con es-
to el pastor la conversacion y el juego, porque
havian llegado a las cabanas, donde.
to el pastor la conversacion y el juego, porque
havian llegado a las cabanas, donde.
Lope de Vega - Works - Los Pastores de Belen
haceis essos
discursos en cosas sin remedio , y en tiempo que
podrian impediros la ternura , con que vais alaban-
do, este santissimo y deseado nin? o? ? Pues quie? n
se humilla a su perfe&issimo nombre, dixo Pal-
myra a Aminadad ? Entonces prosiguiendo el jue-
go : en el cielo , respondio? e? l, los Cherubines al-
tos , en la tierra los empinados montes , y en el
infierno los profundos valles. Mas dime, Finarda,
? quie? n se le humilla al melifluo nombre de Jb-
sus ? En el cielo , dixo Finarda, los Seraphines
abrasados , en la tierra los arboles frondosos, y
en el infierno los testigos falsos. Rieronse los pas-
tores del donayre de Finarda, y ella ban? ando las
mexillas en pura rosa , prosiguio diciendo: Dime,
Nemoroso amigo, ? quie? n se humilla a este sabro-
so nombre de Jesus? En el cielo, dixo Nemoro-
so , las sillas para los futuros Santos, en la tierra
los cedros, y en el infierno los traydores. Mas
dime , Lesbia , ? quie? n se humilla a este nombre
animoso de Jesu? s ? En el cielo , dixo Lesbia , las
inteligencias que les mueven, en la tierra las flo-
res' de las plantas, y en el infierno los enemigos
del alma. Mas dime, Tebandra gentil, ? quie? n
se humilla al ilustrissimo nombre de Jesus ? En
el cielo , dixo Tebandra , la hermosura , en la
tierra la fortaleza, y en el infierno la temeridad.
Fi? a Mas
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 228 Pastores db Belen.
Mas dime, Alphesibeo , ? quie? n se humilla al escla-
recido nombre de Jesus ? En el cielo , dixo Al-
phesibeo , el sol, en la tierra el mar , y en el in-
fierno el furor. Mas dime, Dositea , < quie? n se
humilla al unico nombre de Jesus ? En el cielo,
dixo Dositea , la luna, en la tierra la paz, y en
el infierno la discordia. Mas dime , Bato amigo,
? quie? n se humilla al incomparable nombre de Je-
sus ? En el cielodixo Bato , los dos polos , en
la tierra las quatro partes, y en el infierno las
infinitas penas. Mas dime, Lucela, ? quie? n se hu-
milla al Christifero nombre de Jesu? s ? En el cie-
lo , dixo Lucela, las estrellas, en la tierra las
fuentes, y en el infierno las mentiras. Mas dime,
Joran , < quie? n se humilla al nombre soberano de
Jesus ? En el cielo, dixo Joran , Jos planetas , en
la tierra las fieras , y en el infierno las murmu-
raciones. Que? bien has dicho , prosiguio? el Rus-
tico , Joran discreto, y pluguiera a Dios que a
todos los que las exercitossen se les pusiera en
la lengua, este dulcissimo nombre de Jesu? s , que
e? l fuera con su Virtud divina bastante a refrenar-
la. En pena , dixo Cloris , de que el Rustico ha
interrumpido nuestro juego , diga en este mismo
proposito alguna cosa:. Consintieron todcs en es-
te advertimiento , y aunque el. Rustico porfiaba,
que el parenthesis havia sido ? breve y piadoso, no
le admitiendo escusa , comenzo? assi:
Si cada vez que un hombre murmurasse
del amigo, del proximo y ausente,
Jesu? s dixesse, es nombre suficiente
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro segundo. 329
a que la voz y el animo templasse.
Si cada vez que del honor tratasse
del que infama y corrige vanamente,
Jesu? s dixesse , y con humilde frente
a las divinas letras se humillasse:
Es impossible que el furor mas ciego,
y la venganza mas sobervia y loca,
con tal recio no templasse el fuego.
Que el nombre de Jesu? s tanto provoca
a amar a Dios y al proximo , que luego
penetra el corazon desde la boca .
Tengo por infalible, dixo entonces Aminadab,
lo que dices , tal es la fuerza deste divino Jehovah,
que en nuestros passados era inefable, y que ya
nosotros, como os tengo referido , con el de Je-
su? s pronunciamos. Porque este nombre, que de
aquellas quatro letras se compone, contiene en si
las condiciones de la divina naturaleza. ? Mirad
que? efe ? to no le sera? possible , quando con debi-
da reverencia se pronunciasse ? Por el mismo nom-
bre te ruego , dixo Ntdtalvo , pues se ha ofreci-
do ocasion, nos digas, Aminadab, ? por que? se du-
plica en esta dulcissima voz la letra li? e, que co-
mo dices, esta? en el segundo y quarto lugar? Nec-
talvo , respondio. Aminadab , es tan curiosa tu
pregunta , que solo tu ingenio deseara? satisfacerse
de cosa tan altamente considerada. Incluye este
nombre divino de Jesu? s , o Jehovah , no solo la
segunda persona del Verbo; mas todas tres divi-
nas personas. La primera letra, que es Jod, en-
tre nosotros significa principio, en que se entien-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 230 Pastores de Belbi? i? .
