Si pagas tan generosamente,
replico?
Lope de Vega - Works - Los Pastores de Belen
is estrellas ya.
Mas si preguntan por que?
en viendo el Alva Mari? a,
el sol de Christo se ve,
como man? ana del dia,
que a nuestra noche lo fue :
Claro esta? que luz tendra?
del sol, que es su Oriente ya>>
de donde viene a nacer,
que no es menester saber ,
porque donde el sol esta.
Las que en aquesta ocasion ,
Reyes , por estrellas veis,
el sol y la luna son,
que en estrellas no hallareis
tal luz , ni tal perfeccion .
Que quantos merecen vellas, .
dicen, aunque todas ellas
las cuentan una por una ,
que con tal sol y tal luna
no . tienen luz las estrellas>>
Merece el prendedero , dixeron todos, y de
comun aplauso le fue dado, con no poco con-
tento de Niseida. Ya que te acordaste de aquel
verso del Psalmo setenta y uno, dixo Alphesibeo
a Aminadab, en que David , avuelo deste santo
nin? o, prophetiza la venida destos Reyes , y con
tanto afeo? lo pide a Dios la aceleracion de la ve-
nida del Messias, y prediciendo la felicidad de
su Reyno: dinosle por tu vida de manera que
le entendamos, que parece que tiene alguna di-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 384 Pastores de Belen.
ficultad. Que me place, dixo Aminadab, aunque
para cosa tan alta me desmaye. el bajo ingenio
mio : mas suplid con el vuestro lo que yo faltare,
y comenzo? assi:
Sen? or , tu Rey envia,
descienda de David aquel que haga
con tu sabiduria
juicio, que a los pobres satisfaga,
los montes y collados
de su justicia y paz administrados.
Juzgue y libre sus hijos
de las fieras calumnias y opressiones,
para que vivan fixos ?
de gente en gente en mil generaciones,
que antes fue tu gobierno
que la luna y el sol, porque es eterno>>
Como a la piel desciende
la lluvia , y se destila aquel rocio>>
que en la tierra se extiende,
fecundo sin abrirla , assi confio,
que el puro intai? to velo
virgineo fertilices desde el cielo. i"
Nacera? la justicia,
y la abundancia de la paz en tanto
que el orbe se desquicia,
donde la luna tiende el blanco manto,
siendo su sen? orio
de mar a mar, y al mas remoto rio.
Delante del postrados ?
estara? n los Ethiopes , y en guerra ?
. a sus pies arrojados, . .
sus
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro quarto.
sus enemigos lamera? n la tierra,
dandole ricos dones
las mas remotas Islas y naciones.
Los Magos , gente sabia,
y los Reyes y Principes Sabeos,
de Tarsis y de Arabia
traera? n presentes, rendira? n tropheos,
y humildes a sus leyes
le adorara? n y servira? n los Reyes.
Y sera? justamente,
pues hara? que no oprima el poderoso
la pobre humilde gente,
dando a sus almas celestial reposo,
y el perdon alcanzando,
que esta? n en su venida deseando .
El nombre aborrecible
- ' hara? agradable a Dios viva, pues viva
este Rey apacible,
con bendicion el mundo le reciba,
adore eternamente,
y el oro del Arabia le presente.
No solo temporales
bienes nuestros dichosos horizontes
tendra? n en tiempos tales,
mas sobre las cabezas de los montes
su fruto sera? puesto,
a los cedros del Libano antepuesto.
Florecera? n, que assombre,
como en la tierra el heno, las ciudades
bendiciendo su nombre,
por la inmortalidad de las edades,
su nombre, que vivia 1
Tom. XVI. Ccc
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 386 Pastores de Belen.
antes que fuesse el sol y huvicsse dia.
En e? l seran benditas,
que engrandecerlas por su amor desea,
naciones infinitas . '
y assi el Dios de Israel bendito sea,
el que de polo a polo
hace tan altas maravillas solo.
La majestad del nombre,
de quien la tierra toda sera? llena,
bendiga siempre el hombre,
y assi se cumpla, como Dios lo ordena,
y a su ley obediente
haga su voluntad eternamente.
No se yo como encarezca, dixo Alphesibeo,
la facilidad con que nos le has dado a entender:
pero ? quie? n como tu? es tan visto y leido en las
divinas letras? No tengo que darte en premio, pe-
ro destos dos ramos de laurel te quiero hacer
una corona, don, que aun ahora estiman los
Romanos tanto, que han llegado con sus exeroi-
Cos, donde puso los suyos Alexandro, por me-
recerle. Diciendo assi , adorno? Alphesibeo la
frente del pastor con las hojas ingratas de aquel
arbol, que tanto las armas y las letras reveren-
cian. Bajaba ya la siempre fria noche , y vestidos
los prados de la sombra de los montos perdian
el lustre y color, tan agradable objeto de la vis-
ta , quando los pastores de Belen comenzaron a
guiar sus ovejas hacia la torre, rogandose los
unos a los otros que cantassen, o refiriessen al-
guna historia r que aligerasse y entretuviesse el
- j . '. . ; ca-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? "Libro quarto. >> '. " 387
camino. Lucela entonces , ayudandola Ergasto
con su psalterio, comenzo? assi:
Salve divino pharo, honor del suelo,
del mar del mando estrella tramontana!
luzero celestial de la man? ana,
del sol cortina y transparente velo.
Salve divina Madre del consuelo,
piadoso amparo de la vida humana,
Virgen prudente, humilde soberana,
arco de eterna paz , cifra del cielo.
Salve paloma candida, Mari? a,
en cuyo pico de rubi cen? ido
vio? el mundo el arbol de esperanza santa:
Salve Aurora del sol , salve alegria
del humano linage redimido,
que para siempre tu alabanza canta.
