A veces le dolía haber dejado a su paso aquel reguero de miseria, y a veces le daba tanta rabia que se
los dedos con las agujas, pero más le dolía y más rabia le daba y más la amargaba el fragante y agusanado guayabal de amor que iba arrastrando hacia la muerte.
Gabriel García Márquez - Cien Anos de Soledad