de el padre, principio sin principio. La segunda
de este inefable nombre es He, y por ella se sig-
nifica el Hijo, por quien todas las cosas tienen
ser. La tercera letra es Van, que significa cari-
dad y amor, y entre nuestros Hebreos , como
arriba os dixe, es conjuncion copulativa, por la
qual se entienda el divino Espiritu , que los en-
laza. La quarta letra es He , que como tu? dices,
se duplica , por ser tambien la segunda ; pero la
razon es, qus como por ella se entiende el Hi-
jo, y e? l havia de tomar la humana naturaleza,
como ya lo sabeis, y tiene de las entran? as de
esta purissima Virgen , y siempre Virgen ; dupli-
case la He, para significar en Christo las dos na-
turalezas , humana y divina. Mas siempre final-
mente es una letra , porque este Sen? or es un su-
puesto solo, y una sola persona, que contiene
en si la humana y divina naturaleza. Poncse
pues esta [letra He en el fin de su santissimo
nombre , para significar la humanidad que por
maravilloso modo junto? a si. De donde enten-
dereis, pastores , la causa porque le fue an? adida
por Dios aquella letra a nuestro padre Abra han en
su primero nombre, significando por aquel ocul-
to mysterio, que su unigenito Hijo havia de to-
mar carne en la tierra de su dichosa descendencia,
como es de Mari? a, esposa de Joseph , del Tri-
bu y casa de David. Esto creyo Abrahan , esto
espero? , y entonces conocio? la Encarnacion desse
santissimo Principe, bendicion tan liberal, pro-
metida a su posteridad, y desde entonces se lla-
mo? padre de excelsas generaciones, que esto sig-
ni-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro segundo. 231
nifica la diccion Ab , que quiere decir Padre, y
Ram, que quiere decir excelsas, y Hamon, que
quiere decir naciones', pero prosiga el Rustico su
juego, no se quejen estas zagalas de nuestras di-
gressiones. Por vengarme , dixo al Rustico , y
porque no escuches las alabanzas destos pastores,
que tanto desagradan al verdadero humilde, ten-
go de preguntarte , Cloris. Por esso dime, ? quie? n
se humilla a este poderoso nombre de Jesu? s? En
el cielo , dixo Cloris , el fuego1 elemental, en la
tierra los delphines y phocas ,y en el infierno los
atrevimientos y libertades. Penadla, dixo el Rus-
tico , pastores, dadla una grave pena, mirad co-
mo dixo, que se humillaban en la tierra los del-
phines , estando en la mar. Volvio? por ella Nec-
talvo, y dixo : No es justo que peneis a Cloris
sin culpa, porque ella quiso decir, que los del-
phines de la mar le alabassen en la tierra , que
bien sabeis que estos elementos son descriptos de
los Astrologos tan juntos, como si de dos ceras
de diferentes colores se hiciesse una bola , en
que lo blanco y colorado se mostrassen a man-
chas , que esso es la mar y la fierra , y es-
sas partes descubren enlazandose. No le aprovecho?
a Ne&alvo haver vuelto por Cloris , que por
oiri? a no se oyo? su disculpa, y al fin importuna-
da dixo assi, ayudandola Eliphila y Dositea sus
amigas con los instrumentos, a cuyo acento ape-
nas se osaba mover el ayre :
Una
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 33* Pastores di Belen.
Una Virgen pof mi bien,
con un si que dio a su padre,
sera? de su esposo madre ,
y sera? Virgen tambien .
, Una Virgen celestial
ha dado a su padre un j/,
con que ha remediado aqui
todo nuestro antiguo mal.
Casada para mi bien
con el hijo de su padre,
sera? de su esposo madre,
y sera? Virgen tambien.
Dixo un si y que remedio?
un no de quatro mil an? os,
con que todos nuestros dan? os
para siempre reparo? .
En e? l estuvo mi bien,
que obedeciendo a su padre,
sera? de su esposo madre ,
y sera? Virgen tambien .
Yo no soy, prosiguio? Clorts, amiga de ven-
ganzas , porque aun en las cosas de entretenimien-
to honesto me guardo de procurarla. Diga Eli--
phila, ? quie? n se humilla al salutifero nombre de
Jesu? s ? En el cielo , dixo Eliphila, las colunas que
estremece su duen? o soberano , en la tierra los
Ju? eces, y en el infierno los injustos. Mas diga
Neclalvo, ? quie? n se humilla al florido nombre
de Jesu? s ? En el cielo , dixo Ne&alvo , la luz,
en la tierra el dia, y en el infierno la noche.
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro secundo. 233
Mas dirne, Elysio, <? quie? n se humilla al mise-
ricordioso nombre de Jesus? En el cielo, dixo
Elysio, todo el cielo, en la tierra toda la tier-
ra , y en el infierno todo el infierno. Cerro?
con es-
to el pastor la conversacion y el juego, porque
havian llegado a las cabanas, donde. despidiendose
los unos de los otros, amorosamente se recogieron.
Tomo XVI.
PAS-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? >>34
PASTORES DE BELEN.
LIBRO III.
TAnta opinion havia cobrado Aminadab de
estudioso y entendido desde el dia de la
precedente junta de los pastores, que por todos
los valles de la torre de Belen era mirado por
la cosa mas rara y prodigiosa que en ellos se ha-
via visto, a cuya fama el viejo Rabadan Mahol
quedo? tan advertido y aficionado , que conocien-
do la voluntad de los dos, le caso? con la bella
Palmyra , que fue causa de que se quedasse en
aquellas aldeas , sin volver a las montan? as de Ju-
dea , mas que a despedirse de Zacharias , la pa-
rida Isabel y Juan su hermoso hijo. Truxo Amina-
dab su hato con grande sentimiento de los amigos,
y aderezando una vieja cabana vecina a la de su
suegro por la aspereza , con que el hibierno en-
traba , se quedo? por morador de los Bethlehemiti-
cos campos, donde haviendo el sol dejado atra? s
el Sagitario, y entrando en la bella Amalthea, que
por la crianza de Jupiter, hoy es imagen de las
que pinta la curiosa Astrologia en el cielo; co-
menzo? el riguroso Diciembre a serlo tanto , que.