? Que? bien has hecho , dixo Palmyra , discreta
Lucela, en comenzar por alabanzas de la ^Vir-
gen ! El amor que la tengo , respondio? Lucela,
y la ternura con que la traygo por instantes a
mi memoria , desde la noche que la vi parida,
parida y Virgen, Virgen y Madre , Madre de
Dios , no me deja pensar en otra cosa, que en
su alabanza. ? Hai, que? divina noche, dixo Pal-
myra i? no se? co? mo mis ojos no se deshacen en
lagrimas , haviendo visto aquel divino y sobe-
rano Rey del cielo, a quien sus firmes colunas
estan temblando , temblar de frio! O elementos
crueles, ? co? mo no tuvistes respeto a vuestro Sen? or,
debiendole reverencia todas las criaturas ? Mas
Ccc2 ? quie? n
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 388 Pastores de belen.
jquie? n duda, que e? l os havia mandado que exe-
cutassedes en el las leyes de naturaleza, para que
se viesse, que aunque era Dios, era verdadero
hombre ? Vida mia , dixo Dosttea entonces ,. y
que? encogido estaba sobre aquel heno , quie? a
mereciera darle el calor de su indigno pecho, y
aun el de su aliento vital, aunque alli se acaba-
ra la vida: ? pero co? mo podia tener fin en la
misma vida? ? Hai nin? o de mis entran? as, quie? n
os envolviera en las telas de su corazon ! Porque
me agrada esse pensamiento, dixo Ergasto, quie-
ro hacer una Cancion de improviso , si me dais
licencia. Licencia y agradecimiento, dixo Nisey-
da, y yo y mi hermana te ayudaremos con nues-
tros instrumentos. Ergasto entonces dixo assi:
Yo vengo de ver, Anton,
vn ni fi? o en pobrezas tales,
que le di para pan? ales
las telas del corazon.
Dejame a mi tambien, dixo el Rustico, glos-
sar estos versos, antes que se me pierda de la
idea el concepto, que despues dira? s lo que fue-
res servido. No tengo yo que decir mas , res-
pendio? Ergasto, y te agradezco, Llorente, que
me saques deste peligro. El Rustico entonces,
alegrandose todos de la gracia, con que se dispo-
nian para llamar las Musas, dixo assi:
Los
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Los dos estabamos ciegos
desde Adan, vieja costumbre;
mas yo baje? de la cumbre,
siguiendo los vivos fuegos,
rayos de su inmensa lumbre:
halle? los del sol, que son
luz de nuestra confusion;
envidia puedes tener,
tu? no ves, ni fuiste a ver,
yo vengo de ter, Anton.
Este Nin? o Dios, que es Rey
de la suprema riqueza,
estaba con tal pobreza,
por sujetarse a la ley
de nuestra naturaleza,
que viendole en penas tales,
me dieron ansias mortales,
porque quando Dios no fuera,
me lastimara, si viera
un nin? o en pobrezas tales.
Como fue desde el instante
de su pura concepcion
mas sabio que Salomon,
supo tambien como amante
sufrir pobreza y passion:
mire? con otros zagales,
si estaba en pan? os reales;
pero vi su majestad
con tanta necessidad,
que le di fiara pan? ales.
No le di, si lo recelas,
dineros, que no tenia,
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? 39? Pastorbs de Belen.
mas ofrecile a Mari? a
de mi corazon las ulas:
humilde riqueza mia,
y e? l parece que a este don
riendo mostro? aficion, '
porque duerme Dios muy bien,
como por cama le den
las telas del corazon.
? Para que? no tendra? s gracia ? dixo Palmyra al
Rustico: envia man? ana a mi apero por el mejor
cabrito.
Si pagas tan generosamente, replico? e? l,
tan humildes pensamientos, ? quie? n no se dispo-
ne a las obras de ingenio en virtud del premio?
Si ella crece premiada, dixo Ergasto , yo te
ofrezco una famosa esquila para tu manso, y
glossame tres versos de Pyreno, que siempre me
han parecido los mas ingeniosos que a este suje-
to he visto. Dilos, dixo el Rustico , que si las
Musas me son propicias, como el sujeto lo me-
rece , seguro estoy de salir bien de todo peligro.
Pues oye , y mira que no esta? la dificultad en
ellos, dixo Ergasto, sino en la sentencia equivo-
ca. Estos versos y conceptos equivocos no me
agradan , dixo Alphesibeo, porque es fuerte cosa,
que sirvan para aquella tierra, en que se habla
la lengua , en que estan escritos, y que si van a
las estrangeras, no lleven alma, ni sentido, por-
que en la suya no tienen correspondencia, ni
suenan lo mismo. No es esse el menor peligro
que tienen, dixo Aminadab, sino que las mas
veces hacen los pensamientos muy humildes, que
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro quarto. 391
iba a decir bajos; y si se usa muchas veces, vie-
ne a ser odioso: fuera de que es estilo, que
nunca se ha visto en grandes ingenios, donde
el concepto y la sentencia es solido, firme, gra-
ve y comun a todas knguas, como lo vemos en
Homero, Hesiodo, Euripides, Pindaro y otros
Poetas Griegos, que si escribieran en equivocos,
eternamente fueran' entendidos de otras naciones;
pero di los versos, y dejemos esto, que parece
que nos desvia de nuestro santo proposito. Los
versos son estos, dixo Ergasto:
Hoy la musica del cielo
en dos puntos se cifro? ,
sol, y la que le pario? .
