdona a sí mis ma sus propios excesos sin proceso: en nombre de la «época extrema».
701
^Daniel Bell llama a esto, en lajerga de los teóricos de la discontinuidad, «la revolución de las crecientes pretensiones legales», que estaría incluida en la «revolución de las expecta tivas crecientes»; cfr. Daniel Bell, Die Zukunft der westlichen Welt. Kultur und Technologie im Wi- derstreit, Frankfurt 1979, págs. 271-ss.
568Para los últimos cien años se señala, entre los hombres, un aumento medio de ex
pectativas de vida de 44,1 a 75,1 años, entre las mujeres, de 47,6 a 80,0 años. Para las impli caciones sociales del hundimiento de las cuotas de natalidad cfr. Francis Fukuyama, Dergros- se Aufbruch. Wie unsere Gesellschaft eine neue Ordnung erfindet, Múnich 2002, págs. 128-157; la conexión entre cuotas de nacimiento descendentes, alfabetización y democratización la es clarece Emmanuel Todd en: Aprés l'Empire. Essai sur la décomposition du systémeaméricain, París 2002. [Después del imperio: ensayo sobre la descomposición del sistema norteamericano, Foca, Madrid 2003. ]
569Cfr. la ambivalente obra capital del neo-miserabilismo: Pierre Bourdieu, Das Elend der Welt: Zeugnisse und Diagnosen alUáglichen Leidens an der Gesellschaft, Constanza 1998; para la
fuente del miserabilismo medieval cristiano cfr. Lotario de Segni (papa Inocencio III), Vom Elend des menschlichen Daseins (De miseria conditionis humanae), Carl-Friedrich Geyer (ed. ), Hil- desheim/Zúrich/Nueva York 1990.
570John Kenneth Galbraith, Gesellschaft im Überfluss, o. c.
571«Informe sobre pobreza y riqueza del gobierno federal 2001», tabla anexa 1. 13. Para el grupo entre 25-54 años ellos constituyen el 9,6%, para los de 7-13 años el 15,3% (! ). Cfr. tam bién: Reiner Geissler, Die Sozialstruktur Deutschlands, Opladen 1992. En el 2002, los ahorros me dios por hogar en Austria se cifraban en cerca de 85. 000 euros. El U. S. Bureau o f the Census señala para Estados Unidos que la cuota de pobreza no superó nunca el 15% desde 1967. El concepto de pobreza de los economistas políticos designa la situación de personas, en una nación de bienestar, cuyos ingresos son del 50% o menos de los ingresos medios por cabeza. Stephan Leibfried, Lutz Leisering y otros ( Zeit der Armut, Frankfurt 1995) consideran la po breza en la República Federal de Alemania como un aspecto pasajero de la biografía del lu cro: «No vivimos en una sociedad de dos tercios, sino en una sociedad-70-20-10, constituida por un 70% de nunca-pobres, 20% de pobres ocasionales y 10% de pobres frecuentemente. “Sólo” un 1,3% de la población era pobre en general en el espacio de tiempo que duró la in vestigación» (pág. 306).
572La huella lingüística del pensar en fracciones aparece en giros como sociedad-de-cua-
tro-quintos, sociedad-de-tres-cuartos, sociedad-de-dos-tercios, etc.
575Alemán: Simón Schama, Überfluss und schoner Schein. Zur Kultur der Niederlande im Gol- denen Zeitalter, Múnich 1988.
574JohnKennethGalbraith, TheCultureofContentment,Londres1992,pág. 12[Laculturade la satisfacción, Ariel, Barcelona 2000]; Antonio Gramsci había formulado algo semejante con su concepto de «bloque histórico»; éste se definía como síndrome compuesto de salvaguar dia militante del estado de posesión y rechazo antipolítico activo de los llamados intereses ge nerales. En la «sociedad» pospolítica, la suma de los particularismos da como resultado el re sentimiento sosegado de las mayorías dentro del statu quo.
575En otra parte hemos intentado mostrar que la filosofía surgió más bien de los gestos de
lajactancia con el saber y de la exageración competitiva de la búsqueda de fundamentos pa
702
ra afirmaciones que del asombro; por ejemplo, en Esferas n, Globos, págs. 15-42, así como en: Nicht gerettet. Versuche nach Heidegger, Frankfurt 2001, págs. 255-ss.