los pastores de Belen se juntaban las noches a
hacer grandes hogueras en los campos, y hincan-
do algunos troncos, cercandolos de mimbres y
otras ramas de robles y tarayes, hacian resisten-
cia al viento, como en las salas de las ciuda-
des los aforrados canceles a los sen? ores. Las ove-
-" * * > . * jue-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro tercero. 235
jaelas al rededor del fuego balaban ateridas, y
juntandose unas con otras en los rediles , passa-
ban las frias noches, amaneciendo la escarcha so-
bre sus lanas, como en las copas de los inmobles
arboles tal vez los candidos copos de la blanca
nieve dejaban vestidos de una misma librea Ioj
cielos y los campos. Los pastores envueltos en
sus gabanes toscos, deseaban la venida del sol,
cuyos rayos la deshiciessen para descubrir las
sendas. Caianse las aves muertas por la grande
falta del grano y hojas de los arboles, que ya
por estar caidas, ya por estar cubiertas, no las
hallaban. Los ossos se sustentaban en las obscu-
ras cuevas del humor de sus manos , y los de-
ma? s animales venian hambrientos hasta las mismas
cabanas de los pastores, cuyos perros con ladri-
dos fuertes, que por todos aquellos valles rimbom-
vaban, despertaban los pastores, que con los esta-
llidos de las hondas los auyentaban del rededor de
las cabanas. Este an? o setecientos y cinquenta y
dos de la fundacion de Roma , y del principio
del mundo tres mil y novecientos y setenta , y
quarenta y dos del Imperio de O&aviano Cesar,
que fue el primero que merecio? del pueblo Ro-
mano nombre de Augusto, despues que vino de
vencer a Marco Antonio y triumpho? del Egypto,
poniendo de tal suerte en paz el mundo, que en
todo e? l no havia un pequen? o movimiento de
guerra; cerro? Augusto la tercera vez el Templo
de Jano, que por espacio de doce an? os no se
vio abierto: y para saber quanto se dilataba el
Romano Imperio, promulgo? un decreto, que to*
Gg 2 dos
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 236 Pastores de Belen.
dos los que fuessen subditos suyos, se escribies-
sen y manifestassen. Esta descripcion se hacia de
dos maneras, o para saber el numero de los va-
sallos , o para que juntamente con el nombre ca-
da uno declarasse su facultad y hacienda, para
que conforme a ella pagasse al Romano Principe
tributo. Y de aqui se llamaron Censores los que
apreciaban estas facultades y haciendas. Acudi? an
a la ciudad, que era Metropoli de la Provincia,
de donde eran naturales, como era costumbre de
los Hebreos , quando se numeraban , describirse en
su familia y Tribu. Tan grande era en aquella
sazon el Imperio de los Romanos , que de las
partes del mundo descubiertas solos los Godos,
Armenios y Indios no les eran tributarios. Esta
descripcion en fin mas parecia pertenecer al nue-
vo y soberano Principe, que ya nacia , que al
referido O&aviano : lo que parece , que e? l mismo
daba a entender, no haviendo consentido a la li-
sonja del Senado y Pueblo Romano, que le quiso
A? l mismo tiempo adorar por sen? or supremo , y
poner en el fingido numero de sus Dioses. Hizo-
la' el Presidente de Syria , llamado Girino, a
quien tambien para esto esuba sujeta la Judea,
porque por ser su Rey Herodes , no le tenia. En
paz esta? el orbe , y en calma las tormentas de
la ambicion de los cetros y coronas de las ven-
ganzas de la sangre y de las codicias del oro,
para que se cumpliessen las pronhecias , que na-
ceria en aquellos tiempos la justicia y la abun-
dancia de la paz, y que ninguno contra otro
levantaria la espada , ni exercitaria la guerra, que
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro tercero. 237
si bien esto se entendia de la paz temporal mate-
rialmente , era una sombra de la paz espiritual,
que la venida de nuestro Rey y Principe de la
paz prometia al mundo , y para que con esta
<<casion la Santissima Virgen fuesse desde Naza-
reth a Belen, cumpliendose lo que Micheas ha-
via dicho , y se manifestasse mejor, que era de
la familia y casa de David : y porque pariendo
en este transito su divino Hijo, fuesse mas ocul-
to el lugar de su santissimo parto a los infieles
y impios , y con mas seguridad pudiesse huir la
furia del cruel Herodes y de Archelao su hijo: y
para que se mostrasse, qua? n peregrino havia de vi-
vir en la tierra quien como peregrino nacia. A esta
descripcion fueron Mari? a y Joseph su esposo
desde Nazareth de Galilea , donde vivian, a la
ciudad de Belen, ciudad de David, porque en
elia havia nacido , a diferencia del alcazar de Sion,
que se llama con este mismo titulo. Era ley de el
decreto ir las mugeres con sus maridos, como se
prueba desta jornada que hizo la divina esposa de
el casto Jcsoph , pues no siendo forzoso, no se
pusiera la Virgen a hacerla, tan vecina a su glorio-
so parto. Llegado este dichoso punto y hallandose
los dos en la ciudad referida, la mas rigurosa no-
che de aquel hibierno, sin posada por su pobreza
y por la multitud de la gente, que con el mismo
intento de pagar el tributo havia venido: retirados
a un diversorio, o portal, que a los ultimos bar-
rios de la ciudad estaba , debajo de una pen? a, y
donde los que venian a negocios de la ciudad acos-
tumbraban atar y dar de comer a sus animales;
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 23# Pastores db Bblen.
hizo Joseph un pesebre para los que e? l trahia, si
acaso no estaban alli en aquella sazon dejados
por otros duen? os. Conociendo pues la honestissi-
ma Virgen la hora de su parto, Joseph salio?