El equivoco esta? en que la y sol son puntos
del canto, y el concepto es, que el sol y la que
le pario? cifran en estos dos puntos toda la mu-
sica del cielo. Es el mejor que he visto deste
genero, dixo Aminadab, y si assi fueran los de-
ma? s, no solo estaban disculpados, pero merecie-
ran premio. Veamos , Llorente , como los glossas;
pero es menester que adviertas , que en todos
los veinte signos de la musica no hay mas de
seis voces, que son, ut y re, mi, Ja y sol, la,
multiplicadas siete veces en' lo natural, porque en
lo accidental, que es por conjuntas, mas voces
hay. Estas seis y los nombres de las consonan-
cias fingieron los musicos pradheos a su volun-
tad , para ensen? ar con mayor facilidad a sus dis-
cipulos , que los theoricos otros nombres les tie-
nen
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? 39* Pastores de Be lev.
nen puestos. Lo que hay de un punto a otro se
llama distancia: de los Griegos se han deducido
estas cosas ; pero infaliblemente tienen mas alto
principio, y fueron primero nuestras. Ahora di
lo que has prevenido. El Rustico entonces dixo
assi:
Hoy la musica del cklo
en dos puntos se cifro,
sol y la que U pario? .
La consonancia divina,
un son de igual perfeccion,
que es una y tres puntos son,
que se cante determina
un duo de eterna union:
por libro un virgineo velo,
hombre y Dios, uno en el suelo
compuesto, que es ligadura
de dos puntos, en que apura
hoy la musica del cielo.
Para cantar a concierto
a la voz la bajo? el sol,
y el virgineo facistol
nos dio? este punto cubierto
de su inofenso arrebol:
la humildad que le agrado
es el la, donde bajo? ,
bajo? el sol, subiendo el la,
que despues que en ella esta? ,
en dos puntos se cifro? .
Que aunque es verdad que huvo mi,
7
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro quarto.
y re tambien del reparo,
porque en mi se vio? su amparo,
la clave fue Dios, y assi
mudo? se en la sol tan claro:
canto llano parecio? ,
tan humilde se mostro? ,
mas echo? Dios contrapunto,
viendo en dos puntos su punto
sol y la que le pario? .
Has levantado tan de punto, dixo Amina-
dab , la musica de esta glossa, que sino lo hu-
viera oido y visto , no creyera que podia ser de
improviso cosa que tan maravillosamente ha dis-
currido sobre estos divinos puntos en la musica.
De donde arguyo , que es cierta aquella antigua
maxima, de que alguna deidad assiste al furor
de los Poetas , que Platon llamo? Manta. ? Agra-
date , dixo el Rustico , Rabadan Aminadab i
? Luego no me has entendido? dixo e? l. Pensado
tenia yo, replico? Ergasto, de probarme en ella:
pero yo me guardare? de ponerme en tan cono-
cido peligro. Que? bien dixo, prosiguio? Amina-
dab , que la divina consonancia , un Dios de
igual perfeccion y substancia , aunque tres puntos,
q ue son las tres divinas Personas, havia decreta-
do , que el segundo, que es el sol, que aun en
las divinas letras es atributo de su justicia , canu-
tase el duo de sus dos naturalezas en un supues-
to. Simple llaman los musicos una voz sola, y
compuesto a la ligadura de dos puntos, que es
con lo que acaba Llorente. El primero verso di-
Tom. XVI. Ddd ce,
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? 394 Pastores de Belen.
ce, que alli apuro? el cantor omnipotente toda
su musica. Luego dice, que la humildad de
Mari? a fue el punto lay donde el sol del
Verbo eterno bajo? del cielo , cifrandose en estos
dos puntos toda su divina harmonia. La tercera
hace una de las mudanzas (que assi las llama la
musica ) y concluye con que siendo Dios quien
era, vino al mundo en canto llano, con la hu-
mildad y llaneza que le veis nacido en el diver-
sorio de Belen, echando aquel contrapunto de
su divinidad , viendo que el punto de su honor
estaba ya en aquellos dos puntos, de la Virgen,
Madre de su Hijo, y del sol de justicia, Verbo
eterno humanado en ella para conversar con los
hombres y redimir el mundo. Tanto mas, respon-
dio? Ergasto, me has ahora acobardado, quanto con
el comento has ilustrado la glossa. No tienes ra-
zon , dixo Niseyda, y si yo puedo algo contigo,
le suplico , que antes te animes para decir la tu-
ya , que no hay cosa que mas esfuerze la virtud,
que la honesta emulacion : fuera de que tu debes
de tener gusto de decirla, pues tantas veces di-
ces, que no la quieres decir, para obligarnos a
que con mas deseo te la pidamos, porque quan-
do un hombre se quiere escusar, antes divierte
el proposito , que le despierta y trahe a la memo-
ria. Ergasto hizo que pensaba > y sin responder a
Niseyda, comenzo? assi;
Can-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro quarto.
Cantando el Verbo divino
un alto tan soberano,
como de Dios voz y mano,
a ser con-trabajo vino,
bajando basta el punto humano:
que aunque es de sus pies el suelo
el Seraphin de mas vuelo
y el mas levantado throno,
bajo por la tierra el tono
hoy la musica del cielo.
Una Virgen no tocada
toca con destreza tanta
el harpa de David santa,
como la tiene abrazada,
que adonde el infierno espanta,
dos puntos solos toco? ,
el bajo a el alto junto? ,
que como en una pregunta
con un si Dios y hombre junta,
en dos puntos si cifro? .
De un Fiat comienza el Ja
de su obediencia y su fe,
vio? Dios el mi y siendo el re
Rey y reparo, que en Ja
Virgen estrella sol fue:
pero despues que nacio? ,
cifrada en dos puntos vio
la tierra por su consuelo
el harmoni? a del cielo,
sol y la, que le pario? .
Ddds
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 39^ Pastores de belen.
