No
conoceis
a maese Perez?
Gustavo Adolfo Becuqer
.
.
?
Ay, vecina!
Malo.
.
.
malo.
.
.
presumo
que vamos a tener jarana; yo me refugio en la iglesia, pues por lo que
veo, aqui van a andar mas de sobra los cintarazos que los _Pater
Noster_. [7] Mirad, mirad; las gentes del duque de Alcala[8] doblan la
esquina de la plaza de San Pedro,[9] y por el callejon de las
Duenas[10] se me figura que he columbrado a las del de
Medinasidonia. [11] . . . ? No os lo dije?
[Footnote 1: veinticuatros. Magistrates of certain cities of
Andalusia, whose duties, according to the ancient municipal regime,
were much the same as those of the modern _regidores_ or aldermen.
As the name indicates, there were twenty-four of these city
councilors. ]
[Footnote 2: el flamencote = 'the big (_or_ great) Fleming. ' During
the reign of Philip II, owing to his religious persecutions in the
Netherlands, several eminent Flemish noblemen were sent to Spain to
treat with him on this question. Among the most famous were Egmont
(Lamoral, count of Egmont), who was in Spain from January to April,
1565, and Montigny (Floris de Montmorency), who made two trips to
Spain, one in 1562, and the other in 1566, on which occasion he
remained until 1570, when he was murdered at the king's bidding.
Philip received both of these envoys with a show of great cordiality
and affection. The Spanish nobles, on the contrary, were cold in
their reception, and would gladly have given them over to the
Inquisition had there been no fear of Philip's anger. Either of
these envoys, if they were ever in Seville, may be referred to here,
or some other influential Fleming who may have been there under
similar conditions, or this may be mere fiction. ]
[Footnote 3: los senores de la cruz verde. The officers of the
Inquisition. The arms of this body were a green cross surmounted by
a crown, with a drawn sword to the right and an olive branch to the
left, upon a field of sable. See Emmanuel Delorme, _les Emblemes de
L'Inquisition d'Espagne_, Toulouse, 1905. ]
[Footnote 4: los magnates. Doubtless Philip II and his court are
meant. ]
[Footnote 5: Madrid. See p. 80, note 2. ]
[Footnote 6: Pero Botero. See vocabulary. ]
[Footnote 7: Pater Noster. See p. 33, note 1. ]
[Footnote 8: El duque de Alcala. In 1558 Philip II bestowed this
title upon D. Pedro Afan o Enriquez de Ribera y Portocarrero, second
Marquis of Tarifa, sixth Count of los Molares, and bearer of other
titles as well. He was made viceroy of Naples in 1559, at about the
age of fifty, and died some dozen years later. His wife was Dona
Leonor Ponce de Leon, by whom he had no children. This is probably
the duke referred to here, if we presume that the author had some
definite duke in mind. The beautiful family mansion, known as _la
Casa de Pilatos_, is still standing, a mixture of Gothic, Moorish,
and Renaissance designs. ]
[Footnote 9: San Pedro. The church of San Pedro, a Gothic structure
of the fourteenth century, built on the site of a mosque, is
situated near the modern market and not far from the University. The
little square in front of the church bears the same name. ]
[Footnote 10: callejon de las Duenas. A short street called to-day
_Calle de Gerona_. It connects the Plaza del Espiritu Santo and that
of Sta. Catalina. This street received its name from the Cistercian
nuns whose convent, destroyed in the revolution of 1868, was
situated here. ]
[Footnote 11: las del de Medinasidonia= 'those of the (Duke) of
Medinasidonia. ' In the fifteenth century Seville was the scene of
many bloody frays between the hostile houses of Medinasidonia and
Ponce de Leon, but through the intervention of Ferdinand and
Isabella this enmity was happily terminated before the close of that
century, long before the creation of the title of Duke of Alcala.
The dukedom of Medinasidonia was created in 1445 by Juan II, and the
best-known duke of this name during the reign of Philip II was
commander of the celebrated Armada (1588). ]
Ya se han visto, ya se detienen unos y otros, sin pasar de
sus puestos. . . los grupos se disuelven. . . los ministriles, a
quienes en estas ocasiones apalean amigos y enemigos, se retiran . . . hasta
el senor asistente,[1] con su vara y todo, se refugia
en el atrio. . . y luego dicen que hay justicia.
[Footnote 1: asistente. A magistrate in Seville, and certain other
cities, whose duties and prerogatives corresponded with those of the
_corregidor_ elsewhere. This office came into existence in Seville
about the middle of the fifteenth century, and was filled during the
reign of Philip II by some fifteen asistentes in succession, most of
them counts. ]
Para los pobres. . . .
Vamos, vamos, ya brillan los broqueles en la obscuridad. . . . ? Nuestro
Senor del Gran Poder[1] nos asista! Ya comienzan los golpes ? vecina!
? vecina! aqui. . . antes que cierren las puertas. Pero ? calle! ? Que es
eso? Aun no ban comenzado, cuando lo dejan. ? Que resplandor es aquel?