576Publicada en alemán en 1957bajo el título de ErosundKultur[Erosycivilización,Ariel,
B a r c e l o n a 2001]; e n 1958, s o b r e e l t r a s f o n d o d e l a a u t o m a t i z a c i ó n i n c i p i e n t e , H a n n a h A r e n d t ,
e n l a s c o n s i d e r a c i o n e s i n t r o d u c t o r i a s a s u o b r a Vita activa oder Vom tátigen Leben ( M u n i c h 1981, págs. 11-12), expresó el diagnóstico: «Lo que nos espera es el panorama de una sociedad la boral a la que se le acaba el trabajo, es decir, la única actividad de la que todavía entiende. ¿Qué podía resultar más funesto? ». Esta afirmación radical-esnobista -que describe a los se res humanos trabajadores como seres vulgares trágicos e inútiles- queda anclada en el sín drome conservador, porque no llega a alcanzar ningún concepto positivo de superabundancia, capacidad adquisitiva de las masas, tiempo libre y praxis opcional de vida. La obra, publica
d a o r i g i n a l m e n t e e n 1950, d e D a v i d R i e s m a n y o t r o s , Die einsame Masse. Eine Untersuchung der Wandlungen des amerikanischen Charakters (Hamburgo 1958, pág. 293) barrunta incidental mente el tema epocal del «malestar entre los nuevos liberados».
577En este contexto puede apreciarse en sujusteza una vez más la crítica demoledora que
Deleuze y Guattari han realizado al psicoanálisis familialístico en su obra Anti-Edipo, de 1972: al refutar las interpretaciones al uso del deseo mediante la estructura pulsional de los pobres
y disciplinados, los autores ponen en evidencia las premisas para la nueva determinación de un inconsciente productivo, no-pobre y no deformado por el trauma.
578Cuando se ha intentado, se ha hecho más bien con acentos ingenuos, culturalmente
reformistas, como por ejemploJohn de Graaf/David Wann/Thomas Naylor, Affluenza. Zeit-
krankheit Konsum, Múnich 2002, donde se expresa la recomendación de volver a vivir tan me
suradamente como los franciscanos y tan satisfactoriamente como los indios de la pradera.
579Sobre algunos motivos de concepciones fallidas del propio bienestar y sobre la insatis
facción de los saturados informa Gerhard Schulze: «Sociología del bienestar», en: Emst-Ul-
rich Huster (ed. ), Reichtum in Deutschland. Die Gewinner in der sozialen Polarisierung, Frank furt/Nueva York, segunda edición 1997, págs. 261-285.
580Cff. H. Kaelble (ed. ), DerBoom. 1948-1973. GesellschaftlicheundwirtschaftlicheFolgenin der BundesrepublikDeutschlandundinEuropa,Opladen 1992.
581Cfr. Gregg Easterbrook, «Axle of Evil. Americas Twisted Love Affair with Sociopathic Cars», en: The New Republic, enero 2003.
^ A l e m á n : M i c h a e l H a r r i s o n , Das andere Amerika. Arrnut in den Vereinigten Staaten, M ú n i c h 1964.
^M arcel Mauss habla en 1923, en su ensayo sobre el don, de que las leyes francesas de la seguridad social contienen un «socialismo estatal ya realizado». En 1924, en su escrito Las ilu siones de la comunidad, P l e s s n e r h a b í a p u e s t o a l d e s c u b i e r t o e l management d e l a i l u s i ó n d e l r a dicalismo y criticado sus fundamentos en una idea extraviada de comuna.
184San Pablo, I Carta a los Tesalonicenses 5, 2.
585«Sobre el concepto de historia», Walter Benjamin, Gesammelte Schrifien, volumen 1, Frankfurt 1974, pág. 697.
482El típo de construcción del «portable cottage», o de la cabaña colonial, surgió en In glaterra en tomo a 1830; cfr. Matthias Ludwig, Mobile Architektur. Geschichte und Entwicklung transportabler und modularer Bauten, Stuttgart 1998, págs. 20-ss.
483Cfr. David Weinberger, Small pieces looselyjoined. A unified theory of the web, Cambridge, Mass. 2002, capítulo 5, «Togethemess», págs. 95-120.
484Cfr. Jeremy Rifkin, Access. Das Verschwinden des Eigentums, Frankfurt/Nueva York 2000, capítulo 7, «Acceso como forma de vida», págs. 154-180.
485Cfr. Peter Schefe, «Prolegómenos a una agentología. ¿Magia, metáfora o montaje? », en: HyperKult. Geschichte, Theorie und Kontext digitaler Medien, Wolfgang Coy/Christoph Tho- len/Martín Wamke eds. , Basilea/Frankfurt 1997, págs. 411-432.
486Bill Gates, Der Weg nach vom. Die Zukunft der Jnformationsgeseüschaft, Hamburgo 1995, capítulo 10, «Cyber-hogar», págs. 297-327.
^Jeremy Rifkin, Access, o. c. , pág. 164.
48Reinhold Grether, Sehnsucht nach WeltkuUur. Grenzüberschreitung und Nichtung im zweiten ókumenischen Zeitalter, tesis doctoral, Constanza 1994, pág. 100.
489Cfr. supra págs. 260-274.
490DavidS. Landes, WohlstandundArmutderNationen. Warumdieeinenreichunddieanderen armsind, Berlín 1999, pág. 23.