fuera , que no le parecio? justo assistir personal-
mente a tan divino Sacramento ; Mari? a descal-
zandose las sandalias de los benditos pies, y quie-
tandose un manto blanco que la cubria , y el velo
de su hermosa cabeza , quedandose con la tunica,
y los cabellos hermosissimos tendidos por las es-
paldas , saco? dos pan? os de lino, y dos de lana
limpissimos y sutiles, que para aquella ocasion
trahia i y otros dos pequen? itos para atar la divi-
na cabeza de su hijo, y pusolos cerca de si pa-
ra la ocasion dichosa, en que le fuessen necessa-
rios. Pues como tuviesse todas estas cosas preve-
nidas , hincandose de rodillas, hizo oracion, las
espaldas al pesebre , y el rostro levantado al cielo
hacia la parte del Oriente, altas las divinas ma-
nos , y los honestissimos ojos al cielo atentos: es-
taba como en extasis, suspensa y transformada
en aquella altissima contemplacion, ban? ando su
alma de divina y celestial dulzura. Estando en
esta oracion, sintio? mover en sus virginales en-
tran? as su soberano hijo, y en un instante le pario?
y vio? delante de sus castos ojos, quedando aque-
lla pura estrella de Jacob tan entera y intacta
como antes, y los crystales purissimos de su claus-
tro inofensos del suave passo del claro sol de
justicia Christo nuestro bien: del qual salio? lue-
go luz tan inefable y resplandor tan divino, que
todas las celestiales espheras parecian en su pre-
sen-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro tercero. ugo,
sencia obscuras. Estaba el glorioso infante desnu-
do en la tierra , tan hermoso , limpio y blanco
como los copos de la nieve sobre las alturas de
los montes, o las candidas azucenas en los cogo-
llos de sus verdes hojas. Luego que le vio? la
Virgen, junto? sus manos, inclino? su cabeza , y
con grande honestidad y reverencia le adoro? y
dixo: Bien sea? is venido , Dios mio, sen? or mio y
hijo mio. El Nin? o entonces llorando , y como
estremeciendose por el rigor del frio y la dureza
del suelo , extendia los pies y las manos, buscan-
do algun refrigerio, y el favor y amparo de su
madre, que tomandole entonces en sus brazos,
le llego? a su pecho, y poniendo su rostro con
el suyo, le calento? y abrigo? con indecible alegria
y compassion materna. Pusole despues desto en
su virginal regazo, y comenzo? le a envolver con
alegre diligencia , primero en los dos pan? os de li-
no , despues en los dos de lana, y con una faja le
ligo? dulcemente el pequen? ito cuerpo , cogiendole
con ella los brazos poderosos a redimir el mun-
do : ato? le tambien la soberana cabeza por mas
abrigo, y hechas tan piadosas muestras de su
amor materno, entro? el venerable Joseph, y arro-
jandose por la tierra, humildemente le adoro? ,
ban? ando su honesto rostro de alegres lagrimas.
Entonces la Virgen y Joseph, levantandose, pu-
sieron con grande reverencia el nin? o benditissimo
sobre las pajas del pesebre, entre aquellos dos
animales, y de rodillas comenzaron a contem-
plarle , hablarle, y darle mil amorosos parabienes
de su venida al mundo. Las fiestas, musicas, re-
go-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? >>4? Pastores de Belen.
gocijos y alegrias de los exarcitos celestiales, que
a esta sazon, mas que los atomos del sol adorna-
ban los arruinados techos de aquel pala cio , no
pueden ser referidas de las humanas lengu as , ni
de los cortos ingenios de los hombres, de la ma-
nera que de las altas palmas vemos pendientes
los dorados racimos de los datiles; assi de aque-
llos antiguos y derribados techos , por las colu-
nas rotas y envejecidos pinos colgaban a esqua-
drones Seraphines , Gherubines, Potestades y
Principados, celebrando los tres mysterio sos na-
cimientos de este Sen? or, divino , humano y de
gracia, de su increado padre eternamente, de su
madre temporalmente , y en nuestras almas y co-
razones por gracia. Velaban a esta sazon los pas-
tores de la torre de los ganados ya referida, que
entre Belen y Jerusalen yace sen? ora de aquellos
valles , y igualando su frente con las verdes cabe-
zas de los montes, sitio donde el Patriarca Ja-
cob moraba, quando a la tierra de Hara? n , abun-
dante de pastos, vino de Mesopotamia, y donde
el sepulcro de la hermosa Rachel tendra? memo-
ria eterna: las vigilias de la noche , que tenian
dividida en quatro partes, para librar el ganado
del incurso de los lobos y de las otras fieras,
quando un hermoso Paranympho, cercado de res-
plandor, que subitamente doro? las vecinas nubes
y distinguio? las cosas, que la tiniebla de la no-
che tenia confusas, tendio? sobre sus cabezas las
phenicias alas, y abriendo la suave boca, les di-
xo: No temiis, alegraos de las nuevas dichosas
que os doy i ya. es nacido para vosotros el Sal-
va-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? . . /: Libro tercero. I 24*
vador del mundo, mostrando en decir, que para ios
hombres, la distincion del divino y temporal naci-
miento. Nacio? en la ciudad de David, prosiguio?
el Angel ,y tenzd por senal, que hallareis el tier-
no infante envuelto en pobres panos, y puesto en
un pesebre. Al fin de la publicacion deste pregon
divino y las cajas y trompetas del cielo resonaron
de polo a polo, y la celestial multitud de 1?
milicia Angelica se agrego? al hermoso nuncio, y
aprobando la embajada, dieron alabanzas a Dios
y mil parabienes a los hombres, diciendo assi:
De? se la Gloria a Dios, de? se en ti cielo,
y la Paz a los hombres en el suelo.
Dese la gloria a Dios en las alturas, . . . . 'i
pues ha dado su hijo al hombre humano,
descendiendo el criador por las criaturas h
del pecho de su padre soberano: . , . . . :[
desde las inferiores a las puras . . . - r.
se den las gracias a su eterna mano;,, >
pero primero que comienze el suelo,.
de? se la gloria a Dios, de? se en el cielo ?