? Hachas encendidas! ? Literas! Es el senor obispo. [2]
[Footnote 1: Nuestro Senor del Gran Poder. An epithet applied to
Christ. ]
[Footnote 2: obispo. Of course the archbishop is meant here. The
Seville Archbishops during the reign of Philip II were D. Fernando
Valdes, Inquisitor General (d. 1568), D. Gaspar de Zuniga y
Avellaneda (d. 1571), D. Cristohal de Roxas y Sandoval (d. 1580),
and D. Rodrigo de Castro (d. 1600). See Fermin Arana de Varflora,
_Compendio descriptivo de . . . Sevilla_, 1789, za parte, p. 13. ]
La Virgen Santisima del Amparo,[1] a quien invocaba ahora mismo con el
pensamiento, lo trae en mi ayuda. . . . ? Ay! ? Si nadie sabe lo que yo
debo a esta Senora! [2] . . . ? Con cuanta usura me paga las candelillas
que le enciendo los sabados! . . . Vedlo, que hermosote esta con sus
habitos morados y su birrete rojo. . . . Dios le conserve en su silla
tantos siglos como yo deseo de vida para mi. Si no fuera por el, media
Sevilla hubiera ya ardido con estas disensiones de los duques. Vedlos,
vedlos, los hipocritones, como se acercan ambos a la litera del
Prelado para besarle el anillo. . . . Como le siguen y le acompanan,
confundiendose con sus familiares. Quien diria que esos dos que
parecen tan amigos, si dentro de media hora se encuentran en una calle
obscura . . . es decir, ? ellos . . . ellos! . . . Libreme Dios de creerlos
cobardes; buena muestra han dado de si, peleando en algunas ocasiones
contra los enemigos de Nuestro Senor. . . . Pero es la verdad, que si se
buscaran . . . y si se buscaran con ganas de encontrarse, se
encontrarian, poniendo fin de una vez a estas continuas reyertas, en
las cuales los que verdaderamente baten el cobre de firme son sus
deudos, sus allegados y su servidumbre.
[Footnote 1: La Virgen Santisima del Amparo. An appellation that
recalls the frequent role of the Virgin as protector in the
mediaeval legends. ]
[Footnote 2: esta Senora--this Lady,' referring to the Virgin. ]
Pero vamos, vecina, vamos a la iglesia, antes que se ponga de bote en
bote . . . que algunas noches como esta suele llenarse de modo que no
cabe ni un grano de trigo. . . . ? Buena ganga tienen las monjas con su
organista! . . . ? Cuando se ha visto el convento tan favorecido como
ahora? . . . [1] De las otras comunidades, puedo decir que le han hecho a
maese Perez proposiciones magnificas, verdad que nada tiene de
extrano, pues hasta el senor arzobispo le ha ofrecido montes de oro
por llevarle a la catedral. . . pero el, nada. . . . Primero dejaria la
vida que abandonar su organo favorito. . . . ?
No conoceis a maese Perez?
Verdad es que sois nueva en el barrio. . . . Pues es un santo varon;
pobre si, pero limosnero cual no otro. . . . Sin mas parientes que su
hija ni mas amigo que su organo, pasa su vida entera en velar por la
inocencia de la una y componer los registros del otro. . . . ? Cuidado que
el ergano es viejo! . . . Pues nada, el se da tal mana en arreglarlo y
cuidarlo, que suena, que es una maravilla. . . . Como que le conoce de
tal modo, que a tientas. . . porque no se si os lo he dicho, pero el
pobre senor es ciego de nacimiento. . . . Y ? con que paciencia lleva su
desgracia! . . . Cuando le preguntan que[2] cuanto daria por ver,
responde: mucho, pero no tanto como creels, porque tengo
esperanzas. --? Esperanzas de ver? --Si, y muy pronto, anade sonriendose
como un angel; ya cuento setenta y seis anos; por muy larga que sea mi
vida, pronto vere a Dios. . . .
[Footnote 1: In women's convents the organ is played by the nuns
themselves, and in Sta. Ines it is in the choir and not in a gallery
apart, as Becyuer puts it. ]
[Footnote 2: que. A redundant use of the conjunction quite
frequently found in Spanish. ]
? Pobrecito! Y si lo vera . . . porque es humilde como las piedras de la
calle, que se dejan pisar de todo el mundo. . . . Siempre dice que no es
mas que un pobre organista de convento, y puede dar lecciones de solfa
al mismo maestro de capilla de la Primada;[1] como que echo los
dientes en el oficio. Su padre tenia la misma profesion que el; yo no
le conoci, pero mi senora madre, que santa gloria haya,[2] dice que le
llevaba siempre al organo consigo para darle a los fuelles. Luego, el
muchacho mostro tales disposiciones que, como era natural, a la muerte
de su padre heredo el cargo. ? Y que manos tiene! Dios se las bendiga.
Merecia que se las llevaran a la calle de Chicarreros[3] y se las
engarzasen en oro. . . . Siempre toca bien, siempre; pero en semejante
noche como esta, es un prodigio. . . . El tiene una gran devocion por
esta ceremonia de la Misa del Gallo, y cuando levantan la Sagrada
Forma[4] al punto y hora de las doce, que es cuando vino al mundo
Nuestro Senor Jesucristo . . . las voces de su organo son voces de
angeles. . . .