491Véase supra, pág. 79-80.
492Cfr. Siegfried Giedion, Raum, Zeit, Architektur. Die Entstehung einer neuen Tradition, Zú- rich/Múnich 1992.
493Cfr. Doris Weigel, Die Einraumwohnung ais ráumliches Manifest der Modeme. Untesuchun- gen zum Innenraum der dreissigerJahre, Schliengen 1996.
494Gabriel Tarde, Die GesetzederNachahmung, o. c. , pág. 87.
495Sobre la historia común del serialismo, estandarización, ingeniería y guerra moderna instruye el trabajo de Peter Berz, 08/15. Ein Standard des 20. Jahrhunderts, Múnich 2001.
496Literalmente: «Proun es el punto de trasbordo de pintura a arquitectura».
497Gottfried Semper, Kleine Schrifien, Manfred y Hans Semper eds. , Berlín/Stuttgart 1884, reimpresión Mittenwald 1979, pág. 422.
498Desde puntos de vista constructivistas, la definición de la unidad elemental arquitectó nica como célula o átomo-hábitat tiene más posibilidades de desarrollo que los intentos de semiódcos de concebir como habitación la unidad más pequeña del texto construido, por lo que habría que colocarla como un nombre o sustantivo en una proposición arquitectónica completa, es decir, en un edificio. Cfr. Fredericjameson, Postmodemism, or, The Cultural Logic ofLate Capitalism, Londres/Nueva York 1991, págs. 105-ss.
49Cfr. EsferasI, Burbujas, págs. 64-ss.
696
^Rarl Marx, Der achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte, en: Marx/Engels Werke, volumen 8, Berlín 1969, pág. 198. [El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Alianza Editorial, Madrid 2003. ]
501Ibid.
TMIbid.
505Ibid. , pág. 201.
^Hermann Broch, Die Schuldlosen. Román in elfErzáhlungen (1950), Frankfurt 1977, pág. 52.
El mismo enunciado: «[. . . ] jugaban unjuego común de obnubilamiento» (ibid. , pág. 247) puede aplicarse tanto a parejas como a unidades sociales más amplias, hasta llegar al forma to de naciones y alianzas de naciones.
505«Un homme seul est toujours en mauvaise compagnie», Paul Valéry, L'Idéefixe ou Deux hommes á la mer (1932); alemán: Diefixe Idee oder Zwei Mánner am Meer, en: Werke, Frankfurter Ausgabe, volumen 2, Frankfurt 1990, pág. 24.
506Esferas I, Burbujas, capítulo 2, «Entre rostros. Sobre la emergencia de la esfera íntima interfa cial», especialmente págs. 181-195; la expresión facialidad [Gesichtlichkeit] es una traducción del término de Deleuze/Guattari visagéitéáe Mille Plateaux, París 1980.
507EsferasI, Burbujas, capítulo 2, pág. 192.
508Elias Canetti, Die Provinz des Menschen. Aufzeichnungen 1942-1972, Múnich/Viena 1973, pág. 232.
m«Je voudrais toute ma vie habiter ce qu’ils appellent leurs cellules», citado por Adolf Max Vogt, Le Corbusier, der edle Wilde, o. c. , pág. 27.
5,0 Sobre el nihilismo metabólico cfr. Reinhold Grether, Sehnsucht nach Weltkultur, o. c. , págs. 98-ss.
51«Aforismos del wastebook de Hegel» (1803-1806), en: G. W. F. Hegel, Werke in zwanzig Bánden, volumen 2, «Escritos de Jena 1801-1807», Frankfurt 1970, pág. 547.
5,2Para la conexión entre silencio e individualización originaria en la gran cultura, cfr. su- pra, págs. 294-297, así como Esferas I, excurso 1, « Transmisión de pensamientos», págs. 245-250.
515La fórmula, por lo que sabemos, se remonta al cineasta francés Ariel Wizman, influido por Lévinas, que articula con ello sus experiencias como discjockey.
514La expresión biofonía la introduce Avital Ronell en su obra Das Telefonbuch. Technik Schizüphrenie Elektrische Rede (original inglés Lincoln, Nebraska 1989), Berlín 2001, pág. 19.
515Cfr. nuestra re-interpretación de la historia bíblica de la creación de Adán en expresio nes de una diádica radicalizada, en: Esferas i, «Introducción. Los aliados o: La comuna exha lada», págs. 39-51.
516Cfr. supra capítulo 1, C, apartado 8, sobre el thanatotopo y su transformación hete- rológica, págs. 352-ss.
517Betty Dodson, Sexforone. DieLust am eigenen Kórper, Munich 1989, pág. 12. [Sexopara uno: el placer del autoerotismo, Temas de Hoy, Madrid 1989. ]
518Volker Grasmuck, « “Solo, pero no solitario” - La generación-otaku. Sobre algunas ten dencias nuevas en la cultura popular y mediática japonesa», en: Norbert Bolz/Friedrich Kit- tler/Christoph Tholen eds. , Computer ais Médium, Munich 1994, págs. 267-296.