Alegrese la tierra venturosa,
pues las nubes llovieron el rocio,
que la dejo? fecunda y abundosa, . , . .
discursos en cosas sin remedio , y en tiempo que
podrian impediros la ternura , con que vais alaban-
do, este santissimo y deseado nin? o? ? Pues quie? n
se humilla a su perfe&issimo nombre, dixo Pal-
myra a Aminadad ? Entonces prosiguiendo el jue-
go : en el cielo , respondio? e? l, los Cherubines al-
tos , en la tierra los empinados montes , y en el
infierno los profundos valles. Mas dime, Finarda,
? quie? n se le humilla al melifluo nombre de Jb-
sus ? En el cielo , dixo Finarda, los Seraphines
abrasados , en la tierra los arboles frondosos, y
en el infierno los testigos falsos. Rieronse los pas-
tores del donayre de Finarda, y ella ban? ando las
mexillas en pura rosa , prosiguio diciendo: Dime,
Nemoroso amigo, ? quie? n se humilla a este sabro-
so nombre de Jesus? En el cielo, dixo Nemoro-
so , las sillas para los futuros Santos, en la tierra
los cedros, y en el infierno los traydores. Mas
dime , Lesbia , ? quie? n se humilla a este nombre
animoso de Jesu? s ? En el cielo , dixo Lesbia , las
inteligencias que les mueven, en la tierra las flo-
res' de las plantas, y en el infierno los enemigos
del alma. Mas dime, Tebandra gentil, ? quie? n
se humilla al ilustrissimo nombre de Jesus ? En
el cielo , dixo Tebandra , la hermosura , en la
tierra la fortaleza, y en el infierno la temeridad.
Fi? a Mas
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 228 Pastores db Belen.
Mas dime, Alphesibeo , ? quie? n se humilla al escla-
recido nombre de Jesus ? En el cielo , dixo Al-
phesibeo , el sol, en la tierra el mar , y en el in-
fierno el furor. Mas dime, Dositea , < quie? n se
humilla al unico nombre de Jesus ? En el cielo,
dixo Dositea , la luna, en la tierra la paz, y en
el infierno la discordia. Mas dime , Bato amigo,
? quie? n se humilla al incomparable nombre de Je-
sus ? En el cielodixo Bato , los dos polos , en
la tierra las quatro partes, y en el infierno las
infinitas penas. Mas dime, Lucela, ? quie? n se hu-
milla al Christifero nombre de Jesu? s ? En el cie-
lo , dixo Lucela, las estrellas, en la tierra las
fuentes, y en el infierno las mentiras. Mas dime,
Joran , < quie? n se humilla al nombre soberano de
Jesus ? En el cielo, dixo Joran , Jos planetas , en
la tierra las fieras , y en el infierno las murmu-
raciones. Que? bien has dicho , prosiguio? el Rus-
tico , Joran discreto, y pluguiera a Dios que a
todos los que las exercitossen se les pusiera en
la lengua, este dulcissimo nombre de Jesu? s , que
e? l fuera con su Virtud divina bastante a refrenar-
la. En pena , dixo Cloris , de que el Rustico ha
interrumpido nuestro juego , diga en este mismo
proposito alguna cosa:. Consintieron todcs en es-
te advertimiento , y aunque el. Rustico porfiaba,
que el parenthesis havia sido ? breve y piadoso, no
le admitiendo escusa , comenzo? assi:
Si cada vez que un hombre murmurasse
del amigo, del proximo y ausente,
Jesu? s dixesse, es nombre suficiente
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro segundo. 329
a que la voz y el animo templasse.
Si cada vez que del honor tratasse
del que infama y corrige vanamente,
Jesu? s dixesse , y con humilde frente
a las divinas letras se humillasse:
Es impossible que el furor mas ciego,
y la venganza mas sobervia y loca,
con tal recio no templasse el fuego.
Que el nombre de Jesu? s tanto provoca
a amar a Dios y al proximo , que luego
penetra el corazon desde la boca .
Tengo por infalible, dixo entonces Aminadab,
lo que dices , tal es la fuerza deste divino Jehovah,
que en nuestros passados era inefable, y que ya
nosotros, como os tengo referido , con el de Je-
su? s pronunciamos. Porque este nombre, que de
aquellas quatro letras se compone, contiene en si
las condiciones de la divina naturaleza. ? Mirad
que? efe ? to no le sera? possible , quando con debi-
da reverencia se pronunciasse ? Por el mismo nom-
bre te ruego , dixo Ntdtalvo , pues se ha ofreci-
do ocasion, nos digas, Aminadab, ? por que? se du-
plica en esta dulcissima voz la letra li? e, que co-
mo dices, esta? en el segundo y quarto lugar? Nec-
talvo , respondio. Aminadab , es tan curiosa tu
pregunta , que solo tu ingenio deseara? satisfacerse
de cosa tan altamente considerada. Incluye este
nombre divino de Jesu? s , o Jehovah , no solo la
segunda persona del Verbo; mas todas tres divi-
nas personas. La primera letra, que es Jod, en-
tre nosotros significa principio, en que se entien-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 230 Pastores de Belbi? i? .