[Footnote 1: la Primada =:'the primatical church. ' Here the
cathedral of Seville. ]
[Footnote 2: que santa gloria haya. In speaking of one who has died,
it is customary in Spain to express some similar hope for the
welfare of his soul. Notice the use of _haya_ instead of tenga,
although possession is indicated. ]
[Footnote 3: la calle de Chicarreros. A street in Seville connecting
the Plaza de San Francisco and the Calle de Francos. It was famous
at this time for its jewelry-shops. ]
[Footnote 4: la Sagrada Forma = 'the consecrated host. ' It is at the
moment of the elevation of the host that the miracle of
transubstantiation is believed by the Roman Catholic Church to take
place. See p. 106, 1. 4. ]
En fin, ? para que tengo de ponderarle lo que esta noche oira? baste el
ver como todo lo mas florido de Sevilla, hasta el mismo senor
arzobispo, vienen a un humilde convento para escucharle; y no se crea
que solo la gente sabida y a la que se le alcanza esto de la solfa
conocen su merito, sino que hasta el populacho. Todas esas bandadas
que veis llegar con teas encendidas entonando villancicos con gritos
desaforados al compas de los panderos, las sonajas y las zambombas,
contra su costumbre, que es la de alborotar las iglesias, callan como
muertos cuando pone maese Perez las manos en el organo. . . y cuando
alzan . . . no se siente una mosca . . . de todos los ojos caen lagrimones
tamanos, y al concluir se oye como un suspiro inmenso, que no es otra
cosa que la respiracion de los circunstantes contenida mientras dura
la musica. . . . Pero vamos, vamos, ya han dejado de tocar las campanas,
y va a comenzar la Misa; vamos adentro. . . .
Para todo el mundo es esta noche Noche-Buena,[1] pero para nadie mejor
que para nosotros.
[Footnote 1: Noche-Buena = 'Christmas eve. ' It is impossible to
render in English the play upon the words _Buena_ and _mejor_. ]
Esto diciendo, la buena mujer que habia servido de cicerone a su
vecina, atraveso el atrio del convento de Santa Ines,[1] y codazo en
este, empujon en aquel, se interno en el templo, perdiendose entre la
muchedumbre que se agolpaba en la puerta.
[Footnote 1: Santa Ines. See p. 94, note 3. ]
II
La iglesia estaba iluminada con una profusion asombrosa. El torrente
de luz que se desprendia de los altares para llenar sus ambitos,
chispeaba en los ricos joyeles de las damas que, arrodillandose sobre
los cojines de terciopelo que tendian los pajes y tomando el libro de
oraciones de manos de las duenas,[1] vinieron a formar un brillante
circulo alrededor de la verja del presbiterio. Junto a aquella verja,
de pie, envueltos en sus capas de color galoneadas de oro, dejando
entrever con estudiado descuido las encomiendas rojas y verdes, en la
una mano el fieltro, cuyas plumas besaban los tapices, la otra sobre
los brunidos gavilanes del estoque o acariciando el pomo del cincelado
punal, los caballaros veinticuatros,[2] con gran parte de lo mejor de
la nobleza sevillana, parecian formar un muro, destinado a defender a
sus hijas y sus esposas del contacto de la plebe. Esta, que se agitaba
en el fondo de las naves, con un rumor parecido al del mar cuando se
alborota, prorrumpie en una aclamacion de jubilo, acompanada del
discordante sonido de las sonajas y los panderos, al mirar aparecer al
arzobispo, el cual, despues de sentarse junto al altar mayor bajo un
solio de grana que rodearon sus familiares, echo por tres veces la
bendicion al pueblo.
[Footnote 1: duenas. See p. 67, note 1. ]
[Footnote 2: veinticuatros. See p. 96, note 4. ]
Era la hora de que comenzase la Misa.
Trascurrieron, sin embargo, algunos minutos sin que el celebrante
apareciese. La multitud comenzaba a rebullirse, demostrando su
impaciencia; los caballeros cambiaban entre si algunas palabras a
media voz, y el arzobispo mando a la sacristia uno de sus familiares a
inquirir el por que no comenzaba la ceremonia.
--Maese Perez se ha puesto malo, muy malo, y sera imposible que asista
esta noche a la Misa de media noche. Esta fue la respuesta del
familiar.
La noticia cundio instantaneamente entre la muchedumbre. Pintar el
efecto desagradable que causo en todo el mundo, seria cosa imposible;
baste decir que comenzo a notarse tal bullicio en el templo, que el
asistente se puso de pie y los alguaciles entraron a imponer silencio,
confundiendose entre las apinadas olas de la multitud.
En aquel momento, un hombre mal trazado, seco, huesudo y bisojo por
anadidura, se adelanto hasta el sitio que ocupaba el prelado.
--Maese Perez esta enfermo, dijo: la ceremonia no puede empezar. Si
quereis, yo tocare el organo en su ausencia; que ni maese Perez es el
primer organista del mundo, ni a su muerte dejara de usarse este
instrumento por falta de inteligente. . . . El arzobispo hizo una senal
de asentimiento con la cabeza, y ya algunos de los fieles que conocian
a aquel personaje extrano por un organista envidioso, enemigo del de
Santa Ines, comenzaban a prorrumpir en exclamaciones de disgusto,
cuando de improviso se oyo en el atrio un ruido espantoso.