No en vano, dixeron todos los pastores a
una voz, te escusabas Ergasto, para que te ? m-
portunassemos , como quien sabia ya con la hon-
ra y aplauso que havias de salir de tan bien
considerada empressa. Siempre, dixo el Rustico,
andas, mayoral mio , a quitarme la opinion ; pero
yo, como tan sujeto a tu milagroso entendimien-
to , quisiera que el mio fuera muy grande , para
que haviendome vencido, lo fuera tu victoria. Pa-
recio? le a Aminadab, que el Rustico se havia
corrido, y por no dar lugar a que passasse ade-
lante el aplauso de Jos pastores , comenzo? a en-
grandecer la musica, diciendo, que aun la Theo-
rica della era ingeniosa y agradable , y que don-
de quiera que se aplicaba, daba ocasion a pere-
grinos conceptos. Dixo de las dos maneras de
musica , launa divina y otra humana: la primera,
que incluye en si la elemental, y la segunda la
instrumental, probandolo , con que es impossible
que la machina velocissima de los cielos y ele-
mentos tuviesse sus vueltas y movimientos en
silencio, y que un movimiento veloz y ordena-
do era impossible que pudiesse ser hecho sin so-
nido harmonico, y como de la revolucion de los
cielos necessariamente se inferia el sonido, y que
de su grandeza y velocidad seria muy grande,y
su harmonia muy dulce. Porque si los cuerpos,
que estan cerca de nosotros, quando se mueven
causan sonido, los celestiales, que son grandes
y veloces, claro esta? que le tendran mayor. De
el movimiento del cielo, que lleva consigo los
planetas , o sea inteligencia, como dicen, hay
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? ? Libro qu? arto. '397
opiniones, que si no fuesse detenido de ellos
mismos, pondria en confusion la fabrica del
mundo, y que si la naturaleza es grave en par-
te, y en parte aguda, puesta en debida propor-
cion, era impossible que dejasse de hacer harmo-
nia, juntandose a los extremos. Prosiguio? tam-
bien probando, que como los cielos unos eran
en sus movimientos veloces , y otros tardios, era
fuerza que su musica fuesse. alta y grande: y que
para que los elementos siendo contrarios pudies-
sen estar juntos, sin destruirse , no podia ser -sih
musica. Trato? de que el supremo Hacedor de
los cielos les havia dado al principio tal . tem-
planza, que no se havian jama? s destemplado de
aquella harmonia, y co? mo el sol y la luna, y los
dema? s signos y planetas ya cantan tonos alegre>>,
y ya tristes, dandonos el frio y calor en di-
versos tiempos. Finalmente dixo, que el sonido
de los cielos no quiso Dios que le oyessemos,
porque no quedassen nuestros oidos destruidos y
admirados. Aunque Pythagoras dixo, que por-
que el hombre se acostumbra a este sonido des-
de que nace, no le siente, como se prueba con
evidencia en los que exercitan el martillo, o los
que viven entre los que con e? l labran el hierro,
o la plata. An? adio? tambien, que por la diaphani-
dad de los cielos , donde no podia quebrarse el
ayre, decian muchos, que no podia haver sona-
do , con otras cosas curiosas y Philosophicas, que
dixo haver leido en diversos libros. Trato? luego
de la musica humana, instrumental y anexa a la
del cielo, como de principio de quien se deri-
i? va,
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? 398 Pastores de Belen.
va, 7 de que? suerte la musica aguda llama a la
grave, para que symbolize con ella la especulati-
va y theorica, y la a&iva y practica, y de tal
manera dixo lo que havia sacado de diversos
Autores, que la queja del Rustico no tuvo lu-
gar entonces de satisfacerse. Quedaba gran par-
te del camino, porque como iban oyendo cosas
de ingenio, a cada cosa sutil se iban parando: y
assi se concertaron, que cada uno de los pasto-
res y zagalas cantasse alguna cosa, hasta llegar
a sus cabanas. Y echando suertes entre todos, pa-
ra el orden que se havia de seguir, cupo la pri-
mera a Lucela: la qual en alabanza de la mu-
sica, por no salir del proposito, canto? assi:
Si el cielo es harmonia,
los elementos y la tierra toda
Musica y Geometria,
bien el divino origen se acomoda
a la mas noble ciencia
antigua y celestial correspondencia.
Mas ya se le atribuya
al gran padre Juba, o Amphion Thebano,
o sea invencion tuya,
Mercurio antiguo, o de la diestra mano
de Pythagoras sea,
y en sus notas y numeros se vea;
Cantar en tu alabanza
no quiero tus principios, ni tus obras,
ni aquella semejanza
que al cielo tienes, con que puedes y obras
milagros en la tierra,
y
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? Libro quarto. 399
y en quanto el mar de polo a polo encierra.
Otros canten, que echado
el Lesbio mozo al mar de sus pilotos,. ,
despues de haver cantado
a los dioses del agua humildes votos,
hizo su espalda silla
aquel Delphin, que le llevo? a la orilla:
Que yo de David quiero
cantar en tu alabanza el Psalmo santo,
en que al Dios verdadero
ofrece de la voz el dulce canto,
David , cuya harmonia,
cuya harpa los espiritus vencia.
Load a Dios, cantandole
en los lugares santos y en el cielo:
aquel, que fabricandole
con su virtud, es throno y firme suelo
de sus pies soberanos,
y por todas las obras de sus manos.
Load su sen? orio
y aquella multitud de sus grandezas,
load su poderio,
y en muestras de las belicas proezas
con trompetas sonoras,
desplegando vanderas vencedoras.
Y luego con psalterios, ,
con cytharas suaves al Dios santo
de exercitos y Imperios,
y el coro humano y celestial el canto
del tympano levante,
o en organo, o en son de cuerdas cante.