de el padre, principio sin principio. La segunda
de este inefable nombre es He, y por ella se sig-
nifica el Hijo, por quien todas las cosas tienen
ser. La tercera letra es Van, que significa cari-
dad y amor, y entre nuestros Hebreos , como
arriba os dixe, es conjuncion copulativa, por la
qual se entienda el divino Espiritu , que los en-
laza. La quarta letra es He , que como tu? dices,
se duplica , por ser tambien la segunda ; pero la
razon es, qus como por ella se entiende el Hi-
jo, y e? l havia de tomar la humana naturaleza,
como ya lo sabeis, y tiene de las entran? as de
esta purissima Virgen , y siempre Virgen ; dupli-
case la He, para significar en Christo las dos na-
turalezas , humana y divina. Mas siempre final-
mente es una letra , porque este Sen? or es un su-
puesto solo, y una sola persona, que contiene
en si la humana y divina naturaleza. Poncse
pues esta [letra He en el fin de su santissimo
nombre , para significar la humanidad que por
maravilloso modo junto? a si. De donde enten-
dereis, pastores , la causa porque le fue an? adida
por Dios aquella letra a nuestro padre Abra han en
su primero nombre, significando por aquel ocul-
to mysterio, que su unigenito Hijo havia de to-
mar carne en la tierra de su dichosa descendencia,
como es de Mari? a, esposa de Joseph , del Tri-
bu y casa de David. Esto creyo Abrahan , esto
espero? , y entonces conocio? la Encarnacion desse
santissimo Principe, bendicion tan liberal, pro-
metida a su posteridad, y desde entonces se lla-
mo? padre de excelsas generaciones, que esto sig-
ni-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro segundo. 231
nifica la diccion Ab , que quiere decir Padre, y
Ram, que quiere decir excelsas, y Hamon, que
quiere decir naciones', pero prosiga el Rustico su
juego, no se quejen estas zagalas de nuestras di-
gressiones. Por vengarme , dixo al Rustico , y
porque no escuches las alabanzas destos pastores,
que tanto desagradan al verdadero humilde, ten-
go de preguntarte , Cloris. Por esso dime, ? quie? n
se humilla a este poderoso nombre de Jesu? s? En
el cielo , dixo Cloris , el fuego1 elemental, en la
tierra los delphines y phocas ,y en el infierno los
atrevimientos y libertades. Penadla, dixo el Rus-
tico , pastores, dadla una grave pena, mirad co-
mo dixo, que se humillaban en la tierra los del-
phines , estando en la mar. Volvio? por ella Nec-
talvo, y dixo : No es justo que peneis a Cloris
sin culpa, porque ella quiso decir, que los del-
phines de la mar le alabassen en la tierra , que
bien sabeis que estos elementos son descriptos de
los Astrologos tan juntos, como si de dos ceras
de diferentes colores se hiciesse una bola , en
que lo blanco y colorado se mostrassen a man-
chas , que esso es la mar y la fierra , y es-
sas partes descubren enlazandose. No le aprovecho?
a Ne&alvo haver vuelto por Cloris , que por
oiri? a no se oyo? su disculpa, y al fin importuna-
da dixo assi, ayudandola Eliphila y Dositea sus
amigas con los instrumentos, a cuyo acento ape-
nas se osaba mover el ayre :
Una
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 33* Pastores di Belen.
Una Virgen pof mi bien,
con un si que dio a su padre,
sera? de su esposo madre ,
y sera? Virgen tambien .
, Una Virgen celestial
ha dado a su padre un j/,
con que ha remediado aqui
todo nuestro antiguo mal.
Casada para mi bien
con el hijo de su padre,
sera? de su esposo madre,
y sera? Virgen tambien.
Dixo un si y que remedio?
un no de quatro mil an? os,
con que todos nuestros dan? os
para siempre reparo? .
En e? l estuvo mi bien,
que obedeciendo a su padre,
sera? de su esposo madre ,
y sera? Virgen tambien .
Yo no soy, prosiguio? Clorts, amiga de ven-
ganzas , porque aun en las cosas de entretenimien-
to honesto me guardo de procurarla. Diga Eli--
phila, ? quie? n se humilla al salutifero nombre de
Jesu? s ? En el cielo , dixo Eliphila, las colunas que
estremece su duen? o soberano , en la tierra los
Ju? eces, y en el infierno los injustos. Mas diga
Neclalvo, ? quie? n se humilla al florido nombre
de Jesu? s ? En el cielo , dixo Ne&alvo , la luz,
en la tierra el dia, y en el infierno la noche.
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro secundo. 233
Mas dirne, Elysio, <? quie? n se humilla al mise-
ricordioso nombre de Jesus? En el cielo, dixo
Elysio, todo el cielo, en la tierra toda la tier-
ra , y en el infierno todo el infierno. Cerro?
con es-
to el pastor la conversacion y el juego, porque
havian llegado a las cabanas, donde. despidiendose
los unos de los otros, amorosamente se recogieron.
Tomo XVI.
PAS-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? >>34
PASTORES DE BELEN.
LIBRO III.
TAnta opinion havia cobrado Aminadab de
estudioso y entendido desde el dia de la
precedente junta de los pastores, que por todos
los valles de la torre de Belen era mirado por
la cosa mas rara y prodigiosa que en ellos se ha-
via visto, a cuya fama el viejo Rabadan Mahol
quedo? tan advertido y aficionado , que conocien-
do la voluntad de los dos, le caso? con la bella
Palmyra , que fue causa de que se quedasse en
aquellas aldeas , sin volver a las montan? as de Ju-
dea , mas que a despedirse de Zacharias , la pa-
rida Isabel y Juan su hermoso hijo. Truxo Amina-
dab su hato con grande sentimiento de los amigos,
y aderezando una vieja cabana vecina a la de su
suegro por la aspereza , con que el hibierno en-
traba , se quedo? por morador de los Bethlehemiti-
cos campos, donde haviendo el sol dejado atra? s
el Sagitario, y entrando en la bella Amalthea, que
por la crianza de Jupiter, hoy es imagen de las
que pinta la curiosa Astrologia en el cielo; co-
menzo? el riguroso Diciembre a serlo tanto , que.