--? Maese Perez esta aqui! . . . ? Maese Perez esta aqui! . . . A estas voces
de los que estaban apinados en la puerta, todo el mundo volvio la
cara.
Maese Perez, palido y desencajado, entraba en efecto en la iglesia,
conducido en un sillon, que todos se disputaban el honor de llevar en
sus hombros.
Los preceptos de los doctores, las lagrimas de su hija, nada habia
sido bastante a detenerle en el lecho.
--No, habia dicho; esta es la ultima, lo conozco, lo conozco, y no
quiero morir sin visitar mi organo, y esta noche sobre todo, la
Noche-Buena. Vamos, lo quiero, lo mando; vamos a la iglesia.
Sus deseos se habian cumplido; los concurrentes le subieron en brazos
a la tribuna, y comenzo la Misa.
En aquel punto sonaban las doce en el reloj de la catedral.
Paso el introito[1] y el Evangelio[2] y el ofertorio,[3] y llego el
instante solemne en que el sacerdote, despues de haberla consagrado,
toma con la extremidad de sus dedos la Sagrada Forma y comienza a
elevarla.
[Footnote 1: introito. "In the ancient Church a psalm was sung or
chanted immediately before the Collect, Epistle, and Gospel. As this
took place while the priest was entering within the septum or rails
of the altar, it acquired the name of Introitus or Introit. " Walter
F. Hook, _Church Dict. _, London, Murray, 1887, p. 407. ]
[Footnote 2: Evangelio = Gospel. ' "The First Council of Orange in
441, and that of Valentia in Spain, ordered the Gospel to be read
after the Epistle and before the offertory. " Addis and Arnold,
'_Catholic Dict. _, London, 1884, p. 380. ]
[Footnote 3: ofertorio. The offertory or "service of song while the
oblations were collected and received is of ancient date. St.
Augustine speaks of the singing of hymns at the oblation. " Walter F.
Hook, _Church Dict. _, p. 540. The offertory is said immediately
after the _Creed_, and before the Preface and Sanctus. ]
Una nube de incienso que se desenvolvia en ondas azuladas lleno el
ambito de la iglesia; las campanillas repicaron con un sonido
vibrante, y maese Perez puso sus crispadas manos sobre las teclas del
organo.
Las cien voces de sus tubos de metal resonaron en un acorde majestuoso
y prolongado, que se perdio poco a poco, como si una rafaga de aire
hubiese arrebatado sus ultimos ecos.
A este primer acorde, que parecia una voz que se elevaba desde la
tierra al cielo, respondio otro lejano y suave que fue creciendo,
creciendo hasta convertirse en un torrente de atronadora armonia.
Era la voz de los angeles, que atravesando los espacios, llegaba al
mundo.
Despues comenzaron a oirse como unos himnos distantes que entonaban
las jerarquias de serafines; mil himnos a la vez, que al confundirse
formaban uno solo, que, no obstante, era no mas el acompanamiento de
una extrana melodia, que parecia flotar sobre aquel oceano de
misteriosos ecos, como un jiron de niebla sobre las olas del mar.
Luego fueron perdiendose unos cantos, despues otros; la combinacion se
simplificaba. Ya no eran mas que dos voces, cuyos ecos se confundian
entre si; luego quedo una aislada, sosteniendo una nota brillante como
un hilo de luz. . . . El sacerdote inclino la frente, y por encima de su
cabeza cana y como a traves de una gasa azul que fingia el humo del
incienso, aparecio la Hostia a los ojos de los fieles. En aquel
instante la nota que maese Perez sostenia trinando, se abrio, se
abrio, y una explosion de armonia gigante estremecio la iglesia, en
cuyos angulos zumbaba el aire comprimido, y cuyos vidrios de colores
se estremecian en sus angostos ajimeces.
De cada una de las notas que formaban aquel magnifico acorde, se
desarrollo un tema; y unos cerca, otros lejos, estos brillantes,
aquellos sordos, diriase que las aguas y los pajaros, las brisas y las
frondas, los hombres y los angeles, la tierra y los cielos, cantaban
cada cual en su idioma un himno al nacimiento del Salvador.
La multitud escuchaba atonita y suspendida. En todos los ojos habia
una lagrima, en todos los espiritus un profundo recogimiento.
El sacerdote que oficiaba sentia temblar sus manos, porque Aquel que
levantaba en ellas, Aquel a quien saludaban hombres y arcangeles era
su Dios; era su Dios, y le parecia haber visto abrirse los cielos y
trasfigurarse la Hostia. [1]
[Footnote 1: trasfigurarse la Hostia. See p. 101, note 2. ]
El organo proseguia sonando; pero sus voces se apagaban gradualmente,
como una voz que se pierde de eco en eco, y se aleja, y se debilita al
alejarse, cuando de pronto sono un grito en la tribuna, un grito
desgarrador, agudo, un grito de mujer.
El organo exhalo un sonido discorde y extrano, semejante a un sollozo,
y quedo mudo.
La multitud se agolpo a la escalera de la tribuna, hacia la que,
arrancados de su extasis religioso, volvieron la mirada con ansiedad
todos los fieles.