Mas si preguntan por que?
en viendo el Alva Mari? a,
el sol de Christo se ve,
como man? ana del dia,
que a nuestra noche lo fue :
Claro esta? que luz tendra?
del sol, que es su Oriente ya>>
de donde viene a nacer,
que no es menester saber ,
porque donde el sol esta.
Las que en aquesta ocasion ,
Reyes , por estrellas veis,
el sol y la luna son,
que en estrellas no hallareis
tal luz , ni tal perfeccion .
Que quantos merecen vellas, .
dicen, aunque todas ellas
las cuentan una por una ,
que con tal sol y tal luna
no . tienen luz las estrellas>>
Merece el prendedero , dixeron todos, y de
comun aplauso le fue dado, con no poco con-
tento de Niseida. Ya que te acordaste de aquel
verso del Psalmo setenta y uno, dixo Alphesibeo
a Aminadab, en que David , avuelo deste santo
nin? o, prophetiza la venida destos Reyes , y con
tanto afeo? lo pide a Dios la aceleracion de la ve-
nida del Messias, y prediciendo la felicidad de
su Reyno: dinosle por tu vida de manera que
le entendamos, que parece que tiene alguna di-
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? 384 Pastores de Belen.
ficultad. Que me place, dixo Aminadab, aunque
para cosa tan alta me desmaye. el bajo ingenio
mio : mas suplid con el vuestro lo que yo faltare,
y comenzo? assi:
Sen? or , tu Rey envia,
descienda de David aquel que haga
con tu sabiduria
juicio, que a los pobres satisfaga,
los montes y collados
de su justicia y paz administrados.
Juzgue y libre sus hijos
de las fieras calumnias y opressiones,
para que vivan fixos ?
de gente en gente en mil generaciones,
que antes fue tu gobierno
que la luna y el sol, porque es eterno>>
Como a la piel desciende
la lluvia , y se destila aquel rocio>>
que en la tierra se extiende,
fecundo sin abrirla , assi confio,
que el puro intai? to velo
virgineo fertilices desde el cielo. i"
Nacera? la justicia,
y la abundancia de la paz en tanto
que el orbe se desquicia,
donde la luna tiende el blanco manto,
siendo su sen? orio
de mar a mar, y al mas remoto rio.
Delante del postrados ?
estara? n los Ethiopes , y en guerra ?
. a sus pies arrojados, . .
sus
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? Libro quarto.
sus enemigos lamera? n la tierra,
dandole ricos dones
las mas remotas Islas y naciones.
Los Magos , gente sabia,
y los Reyes y Principes Sabeos,
de Tarsis y de Arabia
traera? n presentes, rendira? n tropheos,
y humildes a sus leyes
le adorara? n y servira? n los Reyes.
Y sera? justamente,
pues hara? que no oprima el poderoso
la pobre humilde gente,
dando a sus almas celestial reposo,
y el perdon alcanzando,
que esta? n en su venida deseando .
El nombre aborrecible
- ' hara? agradable a Dios viva, pues viva
este Rey apacible,
con bendicion el mundo le reciba,
adore eternamente,
y el oro del Arabia le presente.
No solo temporales
bienes nuestros dichosos horizontes
tendra? n en tiempos tales,
mas sobre las cabezas de los montes
su fruto sera? puesto,
a los cedros del Libano antepuesto.
Florecera? n, que assombre,
como en la tierra el heno, las ciudades
bendiciendo su nombre,
por la inmortalidad de las edades,
su nombre, que vivia 1
Tom. XVI. Ccc
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? 386 Pastores de Belen.
antes que fuesse el sol y huvicsse dia.
En e? l seran benditas,
que engrandecerlas por su amor desea,
naciones infinitas . '
y assi el Dios de Israel bendito sea,
el que de polo a polo
hace tan altas maravillas solo.
La majestad del nombre,
de quien la tierra toda sera? llena,
bendiga siempre el hombre,
y assi se cumpla, como Dios lo ordena,
y a su ley obediente
haga su voluntad eternamente.
No se yo como encarezca, dixo Alphesibeo,
la facilidad con que nos le has dado a entender:
pero ? quie? n como tu? es tan visto y leido en las
divinas letras? No tengo que darte en premio, pe-
ro destos dos ramos de laurel te quiero hacer
una corona, don, que aun ahora estiman los
Romanos tanto, que han llegado con sus exeroi-
Cos, donde puso los suyos Alexandro, por me-
recerle. Diciendo assi , adorno? Alphesibeo la
frente del pastor con las hojas ingratas de aquel
arbol, que tanto las armas y las letras reveren-
cian. Bajaba ya la siempre fria noche , y vestidos
los prados de la sombra de los montos perdian
el lustre y color, tan agradable objeto de la vis-
ta , quando los pastores de Belen comenzaron a
guiar sus ovejas hacia la torre, rogandose los
unos a los otros que cantassen, o refiriessen al-
guna historia r que aligerasse y entretuviesse el
- j . '. . ; ca-
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? "Libro quarto. >> '. " 387
camino. Lucela entonces , ayudandola Ergasto
con su psalterio, comenzo? assi:
Salve divino pharo, honor del suelo,
del mar del mando estrella tramontana!
luzero celestial de la man? ana,
del sol cortina y transparente velo.
Salve divina Madre del consuelo,
piadoso amparo de la vida humana,
Virgen prudente, humilde soberana,
arco de eterna paz , cifra del cielo.
Salve paloma candida, Mari? a,
en cuyo pico de rubi cen? ido
vio? el mundo el arbol de esperanza santa:
Salve Aurora del sol , salve alegria
del humano linage redimido,
que para siempre tu alabanza canta.