los pastores de Belen se juntaban las noches a
hacer grandes hogueras en los campos, y hincan-
do algunos troncos, cercandolos de mimbres y
otras ramas de robles y tarayes, hacian resisten-
cia al viento, como en las salas de las ciuda-
des los aforrados canceles a los sen? ores. Las ove-
-" * * > . * jue-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro tercero. 235
jaelas al rededor del fuego balaban ateridas, y
juntandose unas con otras en los rediles , passa-
ban las frias noches, amaneciendo la escarcha so-
bre sus lanas, como en las copas de los inmobles
arboles tal vez los candidos copos de la blanca
nieve dejaban vestidos de una misma librea Ioj
cielos y los campos. Los pastores envueltos en
sus gabanes toscos, deseaban la venida del sol,
cuyos rayos la deshiciessen para descubrir las
sendas. Caianse las aves muertas por la grande
falta del grano y hojas de los arboles, que ya
por estar caidas, ya por estar cubiertas, no las
hallaban. Los ossos se sustentaban en las obscu-
ras cuevas del humor de sus manos , y los de-
ma? s animales venian hambrientos hasta las mismas
cabanas de los pastores, cuyos perros con ladri-
dos fuertes, que por todos aquellos valles rimbom-
vaban, despertaban los pastores, que con los esta-
llidos de las hondas los auyentaban del rededor de
las cabanas. Este an? o setecientos y cinquenta y
dos de la fundacion de Roma , y del principio
del mundo tres mil y novecientos y setenta , y
quarenta y dos del Imperio de O&aviano Cesar,
que fue el primero que merecio? del pueblo Ro-
mano nombre de Augusto, despues que vino de
vencer a Marco Antonio y triumpho? del Egypto,
poniendo de tal suerte en paz el mundo, que en
todo e? l no havia un pequen? o movimiento de
guerra; cerro? Augusto la tercera vez el Templo
de Jano, que por espacio de doce an? os no se
vio abierto: y para saber quanto se dilataba el
Romano Imperio, promulgo? un decreto, que to*
Gg 2 dos
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 236 Pastores de Belen.
dos los que fuessen subditos suyos, se escribies-
sen y manifestassen. Esta descripcion se hacia de
dos maneras, o para saber el numero de los va-
sallos , o para que juntamente con el nombre ca-
da uno declarasse su facultad y hacienda, para
que conforme a ella pagasse al Romano Principe
tributo. Y de aqui se llamaron Censores los que
apreciaban estas facultades y haciendas. Acudi? an
a la ciudad, que era Metropoli de la Provincia,
de donde eran naturales, como era costumbre de
los Hebreos , quando se numeraban , describirse en
su familia y Tribu. Tan grande era en aquella
sazon el Imperio de los Romanos , que de las
partes del mundo descubiertas solos los Godos,
Armenios y Indios no les eran tributarios. Esta
descripcion en fin mas parecia pertenecer al nue-
vo y soberano Principe, que ya nacia , que al
referido O&aviano : lo que parece , que e? l mismo
daba a entender, no haviendo consentido a la li-
sonja del Senado y Pueblo Romano, que le quiso
A? l mismo tiempo adorar por sen? or supremo , y
poner en el fingido numero de sus Dioses. Hizo-
la' el Presidente de Syria , llamado Girino, a
quien tambien para esto esuba sujeta la Judea,
porque por ser su Rey Herodes , no le tenia. En
paz esta? el orbe , y en calma las tormentas de
la ambicion de los cetros y coronas de las ven-
ganzas de la sangre y de las codicias del oro,
para que se cumpliessen las pronhecias , que na-
ceria en aquellos tiempos la justicia y la abun-
dancia de la paz, y que ninguno contra otro
levantaria la espada , ni exercitaria la guerra, que
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro tercero. 237
si bien esto se entendia de la paz temporal mate-
rialmente , era una sombra de la paz espiritual,
que la venida de nuestro Rey y Principe de la
paz prometia al mundo , y para que con esta
<<casion la Santissima Virgen fuesse desde Naza-
reth a Belen, cumpliendose lo que Micheas ha-
via dicho , y se manifestasse mejor, que era de
la familia y casa de David : y porque pariendo
en este transito su divino Hijo, fuesse mas ocul-
to el lugar de su santissimo parto a los infieles
y impios , y con mas seguridad pudiesse huir la
furia del cruel Herodes y de Archelao su hijo: y
para que se mostrasse, qua? n peregrino havia de vi-
vir en la tierra quien como peregrino nacia. A esta
descripcion fueron Mari? a y Joseph su esposo
desde Nazareth de Galilea , donde vivian, a la
ciudad de Belen, ciudad de David, porque en
elia havia nacido , a diferencia del alcazar de Sion,
que se llama con este mismo titulo. Era ley de el
decreto ir las mugeres con sus maridos, como se
prueba desta jornada que hizo la divina esposa de
el casto Jcsoph , pues no siendo forzoso, no se
pusiera la Virgen a hacerla, tan vecina a su glorio-
so parto. Llegado este dichoso punto y hallandose
los dos en la ciudad referida, la mas rigurosa no-
che de aquel hibierno, sin posada por su pobreza
y por la multitud de la gente, que con el mismo
intento de pagar el tributo havia venido: retirados
a un diversorio, o portal, que a los ultimos bar-
rios de la ciudad estaba , debajo de una pen? a, y
donde los que venian a negocios de la ciudad acos-
tumbraban atar y dar de comer a sus animales;
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? 23# Pastores db Bblen.
hizo Joseph un pesebre para los que e? l trahia, si
acaso no estaban alli en aquella sazon dejados
por otros duen? os. Conociendo pues la honestissi-
ma Virgen la hora de su parto, Joseph salio?
fuera , que no le parecio? justo assistir personal-
mente a tan divino Sacramento ; Mari? a descal-
zandose las sandalias de los benditos pies, y quie-
tandose un manto blanco que la cubria , y el velo
de su hermosa cabeza , quedandose con la tunica,
y los cabellos hermosissimos tendidos por las es-
paldas , saco? dos pan? os de lino, y dos de lana
limpissimos y sutiles, que para aquella ocasion
trahia i y otros dos pequen? itos para atar la divi-
na cabeza de su hijo, y pusolos cerca de si pa-
ra la ocasion dichosa, en que le fuessen necessa-
rios. Pues como tuviesse todas estas cosas preve-
nidas , hincandose de rodillas, hizo oracion, las
espaldas al pesebre , y el rostro levantado al cielo
hacia la parte del Oriente, altas las divinas ma-
nos , y los honestissimos ojos al cielo atentos: es-
taba como en extasis, suspensa y transformada
en aquella altissima contemplacion, ban? ando su
alma de divina y celestial dulzura. Estando en
esta oracion, sintio? mover en sus virginales en-
tran? as su soberano hijo, y en un instante le pario?