--?
que vamos a tener jarana; yo me refugio en la iglesia, pues por lo que
veo, aqui van a andar mas de sobra los cintarazos que los _Pater
Noster_. [7] Mirad, mirad; las gentes del duque de Alcala[8] doblan la
esquina de la plaza de San Pedro,[9] y por el callejon de las
Duenas[10] se me figura que he columbrado a las del de
Medinasidonia. [11] . . . ? No os lo dije?
[Footnote 1: veinticuatros. Magistrates of certain cities of
Andalusia, whose duties, according to the ancient municipal regime,
were much the same as those of the modern _regidores_ or aldermen.
As the name indicates, there were twenty-four of these city
councilors. ]
[Footnote 2: el flamencote = 'the big (_or_ great) Fleming. ' During
the reign of Philip II, owing to his religious persecutions in the
Netherlands, several eminent Flemish noblemen were sent to Spain to
treat with him on this question. Among the most famous were Egmont
(Lamoral, count of Egmont), who was in Spain from January to April,
1565, and Montigny (Floris de Montmorency), who made two trips to
Spain, one in 1562, and the other in 1566, on which occasion he
remained until 1570, when he was murdered at the king's bidding.
Philip received both of these envoys with a show of great cordiality
and affection. The Spanish nobles, on the contrary, were cold in
their reception, and would gladly have given them over to the
Inquisition had there been no fear of Philip's anger. Either of
these envoys, if they were ever in Seville, may be referred to here,
or some other influential Fleming who may have been there under
similar conditions, or this may be mere fiction. ]
[Footnote 3: los senores de la cruz verde. The officers of the
Inquisition. The arms of this body were a green cross surmounted by
a crown, with a drawn sword to the right and an olive branch to the
left, upon a field of sable. See Emmanuel Delorme, _les Emblemes de
L'Inquisition d'Espagne_, Toulouse, 1905. ]
[Footnote 4: los magnates. Doubtless Philip II and his court are
meant. ]
[Footnote 5: Madrid. See p. 80, note 2. ]
[Footnote 6: Pero Botero. See vocabulary. ]
[Footnote 7: Pater Noster. See p. 33, note 1. ]
[Footnote 8: El duque de Alcala. In 1558 Philip II bestowed this
title upon D. Pedro Afan o Enriquez de Ribera y Portocarrero, second
Marquis of Tarifa, sixth Count of los Molares, and bearer of other
titles as well. He was made viceroy of Naples in 1559, at about the
age of fifty, and died some dozen years later. His wife was Dona
Leonor Ponce de Leon, by whom he had no children. This is probably
the duke referred to here, if we presume that the author had some
definite duke in mind. The beautiful family mansion, known as _la
Casa de Pilatos_, is still standing, a mixture of Gothic, Moorish,
and Renaissance designs. ]
[Footnote 9: San Pedro. The church of San Pedro, a Gothic structure
of the fourteenth century, built on the site of a mosque, is
situated near the modern market and not far from the University. The
little square in front of the church bears the same name. ]
[Footnote 10: callejon de las Duenas. A short street called to-day
_Calle de Gerona_. It connects the Plaza del Espiritu Santo and that
of Sta. Catalina. This street received its name from the Cistercian
nuns whose convent, destroyed in the revolution of 1868, was
situated here. ]
[Footnote 11: las del de Medinasidonia= 'those of the (Duke) of
Medinasidonia. ' In the fifteenth century Seville was the scene of
many bloody frays between the hostile houses of Medinasidonia and
Ponce de Leon, but through the intervention of Ferdinand and
Isabella this enmity was happily terminated before the close of that
century, long before the creation of the title of Duke of Alcala.
The dukedom of Medinasidonia was created in 1445 by Juan II, and the
best-known duke of this name during the reign of Philip II was
commander of the celebrated Armada (1588). ]
Ya se han visto, ya se detienen unos y otros, sin pasar de
sus puestos. . . los grupos se disuelven. . . los ministriles, a
quienes en estas ocasiones apalean amigos y enemigos, se retiran . . . hasta
el senor asistente,[1] con su vara y todo, se refugia
en el atrio. . . y luego dicen que hay justicia.
[Footnote 1: asistente. A magistrate in Seville, and certain other
cities, whose duties and prerogatives corresponded with those of the
_corregidor_ elsewhere. This office came into existence in Seville
about the middle of the fifteenth century, and was filled during the
reign of Philip II by some fifteen asistentes in succession, most of
them counts. ]
Para los pobres. . . .
Vamos, vamos, ya brillan los broqueles en la obscuridad. . . . ? Nuestro
Senor del Gran Poder[1] nos asista! Ya comienzan los golpes ? vecina!
? vecina! aqui. . . antes que cierren las puertas. Pero ? calle! ? Que es
eso? Aun no ban comenzado, cuando lo dejan. ? Que resplandor es aquel?