? Que? bien has hecho , dixo Palmyra , discreta
Lucela, en comenzar por alabanzas de la ^Vir-
gen ! El amor que la tengo , respondio? Lucela,
y la ternura con que la traygo por instantes a
mi memoria , desde la noche que la vi parida,
parida y Virgen, Virgen y Madre , Madre de
Dios , no me deja pensar en otra cosa, que en
su alabanza. ? Hai, que? divina noche, dixo Pal-
myra i? no se? co? mo mis ojos no se deshacen en
lagrimas , haviendo visto aquel divino y sobe-
rano Rey del cielo, a quien sus firmes colunas
estan temblando , temblar de frio! O elementos
crueles, ? co? mo no tuvistes respeto a vuestro Sen? or,
debiendole reverencia todas las criaturas ? Mas
Ccc2 ? quie? n
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? 388 Pastores de belen.
jquie? n duda, que e? l os havia mandado que exe-
cutassedes en el las leyes de naturaleza, para que
se viesse, que aunque era Dios, era verdadero
hombre ? Vida mia , dixo Dosttea entonces ,. y
que? encogido estaba sobre aquel heno , quie? a
mereciera darle el calor de su indigno pecho, y
aun el de su aliento vital, aunque alli se acaba-
ra la vida: ? pero co? mo podia tener fin en la
misma vida? ? Hai nin? o de mis entran? as, quie? n
os envolviera en las telas de su corazon ! Porque
me agrada esse pensamiento, dixo Ergasto, quie-
ro hacer una Cancion de improviso , si me dais
licencia. Licencia y agradecimiento, dixo Nisey-
da, y yo y mi hermana te ayudaremos con nues-
tros instrumentos. Ergasto entonces dixo assi:
Yo vengo de ver, Anton,
vn ni fi? o en pobrezas tales,
que le di para pan? ales
las telas del corazon.
Dejame a mi tambien, dixo el Rustico, glos-
sar estos versos, antes que se me pierda de la
idea el concepto, que despues dira? s lo que fue-
res servido. No tengo yo que decir mas , res-
pendio? Ergasto, y te agradezco, Llorente, que
me saques deste peligro. El Rustico entonces,
alegrandose todos de la gracia, con que se dispo-
nian para llamar las Musas, dixo assi:
Los
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? Los dos estabamos ciegos
desde Adan, vieja costumbre;
mas yo baje? de la cumbre,
siguiendo los vivos fuegos,
rayos de su inmensa lumbre:
halle? los del sol, que son
luz de nuestra confusion;
envidia puedes tener,
tu? no ves, ni fuiste a ver,
yo vengo de ter, Anton.
Este Nin? o Dios, que es Rey
de la suprema riqueza,
estaba con tal pobreza,
por sujetarse a la ley
de nuestra naturaleza,
que viendole en penas tales,
me dieron ansias mortales,
porque quando Dios no fuera,
me lastimara, si viera
un nin? o en pobrezas tales.
Como fue desde el instante
de su pura concepcion
mas sabio que Salomon,
supo tambien como amante
sufrir pobreza y passion:
mire? con otros zagales,
si estaba en pan? os reales;
pero vi su majestad
con tanta necessidad,
que le di fiara pan? ales.
No le di, si lo recelas,
dineros, que no tenia,
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? 39? Pastorbs de Belen.
mas ofrecile a Mari? a
de mi corazon las ulas:
humilde riqueza mia,
y e? l parece que a este don
riendo mostro? aficion, '
porque duerme Dios muy bien,
como por cama le den
las telas del corazon.
? Para que? no tendra? s gracia ? dixo Palmyra al
Rustico: envia man? ana a mi apero por el mejor
cabrito.
Si pagas tan generosamente, replico? e? l,
tan humildes pensamientos, ? quie? n no se dispo-
ne a las obras de ingenio en virtud del premio?
Si ella crece premiada, dixo Ergasto , yo te
ofrezco una famosa esquila para tu manso, y
glossame tres versos de Pyreno, que siempre me
han parecido los mas ingeniosos que a este suje-
to he visto. Dilos, dixo el Rustico , que si las
Musas me son propicias, como el sujeto lo me-
rece , seguro estoy de salir bien de todo peligro.
Pues oye , y mira que no esta? la dificultad en
ellos, dixo Ergasto, sino en la sentencia equivo-
ca. Estos versos y conceptos equivocos no me
agradan , dixo Alphesibeo, porque es fuerte cosa,
que sirvan para aquella tierra, en que se habla
la lengua , en que estan escritos, y que si van a
las estrangeras, no lleven alma, ni sentido, por-
que en la suya no tienen correspondencia, ni
suenan lo mismo. No es esse el menor peligro
que tienen, dixo Aminadab, sino que las mas
veces hacen los pensamientos muy humildes, que
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? Libro quarto. 391
iba a decir bajos; y si se usa muchas veces, vie-
ne a ser odioso: fuera de que es estilo, que
nunca se ha visto en grandes ingenios, donde
el concepto y la sentencia es solido, firme, gra-
ve y comun a todas knguas, como lo vemos en
Homero, Hesiodo, Euripides, Pindaro y otros
Poetas Griegos, que si escribieran en equivocos,
eternamente fueran' entendidos de otras naciones;
pero di los versos, y dejemos esto, que parece
que nos desvia de nuestro santo proposito. Los
versos son estos, dixo Ergasto:
Hoy la musica del cielo
en dos puntos se cifro? ,
sol, y la que le pario? .