y vio? delante de sus castos ojos, quedando aque-
lla pura estrella de Jacob tan entera y intacta
como antes, y los crystales purissimos de su claus-
tro inofensos del suave passo del claro sol de
justicia Christo nuestro bien: del qual salio? lue-
go luz tan inefable y resplandor tan divino, que
todas las celestiales espheras parecian en su pre-
sen-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? Libro tercero. ugo,
sencia obscuras. Estaba el glorioso infante desnu-
do en la tierra , tan hermoso , limpio y blanco
como los copos de la nieve sobre las alturas de
los montes, o las candidas azucenas en los cogo-
llos de sus verdes hojas. Luego que le vio? la
Virgen, junto? sus manos, inclino? su cabeza , y
con grande honestidad y reverencia le adoro? y
dixo: Bien sea? is venido , Dios mio, sen? or mio y
hijo mio. El Nin? o entonces llorando , y como
estremeciendose por el rigor del frio y la dureza
del suelo , extendia los pies y las manos, buscan-
do algun refrigerio, y el favor y amparo de su
madre, que tomandole entonces en sus brazos,
le llego? a su pecho, y poniendo su rostro con
el suyo, le calento? y abrigo? con indecible alegria
y compassion materna. Pusole despues desto en
su virginal regazo, y comenzo? le a envolver con
alegre diligencia , primero en los dos pan? os de li-
no , despues en los dos de lana, y con una faja le
ligo? dulcemente el pequen? ito cuerpo , cogiendole
con ella los brazos poderosos a redimir el mun-
do : ato? le tambien la soberana cabeza por mas
abrigo, y hechas tan piadosas muestras de su
amor materno, entro? el venerable Joseph, y arro-
jandose por la tierra, humildemente le adoro? ,
ban? ando su honesto rostro de alegres lagrimas.
Entonces la Virgen y Joseph, levantandose, pu-
sieron con grande reverencia el nin? o benditissimo
sobre las pajas del pesebre, entre aquellos dos
animales, y de rodillas comenzaron a contem-
plarle , hablarle, y darle mil amorosos parabienes
de su venida al mundo. Las fiestas, musicas, re-
go-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? >>4? Pastores de Belen.
gocijos y alegrias de los exarcitos celestiales, que
a esta sazon, mas que los atomos del sol adorna-
ban los arruinados techos de aquel pala cio , no
pueden ser referidas de las humanas lengu as , ni
de los cortos ingenios de los hombres, de la ma-
nera que de las altas palmas vemos pendientes
los dorados racimos de los datiles; assi de aque-
llos antiguos y derribados techos , por las colu-
nas rotas y envejecidos pinos colgaban a esqua-
drones Seraphines , Gherubines, Potestades y
Principados, celebrando los tres mysterio sos na-
cimientos de este Sen? or, divino , humano y de
gracia, de su increado padre eternamente, de su
madre temporalmente , y en nuestras almas y co-
razones por gracia. Velaban a esta sazon los pas-
tores de la torre de los ganados ya referida, que
entre Belen y Jerusalen yace sen? ora de aquellos
valles , y igualando su frente con las verdes cabe-
zas de los montes, sitio donde el Patriarca Ja-
cob moraba, quando a la tierra de Hara? n , abun-
dante de pastos, vino de Mesopotamia, y donde
el sepulcro de la hermosa Rachel tendra? memo-
ria eterna: las vigilias de la noche , que tenian
dividida en quatro partes, para librar el ganado
del incurso de los lobos y de las otras fieras,
quando un hermoso Paranympho, cercado de res-
plandor, que subitamente doro? las vecinas nubes
y distinguio? las cosas, que la tiniebla de la no-
che tenia confusas, tendio? sobre sus cabezas las
phenicias alas, y abriendo la suave boca, les di-
xo: No temiis, alegraos de las nuevas dichosas
que os doy i ya. es nacido para vosotros el Sal-
va-
? ? Generated for (University of Chicago) on 2014-12-26 09:46 GMT / http://hdl. handle. net/2027/ucm. 5327369895 Public Domain, Google-digitized / http://www. hathitrust. org/access_use#pd-google
? . . /: Libro tercero. I 24*
vador del mundo, mostrando en decir, que para ios
hombres, la distincion del divino y temporal naci-
miento. Nacio? en la ciudad de David, prosiguio?
el Angel ,y tenzd por senal, que hallareis el tier-
no infante envuelto en pobres panos, y puesto en
un pesebre. Al fin de la publicacion deste pregon
divino y las cajas y trompetas del cielo resonaron
de polo a polo, y la celestial multitud de 1?
milicia Angelica se agrego? al hermoso nuncio, y
aprobando la embajada, dieron alabanzas a Dios
y mil parabienes a los hombres, diciendo assi:
De? se la Gloria a Dios, de? se en ti cielo,
y la Paz a los hombres en el suelo.
Dese la gloria a Dios en las alturas, . . . . 'i
pues ha dado su hijo al hombre humano,
descendiendo el criador por las criaturas h
del pecho de su padre soberano: . , . . . :[
desde las inferiores a las puras . . . - r.
se den las gracias a su eterna mano;,, >
pero primero que comienze el suelo,.
de? se la gloria a Dios, de? se en el cielo ?
Alegrese la tierra venturosa,
pues las nubes llovieron el rocio,
que la dejo? fecunda y abundosa, . , . .