? Hachas encendidas! ? Literas! Es el senor obispo. [2]
[Footnote 1: Nuestro Senor del Gran Poder. An epithet applied to
Christ. ]
[Footnote 2: obispo. Of course the archbishop is meant here. The
Seville Archbishops during the reign of Philip II were D. Fernando
Valdes, Inquisitor General (d. 1568), D. Gaspar de Zuniga y
Avellaneda (d. 1571), D. Cristohal de Roxas y Sandoval (d. 1580),
and D. Rodrigo de Castro (d. 1600). See Fermin Arana de Varflora,
_Compendio descriptivo de . . . Sevilla_, 1789, za parte, p. 13. ]
La Virgen Santisima del Amparo,[1] a quien invocaba ahora mismo con el
pensamiento, lo trae en mi ayuda. . . . ? Ay! ? Si nadie sabe lo que yo
debo a esta Senora! [2] . . . ? Con cuanta usura me paga las candelillas
que le enciendo los sabados! . . . Vedlo, que hermosote esta con sus
habitos morados y su birrete rojo. . . . Dios le conserve en su silla
tantos siglos como yo deseo de vida para mi. Si no fuera por el, media
Sevilla hubiera ya ardido con estas disensiones de los duques. Vedlos,
vedlos, los hipocritones, como se acercan ambos a la litera del
Prelado para besarle el anillo. . . . Como le siguen y le acompanan,
confundiendose con sus familiares. Quien diria que esos dos que
parecen tan amigos, si dentro de media hora se encuentran en una calle
obscura . . . es decir, ? ellos . . . ellos! . . . Libreme Dios de creerlos
cobardes; buena muestra han dado de si, peleando en algunas ocasiones
contra los enemigos de Nuestro Senor. . . . Pero es la verdad, que si se
buscaran . . . y si se buscaran con ganas de encontrarse, se
encontrarian, poniendo fin de una vez a estas continuas reyertas, en
las cuales los que verdaderamente baten el cobre de firme son sus
deudos, sus allegados y su servidumbre.
[Footnote 1: La Virgen Santisima del Amparo. An appellation that
recalls the frequent role of the Virgin as protector in the
mediaeval legends. ]
[Footnote 2: esta Senora--this Lady,' referring to the Virgin. ]
Pero vamos, vecina, vamos a la iglesia, antes que se ponga de bote en
bote . . . que algunas noches como esta suele llenarse de modo que no
cabe ni un grano de trigo. . . . ? Buena ganga tienen las monjas con su
organista! . . . ? Cuando se ha visto el convento tan favorecido como
ahora? . . . [1] De las otras comunidades, puedo decir que le han hecho a
maese Perez proposiciones magnificas, verdad que nada tiene de
extrano, pues hasta el senor arzobispo le ha ofrecido montes de oro
por llevarle a la catedral. . . pero el, nada. . . . Primero dejaria la
vida que abandonar su organo favorito. . . . ?
No conoceis a maese Perez?
Verdad es que sois nueva en el barrio. . . . Pues es un santo varon;
pobre si, pero limosnero cual no otro. . . . Sin mas parientes que su
hija ni mas amigo que su organo, pasa su vida entera en velar por la
inocencia de la una y componer los registros del otro. . . . ? Cuidado que
el ergano es viejo! . . . Pues nada, el se da tal mana en arreglarlo y
cuidarlo, que suena, que es una maravilla. . . . Como que le conoce de
tal modo, que a tientas. . . porque no se si os lo he dicho, pero el
pobre senor es ciego de nacimiento. . . . Y ? con que paciencia lleva su
desgracia! . . . Cuando le preguntan que[2] cuanto daria por ver,
responde: mucho, pero no tanto como creels, porque tengo
esperanzas. --? Esperanzas de ver? --Si, y muy pronto, anade sonriendose
como un angel; ya cuento setenta y seis anos; por muy larga que sea mi
vida, pronto vere a Dios. . . .
[Footnote 1: In women's convents the organ is played by the nuns
themselves, and in Sta. Ines it is in the choir and not in a gallery
apart, as Becyuer puts it. ]
[Footnote 2: que. A redundant use of the conjunction quite
frequently found in Spanish. ]
? Pobrecito! Y si lo vera . . . porque es humilde como las piedras de la
calle, que se dejan pisar de todo el mundo. . . . Siempre dice que no es
mas que un pobre organista de convento, y puede dar lecciones de solfa
al mismo maestro de capilla de la Primada;[1] como que echo los
dientes en el oficio. Su padre tenia la misma profesion que el; yo no
le conoci, pero mi senora madre, que santa gloria haya,[2] dice que le
llevaba siempre al organo consigo para darle a los fuelles. Luego, el
muchacho mostro tales disposiciones que, como era natural, a la muerte
de su padre heredo el cargo. ? Y que manos tiene! Dios se las bendiga.
Merecia que se las llevaran a la calle de Chicarreros[3] y se las
engarzasen en oro. . . . Siempre toca bien, siempre; pero en semejante
noche como esta, es un prodigio. . . . El tiene una gran devocion por
esta ceremonia de la Misa del Gallo, y cuando levantan la Sagrada
Forma[4] al punto y hora de las doce, que es cuando vino al mundo
Nuestro Senor Jesucristo . . . las voces de su organo son voces de
angeles. . . .