519 El avance más importante en esta dirección lo inició Elias Canetti en Masa y poder, al diluir el concepto de masa en tantos matices que ya no podía hablarse de un sentido unita
697
rio de la expresión. Deleuze y Guattari dieron un paso más, introduciendo la diferenciación entre multitudes molares y moleculares. Lo que nosotros llamamos espumas reproduce un aspecto de la molecularidad deleuziana. Conectando con Deleuze y Guattari, Negri y Hardt sustituyeron «masa» por «multitud» en su libro Imperio. Con ello, la despedida de la ideolo gía de la masa tendría que ser un hecho consumado, también entre los restos de las izquier das, capaces aún de teoría.
520Cfr. Emil Kaufmann, «Proyectos arquitectónicos de la época de la Revolución France sa», en: Zeitschrift für bildende Kunst 63, 1929/30, págs. 38-46; Antonio Hernández, Grundsátze einer Ideengeschichte derfranzósischen Architekturtheorie von 1650-1800, Basilea 1972. El término ar quitectura de la revolución no sólo es equívoco desde el punto de vista cronológico, sino tam bién objetivamente, dado que los proyectos correspondientes apenas tienen relación con las ideas de 1789, sino que, al contrario, muestran inequívocamente improntas de motivos masó nicos, pitagóricos y platónicos.
521Respecto al punto de vista de los conservadores, que nunca tendría que haber ma durado, cfr. Hans Sedlmayr, «La esfera como edificio, o: Lo sin fundamento», en: Das Werk des Künstlers i, 1939/40, págs. 279-310; así como en: Klausjan Philipp (ed. ), Revolutionsarchi- tektur. Transformation und Utopie des Raums in der Franzósischen Revolution. Von der Zerstórung der Kónigsstatuen zur republikanischen Idealstadt, Braunschweig/Wiesbaden 1994, págs. 125- 154.
''"Según Denis Richet, «Asambleas revolucionarias», en: Kritisches Wórterbuch derFranzósis- chen Revolution, Fran^ois Furet y Mona Ozouf eds. , volumen n, «Instituciones e innovaciones, ideas, interpretaciones y representaciones», Frankfurt 1996, págs. 850-862, aquí pág. 853.
52,Cfr. , entre otros, Hans Christian Harten, o. c. , págs. 213-217.
524Citado por Walter Markow, Albert Soboul, 1789. Die GrosseRevolution derFranzosen, Colo nia 1977, pág. 131.
525Hans Christian Harten, o. c. , págs. 20-29.
526Cfr. Mona Ozouf, Das Pantheon. Freiheit Gleichheit Brüderlichkeit. Zweifranzósische Gedácht- nisorte, Berlín 1996, págs. 7-38.
S27Cfr. Eduard Pommier, «El Louvre como cementerio del arte del mundo», en: Gottfried
F l i e d l , Die Erfindung des Museums. Anfdnge der bürgerlichen Museumsidee in dr Franzósischen Revo lution, Viena 1996, págs. 7-25.
528Cfr. Mona Ozouf, Das Pantheon, o. c. , pág. 31.
s29En su Kommunikologie, Vilém Flusser ha relacionado el tipo de los «discursos de anfitea tro» con el concepto de totalitarismo; cfr. o. c. , págs. 27-28.
. vioPara la interpretación de este acontecimiento en el marco de la historia de la levitación moderna, cfr. infra, págs. 539-ss.
5,1 Ya el 12 de junio de 1790, durante los preparativos para la fiesta de la Federación, Ma- rat había agitado contra la falacia de la unidad en su gaceta Vami du peuple. «Se os entre tiene con las palabras libertad y unión, mientras ya se prepara en secreto la guerra contra nosotros». Por eso, los auténticos amigos de la patria habrían de excluir de la fiesta tanto a
los indiferentes como a los cobardes y traidores. Marat reconoce exclusivamente clases mo rales y psicopolíticas, no aquellas que todavía se definen por la «posición en el proceso pro ductivo».
698
52Cfr. Esteban Buch, Beethovens Neunte. Eine Biographie, Berlín/Munich 2000, primera par te, «El nacimiento de la música estatal moderna», págs. 19-126.
53La diferenciación entre reuniones públicas en espacios cerrados y al aire libre es sig nificativa tanto en el artículo 8 de la Constitución alemana como en la ley de reunión, ya que el principio de que todos los alemanes tienen el derecho de reunirse pacíficamente y sin ar mas sin previa notificación o permiso, puede ser limitado por ley en caso de reuniones al ai re libre. Cfr. Helmut Ridder/Michael Breitbach/Ulli Rühl/Frank Steinmeier, Versammlungs- recht. Kommentar, Baden-Baden 1992; así como Martin Quilisch, Die demokratische Versammlung. Zur Rechtsnatur der Ordnungsgewalt des Leiters óffentlicher Versammlungen - Zugleich ain Beitrag zu enier Theorie der Versammlungsfrehei/, Berlín 1970.