El equivoco esta? en que la y sol son puntos
del canto, y el concepto es, que el sol y la que
le pario? cifran en estos dos puntos toda la mu-
sica del cielo. Es el mejor que he visto deste
genero, dixo Aminadab, y si assi fueran los de-
ma? s, no solo estaban disculpados, pero merecie-
ran premio. Veamos , Llorente , como los glossas;
pero es menester que adviertas , que en todos
los veinte signos de la musica no hay mas de
seis voces, que son, ut y re, mi, Ja y sol, la,
multiplicadas siete veces en' lo natural, porque en
lo accidental, que es por conjuntas, mas voces
hay. Estas seis y los nombres de las consonan-
cias fingieron los musicos pradheos a su volun-
tad , para ensen? ar con mayor facilidad a sus dis-
cipulos , que los theoricos otros nombres les tie-
nen
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? 39* Pastores de Be lev.
nen puestos. Lo que hay de un punto a otro se
llama distancia: de los Griegos se han deducido
estas cosas ; pero infaliblemente tienen mas alto
principio, y fueron primero nuestras. Ahora di
lo que has prevenido. El Rustico entonces dixo
assi:
Hoy la musica del cklo
en dos puntos se cifro,
sol y la que U pario? .
La consonancia divina,
un son de igual perfeccion,
que es una y tres puntos son,
que se cante determina
un duo de eterna union:
por libro un virgineo velo,
hombre y Dios, uno en el suelo
compuesto, que es ligadura
de dos puntos, en que apura
hoy la musica del cielo.
Para cantar a concierto
a la voz la bajo? el sol,
y el virgineo facistol
nos dio? este punto cubierto
de su inofenso arrebol:
la humildad que le agrado
es el la, donde bajo? ,
bajo? el sol, subiendo el la,
que despues que en ella esta? ,
en dos puntos se cifro? .
Que aunque es verdad que huvo mi,
7
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? Libro quarto.
y re tambien del reparo,
porque en mi se vio? su amparo,
la clave fue Dios, y assi
mudo? se en la sol tan claro:
canto llano parecio? ,
tan humilde se mostro? ,
mas echo? Dios contrapunto,
viendo en dos puntos su punto
sol y la que le pario? .
Has levantado tan de punto, dixo Amina-
dab , la musica de esta glossa, que sino lo hu-
viera oido y visto , no creyera que podia ser de
improviso cosa que tan maravillosamente ha dis-
currido sobre estos divinos puntos en la musica.
De donde arguyo , que es cierta aquella antigua
maxima, de que alguna deidad assiste al furor
de los Poetas , que Platon llamo? Manta. ? Agra-
date , dixo el Rustico , Rabadan Aminadab i
? Luego no me has entendido? dixo e? l. Pensado
tenia yo, replico? Ergasto, de probarme en ella:
pero yo me guardare? de ponerme en tan cono-
cido peligro. Que? bien dixo, prosiguio? Amina-
dab , que la divina consonancia , un Dios de
igual perfeccion y substancia , aunque tres puntos,
q ue son las tres divinas Personas, havia decreta-
do , que el segundo, que es el sol, que aun en
las divinas letras es atributo de su justicia , canu-
tase el duo de sus dos naturalezas en un supues-
to. Simple llaman los musicos una voz sola, y
compuesto a la ligadura de dos puntos, que es
con lo que acaba Llorente. El primero verso di-
Tom. XVI. Ddd ce,
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? 394 Pastores de Belen.
ce, que alli apuro? el cantor omnipotente toda
su musica. Luego dice, que la humildad de
Mari? a fue el punto lay donde el sol del
Verbo eterno bajo? del cielo , cifrandose en estos
dos puntos toda su divina harmonia. La tercera
hace una de las mudanzas (que assi las llama la
musica ) y concluye con que siendo Dios quien
era, vino al mundo en canto llano, con la hu-
mildad y llaneza que le veis nacido en el diver-
sorio de Belen, echando aquel contrapunto de
su divinidad , viendo que el punto de su honor
estaba ya en aquellos dos puntos, de la Virgen,
Madre de su Hijo, y del sol de justicia, Verbo
eterno humanado en ella para conversar con los
hombres y redimir el mundo. Tanto mas, respon-
dio? Ergasto, me has ahora acobardado, quanto con
el comento has ilustrado la glossa. No tienes ra-
zon , dixo Niseyda, y si yo puedo algo contigo,
le suplico , que antes te animes para decir la tu-
ya , que no hay cosa que mas esfuerze la virtud,
que la honesta emulacion : fuera de que tu debes
de tener gusto de decirla, pues tantas veces di-
ces, que no la quieres decir, para obligarnos a
que con mas deseo te la pidamos, porque quan-
do un hombre se quiere escusar, antes divierte
el proposito , que le despierta y trahe a la memo-
ria. Ergasto hizo que pensaba > y sin responder a
Niseyda, comenzo? assi;
Can-
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? Libro quarto.
Cantando el Verbo divino
un alto tan soberano,
como de Dios voz y mano,
a ser con-trabajo vino,
bajando basta el punto humano:
que aunque es de sus pies el suelo
el Seraphin de mas vuelo
y el mas levantado throno,
bajo por la tierra el tono
hoy la musica del cielo.
Una Virgen no tocada
toca con destreza tanta
el harpa de David santa,
como la tiene abrazada,
que adonde el infierno espanta,
dos puntos solos toco? ,
el bajo a el alto junto? ,
que como en una pregunta
con un si Dios y hombre junta,
en dos puntos si cifro? .
De un Fiat comienza el Ja
de su obediencia y su fe,
vio? Dios el mi y siendo el re
Rey y reparo, que en Ja
Virgen estrella sol fue:
pero despues que nacio? ,
cifrada en dos puntos vio
la tierra por su consuelo
el harmoni? a del cielo,
sol y la, que le pario? .
Ddds
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? 39^ Pastores de belen.