[Footnote 1: la Primada =:'the primatical church. ' Here the
cathedral of Seville. ]
[Footnote 2: que santa gloria haya. In speaking of one who has died,
it is customary in Spain to express some similar hope for the
welfare of his soul. Notice the use of _haya_ instead of tenga,
although possession is indicated. ]
[Footnote 3: la calle de Chicarreros. A street in Seville connecting
the Plaza de San Francisco and the Calle de Francos. It was famous
at this time for its jewelry-shops. ]
[Footnote 4: la Sagrada Forma = 'the consecrated host. ' It is at the
moment of the elevation of the host that the miracle of
transubstantiation is believed by the Roman Catholic Church to take
place. See p. 106, 1. 4. ]
En fin, ? para que tengo de ponderarle lo que esta noche oira? baste el
ver como todo lo mas florido de Sevilla, hasta el mismo senor
arzobispo, vienen a un humilde convento para escucharle; y no se crea
que solo la gente sabida y a la que se le alcanza esto de la solfa
conocen su merito, sino que hasta el populacho. Todas esas bandadas
que veis llegar con teas encendidas entonando villancicos con gritos
desaforados al compas de los panderos, las sonajas y las zambombas,
contra su costumbre, que es la de alborotar las iglesias, callan como
muertos cuando pone maese Perez las manos en el organo. . . y cuando
alzan . . . no se siente una mosca . . . de todos los ojos caen lagrimones
tamanos, y al concluir se oye como un suspiro inmenso, que no es otra
cosa que la respiracion de los circunstantes contenida mientras dura
la musica. . . . Pero vamos, vamos, ya han dejado de tocar las campanas,
y va a comenzar la Misa; vamos adentro. . . .
Para todo el mundo es esta noche Noche-Buena,[1] pero para nadie mejor
que para nosotros.
[Footnote 1: Noche-Buena = 'Christmas eve. ' It is impossible to
render in English the play upon the words _Buena_ and _mejor_. ]
Esto diciendo, la buena mujer que habia servido de cicerone a su
vecina, atraveso el atrio del convento de Santa Ines,[1] y codazo en
este, empujon en aquel, se interno en el templo, perdiendose entre la
muchedumbre que se agolpaba en la puerta.
[Footnote 1: Santa Ines. See p. 94, note 3. ]
II
La iglesia estaba iluminada con una profusion asombrosa. El torrente
de luz que se desprendia de los altares para llenar sus ambitos,
chispeaba en los ricos joyeles de las damas que, arrodillandose sobre
los cojines de terciopelo que tendian los pajes y tomando el libro de
oraciones de manos de las duenas,[1] vinieron a formar un brillante
circulo alrededor de la verja del presbiterio. Junto a aquella verja,
de pie, envueltos en sus capas de color galoneadas de oro, dejando
entrever con estudiado descuido las encomiendas rojas y verdes, en la
una mano el fieltro, cuyas plumas besaban los tapices, la otra sobre
los brunidos gavilanes del estoque o acariciando el pomo del cincelado
punal, los caballaros veinticuatros,[2] con gran parte de lo mejor de
la nobleza sevillana, parecian formar un muro, destinado a defender a
sus hijas y sus esposas del contacto de la plebe. Esta, que se agitaba
en el fondo de las naves, con un rumor parecido al del mar cuando se
alborota, prorrumpie en una aclamacion de jubilo, acompanada del
discordante sonido de las sonajas y los panderos, al mirar aparecer al
arzobispo, el cual, despues de sentarse junto al altar mayor bajo un
solio de grana que rodearon sus familiares, echo por tres veces la
bendicion al pueblo.
[Footnote 1: duenas. See p. 67, note 1. ]
[Footnote 2: veinticuatros. See p. 96, note 4. ]
Era la hora de que comenzase la Misa.
Trascurrieron, sin embargo, algunos minutos sin que el celebrante
apareciese. La multitud comenzaba a rebullirse, demostrando su
impaciencia; los caballeros cambiaban entre si algunas palabras a
media voz, y el arzobispo mando a la sacristia uno de sus familiares a
inquirir el por que no comenzaba la ceremonia.
--Maese Perez se ha puesto malo, muy malo, y sera imposible que asista
esta noche a la Misa de media noche. Esta fue la respuesta del
familiar.
La noticia cundio instantaneamente entre la muchedumbre. Pintar el
efecto desagradable que causo en todo el mundo, seria cosa imposible;
baste decir que comenzo a notarse tal bullicio en el templo, que el
asistente se puso de pie y los alguaciles entraron a imponer silencio,
confundiendose entre las apinadas olas de la multitud.
En aquel momento, un hombre mal trazado, seco, huesudo y bisojo por
anadidura, se adelanto hasta el sitio que ocupaba el prelado.
--Maese Perez esta enfermo, dijo: la ceremonia no puede empezar. Si
quereis, yo tocare el organo en su ausencia; que ni maese Perez es el
primer organista del mundo, ni a su muerte dejara de usarse este
instrumento por falta de inteligente. . . . El arzobispo hizo una senal
de asentimiento con la cabeza, y ya algunos de los fieles que conocian
a aquel personaje extrano por un organista envidioso, enemigo del de
Santa Ines, comenzaban a prorrumpir en exclamaciones de disgusto,
cuando de improviso se oyo en el atrio un ruido espantoso.