54Que a los impulsores del movimiento olímpico temprano no se les ocultaba su carác ter de renacimiento lo atestigua, entre otros, el escrito del pedadogo deportivo francés Phi- lippe Daryl, Renaissance physique, París 1888. Sobre el antiguo sistema del circo cfr. Karl-Wil- helm Weeber, Panem et circenses.
Massenunterhaltung ais Politik im alten Rom, Maguncia 1944; Paul Veyne, Le pain et le cirque. Sociologie historiqne d'un pluralisme politique, París 1976; Cle- mens Heucke, Circus und Hippodrom ais politischer Raum. Untersuchungen zum grossen Hippo- drom von Konstantinopel und zu entsprechenden Anlagen in spátantiken Kaiserresidenzen, Hildes- heim/Zúrich/Nueva York 1994.
w Gunter Gebauer, «Olimpia como utopía», en: Olympische Spiele - die andere Utopie der Mo- deme. Olympia zwischen Kult und Droge, Frankfurt 1996, pág. 10.
536Cfr. Klaus Deinet, Die mimetische Revolution oder Diefranzósische Linke und die Re-Inszenie- rung derFranzósischen Revolution im neunzehntenJahrhundert (1830-1871), Stuttgart 2001; Franqois Furet, 1789- Jenseits des Mythos, Hamburgo 1989.
57Elias Canetti, Masse und Macht, o. c. , págs. 53-s.
5WIbid. , págs. 29-s.
539Para la tradición alemana cfr. George L. Mosse, Die Nationalisierung der Massen. Politis-
che Symbolik und Massenbewegungen in Deutschland von den Napoleonischen Kriegen bis zum Dritten
Reich, Frankfurt 1976.
34,1 De todos modos, se ha hecho observar, con razón, que el ir de paseo, por lo demás una
actividad poco americana, como mejor se puede practicar hoy en Estados Unidos es en el Shopping Malí también una transformación del Jlaneur, cfr. Arthur Kroker/Marieluise Kro- ker/David Cook, Panik-Enzyklopadie, Viena 1999, pág. 90.
541La única excepción digna de ser nombrada: los planos de Albert Speer para el Estadio Alemán en el terreno de la asamblea general del partido del Reich en Núremberg, que ha bía de servir como emplazamiento definitivo de losJuegos Olímpicos pangermánicos, pre veían una instalación en U grecizante con una altura de tribuna de casi 100 metros y una ca pacidad para 400. 000 espectadores; los trabajos para ello no fueron más allá de la excavación de la fosa de la obra, hoy un lago dragado. Según Alex Scobie (Hitlers State Architecture: The Impact of Classical Antiquity, Pennsylvania State University, Park y Londres 1990, págs. 79-s. ), también en ese proyecto los elementos de estilo romanos prevalecían sobre los griegos. La autobiografía de Speer confirma esa interpretación, aunque se remita, a la vez, a las impre siones sacadas del estadio panatenaico restaurado durante un viaje por Grecia en 1935. Cfr. Albert Speer, Erinnerungen, Berlín 1969, pág. 76.
699
M2Para el fenómeno de la différance agonal cfr. Esferas II, Globos, excurso 1, « Morir más tar de, en el anfiteatro. Sobre la demora, a la romana», págs. 283-296.
Oswald Spengler, Der Untergang des Abendlandes. Umrisse einer Morphologie der WeUges-
chichte (1923), Munich 1972, pág. 49.
54Cfr. Thomas Schmidt, Wemer March. Architekt des Olympia-Stadions. 1894-1976, Basilea/
Berlín/Boston 1992, pág. 48.
M5Según el informe de Speer, tras la presentación de los planos de March, Hitler quiso
renunciar a losJuegos Olímpicos, porque se negaba a pisar una «caja de cristal así»: en el pro yecto original se preveía cubrir de cristal los espacios vacíos entre el esqueleto de cemento. El Campo de Mayo fue utilizado pocas veces, una de ellas fue durante la visita oficial de Mus- solini, en septiembre de 1937, cuando todo el Campo de deporte del Reich se inundó con un millón de personas.
546Cfr. Thymian Bussemer, Propaganda und Populárkultur. Konstruierte Erlebniswelten im Na- tionalsozialismus, Wiesbaden 2000, pág. 133.
547Para una ordenación histórico-cultual e histórico-arquitectónica del conjunto de Nú-
remberg, cfr. Yvonne Karow, Deutsches Opfer. KuliischeSelbstausloschungaufden Reichsparteitagen
derNSDAP, Berlín 1997, especialmente págs. 33-91.