No en vano, dixeron todos los pastores a
una voz, te escusabas Ergasto, para que te ? m-
portunassemos , como quien sabia ya con la hon-
ra y aplauso que havias de salir de tan bien
considerada empressa. Siempre, dixo el Rustico,
andas, mayoral mio , a quitarme la opinion ; pero
yo, como tan sujeto a tu milagroso entendimien-
to , quisiera que el mio fuera muy grande , para
que haviendome vencido, lo fuera tu victoria. Pa-
recio? le a Aminadab, que el Rustico se havia
corrido, y por no dar lugar a que passasse ade-
lante el aplauso de Jos pastores , comenzo? a en-
grandecer la musica, diciendo, que aun la Theo-
rica della era ingeniosa y agradable , y que don-
de quiera que se aplicaba, daba ocasion a pere-
grinos conceptos. Dixo de las dos maneras de
musica , launa divina y otra humana: la primera,
que incluye en si la elemental, y la segunda la
instrumental, probandolo , con que es impossible
que la machina velocissima de los cielos y ele-
mentos tuviesse sus vueltas y movimientos en
silencio, y que un movimiento veloz y ordena-
do era impossible que pudiesse ser hecho sin so-
nido harmonico, y como de la revolucion de los
cielos necessariamente se inferia el sonido, y que
de su grandeza y velocidad seria muy grande,y
su harmonia muy dulce. Porque si los cuerpos,
que estan cerca de nosotros, quando se mueven
causan sonido, los celestiales, que son grandes
y veloces, claro esta? que le tendran mayor. De
el movimiento del cielo, que lleva consigo los
planetas , o sea inteligencia, como dicen, hay
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? ? Libro qu? arto. '397
opiniones, que si no fuesse detenido de ellos
mismos, pondria en confusion la fabrica del
mundo, y que si la naturaleza es grave en par-
te, y en parte aguda, puesta en debida propor-
cion, era impossible que dejasse de hacer harmo-
nia, juntandose a los extremos. Prosiguio? tam-
bien probando, que como los cielos unos eran
en sus movimientos veloces , y otros tardios, era
fuerza que su musica fuesse. alta y grande: y que
para que los elementos siendo contrarios pudies-
sen estar juntos, sin destruirse , no podia ser -sih
musica. Trato? de que el supremo Hacedor de
los cielos les havia dado al principio tal . tem-
planza, que no se havian jama? s destemplado de
aquella harmonia, y co? mo el sol y la luna, y los
dema? s signos y planetas ya cantan tonos alegre>>,
y ya tristes, dandonos el frio y calor en di-
versos tiempos. Finalmente dixo, que el sonido
de los cielos no quiso Dios que le oyessemos,
porque no quedassen nuestros oidos destruidos y
admirados. Aunque Pythagoras dixo, que por-
que el hombre se acostumbra a este sonido des-
de que nace, no le siente, como se prueba con
evidencia en los que exercitan el martillo, o los
que viven entre los que con e? l labran el hierro,
o la plata. An? adio? tambien, que por la diaphani-
dad de los cielos , donde no podia quebrarse el
ayre, decian muchos, que no podia haver sona-
do , con otras cosas curiosas y Philosophicas, que
dixo haver leido en diversos libros. Trato? luego
de la musica humana, instrumental y anexa a la
del cielo, como de principio de quien se deri-
i? va,
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? 398 Pastores de Belen.
va, 7 de que? suerte la musica aguda llama a la
grave, para que symbolize con ella la especulati-
va y theorica, y la a&iva y practica, y de tal
manera dixo lo que havia sacado de diversos
Autores, que la queja del Rustico no tuvo lu-
gar entonces de satisfacerse. Quedaba gran par-
te del camino, porque como iban oyendo cosas
de ingenio, a cada cosa sutil se iban parando: y
assi se concertaron, que cada uno de los pasto-
res y zagalas cantasse alguna cosa, hasta llegar
a sus cabanas. Y echando suertes entre todos, pa-
ra el orden que se havia de seguir, cupo la pri-
mera a Lucela: la qual en alabanza de la mu-
sica, por no salir del proposito, canto? assi:
Si el cielo es harmonia,
los elementos y la tierra toda
Musica y Geometria,
bien el divino origen se acomoda
a la mas noble ciencia
antigua y celestial correspondencia.
Mas ya se le atribuya
al gran padre Juba, o Amphion Thebano,
o sea invencion tuya,
Mercurio antiguo, o de la diestra mano
de Pythagoras sea,
y en sus notas y numeros se vea;
Cantar en tu alabanza
no quiero tus principios, ni tus obras,
ni aquella semejanza
que al cielo tienes, con que puedes y obras
milagros en la tierra,
y
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? Libro quarto. 399
y en quanto el mar de polo a polo encierra.
Otros canten, que echado
el Lesbio mozo al mar de sus pilotos,. ,
despues de haver cantado
a los dioses del agua humildes votos,
hizo su espalda silla
aquel Delphin, que le llevo? a la orilla:
Que yo de David quiero
cantar en tu alabanza el Psalmo santo,
en que al Dios verdadero
ofrece de la voz el dulce canto,
David , cuya harmonia,
cuya harpa los espiritus vencia.
Load a Dios, cantandole
en los lugares santos y en el cielo:
aquel, que fabricandole
con su virtud, es throno y firme suelo
de sus pies soberanos,
y por todas las obras de sus manos.
Load su sen? orio
y aquella multitud de sus grandezas,
load su poderio,
y en muestras de las belicas proezas
con trompetas sonoras,
desplegando vanderas vencedoras.
Y luego con psalterios, ,
con cytharas suaves al Dios santo
de exercitos y Imperios,
y el coro humano y celestial el canto
del tympano levante,
o en organo, o en son de cuerdas cante.