--? Maese Perez esta aqui! . . . ? Maese Perez esta aqui! . . . A estas voces
de los que estaban apinados en la puerta, todo el mundo volvio la
cara.
Maese Perez, palido y desencajado, entraba en efecto en la iglesia,
conducido en un sillon, que todos se disputaban el honor de llevar en
sus hombros.
Los preceptos de los doctores, las lagrimas de su hija, nada habia
sido bastante a detenerle en el lecho.
--No, habia dicho; esta es la ultima, lo conozco, lo conozco, y no
quiero morir sin visitar mi organo, y esta noche sobre todo, la
Noche-Buena. Vamos, lo quiero, lo mando; vamos a la iglesia.
Sus deseos se habian cumplido; los concurrentes le subieron en brazos
a la tribuna, y comenzo la Misa.
En aquel punto sonaban las doce en el reloj de la catedral.
Paso el introito[1] y el Evangelio[2] y el ofertorio,[3] y llego el
instante solemne en que el sacerdote, despues de haberla consagrado,
toma con la extremidad de sus dedos la Sagrada Forma y comienza a
elevarla.
[Footnote 1: introito. "In the ancient Church a psalm was sung or
chanted immediately before the Collect, Epistle, and Gospel. As this
took place while the priest was entering within the septum or rails
of the altar, it acquired the name of Introitus or Introit. " Walter
F. Hook, _Church Dict. _, London, Murray, 1887, p. 407. ]
[Footnote 2: Evangelio = Gospel. ' "The First Council of Orange in
441, and that of Valentia in Spain, ordered the Gospel to be read
after the Epistle and before the offertory. " Addis and Arnold,
'_Catholic Dict. _, London, 1884, p. 380. ]
[Footnote 3: ofertorio. The offertory or "service of song while the
oblations were collected and received is of ancient date. St.
Augustine speaks of the singing of hymns at the oblation. " Walter F.
Hook, _Church Dict. _, p. 540. The offertory is said immediately
after the _Creed_, and before the Preface and Sanctus. ]
Una nube de incienso que se desenvolvia en ondas azuladas lleno el
ambito de la iglesia; las campanillas repicaron con un sonido
vibrante, y maese Perez puso sus crispadas manos sobre las teclas del
organo.
Las cien voces de sus tubos de metal resonaron en un acorde majestuoso
y prolongado, que se perdio poco a poco, como si una rafaga de aire
hubiese arrebatado sus ultimos ecos.
A este primer acorde, que parecia una voz que se elevaba desde la
tierra al cielo, respondio otro lejano y suave que fue creciendo,
creciendo hasta convertirse en un torrente de atronadora armonia.
Era la voz de los angeles, que atravesando los espacios, llegaba al
mundo.
Despues comenzaron a oirse como unos himnos distantes que entonaban
las jerarquias de serafines; mil himnos a la vez, que al confundirse
formaban uno solo, que, no obstante, era no mas el acompanamiento de
una extrana melodia, que parecia flotar sobre aquel oceano de
misteriosos ecos, como un jiron de niebla sobre las olas del mar.
Luego fueron perdiendose unos cantos, despues otros; la combinacion se
simplificaba. Ya no eran mas que dos voces, cuyos ecos se confundian
entre si; luego quedo una aislada, sosteniendo una nota brillante como
un hilo de luz. . . . El sacerdote inclino la frente, y por encima de su
cabeza cana y como a traves de una gasa azul que fingia el humo del
incienso, aparecio la Hostia a los ojos de los fieles. En aquel
instante la nota que maese Perez sostenia trinando, se abrio, se
abrio, y una explosion de armonia gigante estremecio la iglesia, en
cuyos angulos zumbaba el aire comprimido, y cuyos vidrios de colores
se estremecian en sus angostos ajimeces.
De cada una de las notas que formaban aquel magnifico acorde, se
desarrollo un tema; y unos cerca, otros lejos, estos brillantes,
aquellos sordos, diriase que las aguas y los pajaros, las brisas y las
frondas, los hombres y los angeles, la tierra y los cielos, cantaban
cada cual en su idioma un himno al nacimiento del Salvador.
La multitud escuchaba atonita y suspendida. En todos los ojos habia
una lagrima, en todos los espiritus un profundo recogimiento.
El sacerdote que oficiaba sentia temblar sus manos, porque Aquel que
levantaba en ellas, Aquel a quien saludaban hombres y arcangeles era
su Dios; era su Dios, y le parecia haber visto abrirse los cielos y
trasfigurarse la Hostia. [1]
[Footnote 1: trasfigurarse la Hostia. See p. 101, note 2. ]
El organo proseguia sonando; pero sus voces se apagaban gradualmente,
como una voz que se pierde de eco en eco, y se aleja, y se debilita al
alejarse, cuando de pronto sono un grito en la tribuna, un grito
desgarrador, agudo, un grito de mujer.
El organo exhalo un sonido discorde y extrano, semejante a un sollozo,
y quedo mudo.
La multitud se agolpo a la escalera de la tribuna, hacia la que,
arrancados de su extasis religioso, volvieron la mirada con ansiedad
todos los fieles.
--?