^ Citado porJoachim Fest, Hitler. Eine Biographie (1973), Munich 2000, pág. 733.
M9Cfr. Yvonne Karow, Deutsches Opfer, o. c. , pág. 88.
50Cfr. Walter Meyer-Bohe/Thomas Meyer-Bohe, Bautenfur Schulungen, Tagungen, Kon-
gresse, Leinfelden-Echterdingen 1983. También (pág. 7) el planteamiento para una teoría de la coyuntura-congreso: «Para cada época hay tareas determinadas prioritarias. Tras la Segun da Guerra Mundial fue la construcción de viviendas, después siguieron, en oleadas, la cons trucción de hospitales, escuelas y universidades. Hoy el acento está en los edificios de expo sición -desde el museo hasta los palacios de congresos-, así como, en unión con ellos, en los edificios de formación avanzada».
551El m+a Messeplaner. Messen & Ausstellungen International, año 83, 2002, Frankfurt 2002, presenta en las págs. 1198-1244, bajo el título «Facilidades para congresos y events», un pano rama de ofertas de espacio y Servicede 144centros de reuniones en 110ciudades dentro del ámbito de lengua alemana, cada uno de los cuales ofrece un espectro de diez hasta treinta grandes pabellones, salas de festejos, salas de conferencia, lounges, aulas de seminario, clubs, salas de prensa, etc. , en dimensiones que van desde 12 a 10. 000 plazas.
Hasta qué punto ha avanzado la explicación técnica del acontecer asambleario en colec tores profesionalmente administrados lo muestra el Arbeitslexikon Menschen. Márkte. Marketing. Medien am Point ofInterest (Mannheim 2000) de Peter Goschmann, que presenta un listado de lo que es interesante saber sobre ferias, exposiciones, events, congresos, reuniones, incentives, sponsoring, etc. ; uno se entera, por ejemplo, de que los revestimientos del suelo en las salas de reunión han de cumplir una mínima exigencia de inflamabilidad (Comportamiento frente al incendio DIN 4102, parte 1, clase B 1); que la «Sociedad alemana para la promoción y de sarrollo de seminarios y reuniones» («DeGefest») es un consorcio de intereses de los ofer tantes en la administración de congresos (que, a su vez, él mismo celebra un congreso pro fesional al año); que el clima ambiente de las salas de reunión tiene que corresponder, según DIN 15906, a las pautas de la reglamentación de los lugares de trabajo, y que en las salas de
700
reunión sin permiso para fumar ha de asegurarse por persona una corriente de aire de al me
nos 20 metros cúbicos a la hora.
M2Cfr. Elisabeth von Samsonow, «Tuch down y Take off. Proyecto de una filosofía del fun
damento (de la construcción)», lección inaugural en la Academia de las Artes Plásticas, Vie-
na 1996,en: ArchitekturundBauForum1/1997, págs. 33-40.
55Guy Debord, «Informe sobre construcción de situaciones», en: Situationistische Interna
tionale 1957-1972, Museo de Arte Moderno, Fundación Ludwig, Viena 1998, págs. 74-77. r,54Mark Wigley, Constants New Babylon. The Hyper-Architecture of Desire, Rotterdam 1998,
pág. 13.
5WGeorg Simmel, «El concepto y la tragedia de la cultura», en: AufsátzeundAbhandlungen
1909-1918, volumen I, Gesamtausgabevol. 12, Frankfurt 2001, págs. 194-223.
556Guy Debord 1957: «La meta general tiene que ser la ampliación de la parte no medio cre de la vida, por un lado, y la disminución, lo más amplia posible, de los instantes vacíos, por otro. Se puede considerar nuestro influjo sobre el comportamiento, pues, como empre
sa de una amplificación cuantitativa de la vida humana, que hay que tomar más en serio que
el proceder biológico que se investiga hoy día». Citado por: SituationistischeInternationale 1957- 1972, o. c. , pág. 75.
557S o b r e e s a t r í a d a , e n d e t a l l e , c f r . supra, c a p í t u l o 1, « I n s u l a m i e n t o s . Para una teoría de las cápsulas, islaseinvernaderos», págs. 237-374.
558L. de C. , «The Capsular City», en: The Hieroglyphics ofSpace, Neil Leach ed. , Londres y Nueva York 2002, págs. 271-280.
559Elisabeth Diller/Ricardo Scofidio, Blur: TheMakingofNothing, NuevaYork 2002.
^’John Kenneth Galbraith, Geseüschaft im Überfluss, Múnich/Zúrich 1959, págs. 12y 16. [La sociedad opulenta, Altaya, Barcelona 1999. ]
561A l e x i s d e T o c q u e v i l l e , Über die Demokratie in Amerika, p r i m e r a p a r t e d e 1835, Z ú r i c h 1987, pág. 21. [La democraciaenAmérica,Alianza, Madrid 2005. ]
“ 2Alfred Weber, Kulturgeschichte ais Kultursoziologie, Munich 1960, pág. 415.
^La expresión se encuentra en el tristemente célebre «Occasional Discourse on the Ne
g r o Q u e s t i o n » , e n : Frazers Magazine 1849, q u e , p o r s u t o m a d e p a r t i d o p o r e l m a n t e n i m i e n t o de la esclavitud, acarreó a Carlyle la repulsa tanto de los liberales como de los abolicionistas cristianos, costándole, además, la amistad de John Stuart Mili.
**O aquellos a quienes sólo se podría ayudar en el marco de la caritascristiana o de la fi lantropía burguesa; cfr. Bronislaw Geremek, Geschichte derArmut. Elend und Barmherzigkeit in Europa, Frankfurt/Viena 1988.
Theodor W. Adorno, Mínima Moralia. Reflexionen aus dem beschádigten Leben, Frankfurt 1951, pág. 7: «La ciencia triste, de la que ofrezco algunas cosas a mi amigo, se remite a un ám bito que en tiempos inmemoriales valía como el propio de la filosofía [. . . ]: la doctrina de la vida correcta». [Mínima moralia: reflexiones desde la vida dañada, Akal, Madrid 2004. ]
r>66Eric Hobsbawm, AgeofExtremes. TheShort Twentieth Century 1914-1991, Londres 1994. No hay por qué ocultar que el éxito de la fórmula «época de extremos» proviene ante todo de su tendencia neutralista: es atractiva por su utilidad para la autoamnistía de la izquierda, que, una vez que se ha hecho un proceso justo y duro a la extrema derecha, se perdona a sí mis ma sus propios excesos sin proceso: en nombre de la «época extrema».
701
^Daniel Bell llama a esto, en lajerga de los teóricos de la discontinuidad, «la revolución de las crecientes pretensiones legales», que estaría incluida en la «revolución de las expecta tivas crecientes»; cfr. Daniel Bell, Die Zukunft der westlichen Welt. Kultur und Technologie im Wi- derstreit, Frankfurt 1979, págs. 271-ss.
568Para los últimos cien años se señala, entre los hombres, un aumento medio de ex
pectativas de vida de 44,1 a 75,1 años, entre las mujeres, de 47,6 a 80,0 años. Para las impli caciones sociales del hundimiento de las cuotas de natalidad cfr. Francis Fukuyama, Dergros- se Aufbruch. Wie unsere Gesellschaft eine neue Ordnung erfindet, Múnich 2002, págs. 128-157; la conexión entre cuotas de nacimiento descendentes, alfabetización y democratización la es clarece Emmanuel Todd en: Aprés l'Empire. Essai sur la décomposition du systémeaméricain, París 2002. [Después del imperio: ensayo sobre la descomposición del sistema norteamericano, Foca, Madrid 2003. ]
569Cfr. la ambivalente obra capital del neo-miserabilismo: Pierre Bourdieu, Das Elend der Welt: Zeugnisse und Diagnosen alUáglichen Leidens an der Gesellschaft, Constanza 1998; para la
fuente del miserabilismo medieval cristiano cfr. Lotario de Segni (papa Inocencio III), Vom Elend des menschlichen Daseins (De miseria conditionis humanae), Carl-Friedrich Geyer (ed. ), Hil- desheim/Zúrich/Nueva York 1990.
570John Kenneth Galbraith, Gesellschaft im Überfluss, o. c.
571«Informe sobre pobreza y riqueza del gobierno federal 2001», tabla anexa 1. 13. Para el grupo entre 25-54 años ellos constituyen el 9,6%, para los de 7-13 años el 15,3% (! ). Cfr. tam bién: Reiner Geissler, Die Sozialstruktur Deutschlands, Opladen 1992. En el 2002, los ahorros me dios por hogar en Austria se cifraban en cerca de 85. 000 euros. El U. S. Bureau o f the Census señala para Estados Unidos que la cuota de pobreza no superó nunca el 15% desde 1967. El concepto de pobreza de los economistas políticos designa la situación de personas, en una nación de bienestar, cuyos ingresos son del 50% o menos de los ingresos medios por cabeza. Stephan Leibfried, Lutz Leisering y otros ( Zeit der Armut, Frankfurt 1995) consideran la po breza en la República Federal de Alemania como un aspecto pasajero de la biografía del lu cro: «No vivimos en una sociedad de dos tercios, sino en una sociedad-70-20-10, constituida por un 70% de nunca-pobres, 20% de pobres ocasionales y 10% de pobres frecuentemente. “Sólo” un 1,3% de la población era pobre en general en el espacio de tiempo que duró la in vestigación» (pág. 306).
572La huella lingüística del pensar en fracciones aparece en giros como sociedad-de-cua-
tro-quintos, sociedad-de-tres-cuartos, sociedad-de-dos-tercios, etc.
575Alemán: Simón Schama, Überfluss und schoner Schein. Zur Kultur der Niederlande im Gol- denen Zeitalter, Múnich 1988.
574JohnKennethGalbraith, TheCultureofContentment,Londres1992,pág. 12[Laculturade la satisfacción, Ariel, Barcelona 2000]; Antonio Gramsci había formulado algo semejante con su concepto de «bloque histórico»; éste se definía como síndrome compuesto de salvaguar dia militante del estado de posesión y rechazo antipolítico activo de los llamados intereses ge nerales. En la «sociedad» pospolítica, la suma de los particularismos da como resultado el re sentimiento sosegado de las mayorías dentro del statu quo.
575En otra parte hemos intentado mostrar que la filosofía surgió más bien de los gestos de
lajactancia con el saber y de la exageración competitiva de la búsqueda de fundamentos pa
702
ra afirmaciones que del asombro; por ejemplo, en Esferas n, Globos, págs. 15-42, así como en: Nicht gerettet. Versuche nach Heidegger, Frankfurt 2001, págs. 255-ss.
576Publicada en alemán en 1957bajo el título de ErosundKultur[Erosycivilización,Ariel,
B a r c e l o n a 2001]; e n 1958, s o b r e e l t r a s f o n d o d e l a a u t o m a t i z a c i ó n i n c i p i e n t e , H a n n a h A r e n d t ,
e n l a s c o n s i d e r a c i o n e s i n t r o d u c t o r i a s a s u o b r a Vita activa oder Vom tátigen Leben ( M u n i c h 1981, págs. 11-12), expresó el diagnóstico: «Lo que nos espera es el panorama de una sociedad la boral a la que se le acaba el trabajo, es decir, la única actividad de la que todavía entiende. ¿Qué podía resultar más funesto? ». Esta afirmación radical-esnobista -que describe a los se res humanos trabajadores como seres vulgares trágicos e inútiles- queda anclada en el sín drome conservador, porque no llega a alcanzar ningún concepto positivo de superabundancia, capacidad adquisitiva de las masas, tiempo libre y praxis opcional de vida. La obra, publica
d a o r i g i n a l m e n t e e n 1950, d e D a v i d R i e s m a n y o t r o s , Die einsame Masse. Eine Untersuchung der Wandlungen des amerikanischen Charakters (Hamburgo 1958, pág. 293) barrunta incidental mente el tema epocal del «malestar entre los nuevos liberados».
577En este contexto puede apreciarse en sujusteza una vez más la crítica demoledora que
Deleuze y Guattari han realizado al psicoanálisis familialístico en su obra Anti-Edipo, de 1972: al refutar las interpretaciones al uso del deseo mediante la estructura pulsional de los pobres
y disciplinados, los autores ponen en evidencia las premisas para la nueva determinación de un inconsciente productivo, no-pobre y no deformado por el trauma.
578Cuando se ha intentado, se ha hecho más bien con acentos ingenuos, culturalmente
reformistas, como por ejemploJohn de Graaf/David Wann/Thomas Naylor, Affluenza. Zeit-
krankheit Konsum, Múnich 2002, donde se expresa la recomendación de volver a vivir tan me
suradamente como los franciscanos y tan satisfactoriamente como los indios de la pradera.
579Sobre algunos motivos de concepciones fallidas del propio bienestar y sobre la insatis
facción de los saturados informa Gerhard Schulze: «Sociología del bienestar», en: Emst-Ul-
rich Huster (ed. ), Reichtum in Deutschland. Die Gewinner in der sozialen Polarisierung, Frank furt/Nueva York, segunda edición 1997, págs. 261-285.
580Cff. H. Kaelble (ed. ), DerBoom. 1948-1973. GesellschaftlicheundwirtschaftlicheFolgenin der BundesrepublikDeutschlandundinEuropa,Opladen 1992.
581Cfr. Gregg Easterbrook, «Axle of Evil. Americas Twisted Love Affair with Sociopathic Cars», en: The New Republic, enero 2003.
^ A l e m á n : M i c h a e l H a r r i s o n , Das andere Amerika. Arrnut in den Vereinigten Staaten, M ú n i c h 1964.
^M arcel Mauss habla en 1923, en su ensayo sobre el don, de que las leyes francesas de la seguridad social contienen un «socialismo estatal ya realizado». En 1924, en su escrito Las ilu siones de la comunidad, P l e s s n e r h a b í a p u e s t o a l d e s c u b i e r t o e l management d e l a i l u s i ó n d e l r a dicalismo y criticado sus fundamentos en una idea extraviada de comuna.
184San Pablo, I Carta a los Tesalonicenses 5, 2.
585«Sobre el concepto de historia», Walter Benjamin, Gesammelte Schrifien, volumen 1, Frankfurt 1974, pág. 697.